El fotógrafo Eduardo Ezequiel siguió a la aspirante a suceder a Biden con su cámara durante seis años. Ahora, desde Aragón, le vuelven a convocar para su campaña
«ES RISUEÑA, DURA Y TAJANTE»
LUIGI BENEDICTO BORGES / CRÓNICA
Estados Unidos. Julio de 2024. Cada foto del pasado de la actual vicepresidenta, Kamala Harris, es escrutada de forma minuciosa por partidarios y detractores, por asesores y consultores del candidato del Partido Republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, y por los de ella, que han conseguido, en apenas 36 horas, el respaldo verbal de más de la mitad de los delegados que deben elegirla el 19 de agosto en Chicago como la próxima candidata del Partido Demócrata a la presidencia de EEUU. Su equipo es conocedor de que, al arrancar la campaña de la primera mujer -afroamericana y surasiática- en ser elegida fiscal general de California, deben encomendarse a una misión: contactar con la persona que durante seis años estuvo junto a ella detrás de una cámara de fotos, el español Eduardo Ezequiel, «el autor de sus mejores fotos» y experto en imágenes en tres dimensiones.
«Sí, han contactado conmigo desde su equipo de campaña», reconoce Eduardo a Crónica desde su Aragón natal, donde ha reconducido su carrera fotográfica sin separarse de la política. Ahora es el coordinador de Comunicación Audiovisual del Gobierno de Jorge Azcón, pero ha tenido que hacer un hueco en su agenda para revisar los discos duros de sus fotos entre 2014 y 2020, cuando vivió en primera persona la evolución de Kamala Harris de fiscal general a senadora, de senadora a candidata a las primarias y, finalmente, a vicepresidenta de Estados Unidos.PARA SABER MÁS
‘Pausa’ en movimiento. Ezequiel: retratando vidas en tres dimensiones
- REDACCIÓN:LUIGI BENEDICTO BORGES
Ezequiel: retratando vidas en tres dimensiones
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«En estos momentos muchas fotos del pasado de Kamala tienen un escrutinio mayor de lo habitual. Se pueden compartir muy pocas y, de hecho, me han pedido que embargue alguna, dado que cientos de los momentos que he retratado de ella son cercanos y distendidos: con su marido, con sus amigos, tomándose un café… Son situaciones poco vistas», explica.
«Ha sido una fiscal brillante y la peor pesadilla de Donald Trump, como ha recordado en su primer mitin. Se le ha quedado un caldo de cultivo perfecto para ella».
«Hay que entender que el mundo de las campañas es muy particular en Estados Unidos. Es como una bolsa de empleo de consultores y expertos que cada dos años van cambiando de un candidato a otro, analizando cada detalle. En estos momentos, para la campaña presidencial Kamala ha recuperado a mucha gente de sus antiguos equipos en California», detalla. Eduardo Ezequiel estaba destinado a ser el fotógrafo de campaña de Harris en las presidenciales, pero el coronavirus primero y la prohibición de vuelos entre España y Estados Unidos después truncaron sus planes y el del jefe de campaña de la política norteamericana.
«ABRÁCENLA, ES LA MEJOR»
«Quiero decirle a todo el equipo: abrácenla, [Harris] es la mejor», dijo Joe Biden en la intervención telefónica con la que arrancó el mitin celebrado en el cuartel general de la campaña del presidente en Wilmington (Delaware) tras su histórica renuncia. En él Kamala Harris se mostró sonriente y dura, cómoda y enérgica. «Tiene un aura especial. Ya físicamente impone. Es una figura de autoridad, fuerte. Luego con la gente es muy cercana, agradable, risueña, tiene una risa muy característica. Pero en el trabajo es dura. Dura y tajante. Muy reflexiva y exigente. Dice las cosas como son, tal y como las piensa», describe el fotógrafo y asesor político maño. Y justo así se mostró en el mitin: «He visto depredadores de todo tipo. Depredadores que acosaban a mujeres, defraudadores que estafaban a los consumidores, tramposos que rompían las reglas de su propio juego. Así que escuchadme cuando os digo que conozco a los tipos como Donald Trump. Y en esta campaña, con orgullo, lucharé contra él».
«Ella ha demostrado su valía en todas las etapas de su vida. Ha sido una fiscal brillante y la peor pesadilla de Donald Trump, como ha recordado en su primer discurso. Se le ha quedado un caldo de cultivo perfecto para ella, que ya lo ha jugado en el mitin: él es un criminal y ella es una fiscal. Y ese rol a ella le viene como anillo al dedo, se siente supercómoda», manifiesta Ezequiel. «Pero debe saber medirlo: si se centra mucho en perseguir a Donald Trump como a un criminal puede ocurrirle como a Hillary Clinton en 2016, que centralizó el foco en que él no podía ganar. Con ello acabó convirtiéndolo en el protagonista de la campaña. No obstante, apuesto a que ella y su equipo lo harán de forma diferente. Jugarán con el hecho de que es un ex presidente: gobernó durante cuatro años y luego perdió. Saben que corren el riesgo de que atacando desaforadamente a Trump se repita lo sucedido entonces, reine una sensación de dèja vù».
El mundo de las campañas es muy particular en Estados Unidos. Es como una bolsa de empleo de consultores y expertos que cada dos años van cambiando de un candidato a otro».
Precisamente, Eduardo recuerda que Harris destacaba a menudo su salto a fiscal del distrito del condado de Los Ángeles como el momento crucial de su carrera política. El republicano Steve Cooley, que llevaba 12 años en el cargo, era el claro favorito. De hecho, tras las elecciones del 2 de noviembre de 2010, algunos medios le dieron a él la victoria. Pero al acabar el reñido recuento oficial, Harris era la ganadora. Se repitió el conteo de votos y Cooley no aceptó la derrota hasta 23 días después, pero la suerte estaba echada: Harris se iba a convertir en la primera fiscal general de California por una décima.
«Ahí cambió la historia. Fue un momento muy introspectivo, muy personal, de los que forjan el carácter. Ganó contra pronóstico y pudo iniciar una carrera meteórica, conocedora de que en breve podría tomar el camino hacia el Senado y de ahí a las primarias para presentarse como candidata a la presidencia contra Biden. Pero su campaña fue un desastre. Cayó, pero no tardó en ser elegida como compañera de ticket de Biden [como se denomina en Estados Unidos al equipo electoral formado por el presidente y el vicepresidente]».
VEGANA A PARTIR DE LAS CINCO DE LA TARDE
«Yo conocí a Kamala Harris cuando tenía dos escoltas. Y ahora no debe de tener menos de 40», recuerda con asombro. El primer contacto con Harris se produjo tras ser reelegida como fiscal general de California. En el horizonte planeaba ya su candidatura al Senado. Eduardo era meritorio en SCN Strategies, la principal consultoría política de la Costa Oeste norteamericana. Al llegar ella cumplió el «tópico del becario»: llevar un café. «Harris estaba reunida con un montón de asesores y su jefa de recaudación de fondos me preguntó si podía llevarle un café. Accedí, por supuesto, y Kamala me especificó cómo lo quería: un milk latte [café con leche de soja] lo que para mi oído del inglés de entonces se trataba de un sweetened latte [café endulzado con sirope]. Al dárselo notó algo, porque antes de dar el primer trago, me miró fijamente a los ojos y me preguntó: «¿Seguro que esto es leche de soja?» Corregí de inmediato mi error. En aquel momento tenía una dieta vegana vespertina. Habría sido un error mayúsculo: no es que hubiera sido el final de mi carrera, es que no habría ni arrancado», bromea.
Por entonces, Harris era vegana a partir de las cinco de la tarde. En la actualidad, no se pronuncia sobre el consumo de carne, más allá de destacar que lo ha reducido en su dieta. Las campañas en Estados Unidos son muy exigentes y obligan a todas a cambiar sus hábitos, incluso a los candidatos, que no pueden hacerle el feo a sus potenciales votantes si se organiza una barbacoa en Arizona, Maine o Nebraska, estados claves para el resultado de las elecciones de noviembre.
«Es una figura de autoridad, fuerte. Luego con la gente es muy cercana, agradable, risueña. Pero en el trabajo es dura»
En un principio, Eduardo era «asistente» de Kamala y participaba en su equipo encargado de recaudar fondos, algo crucial en la política de Estados Unidos. Tras anunciar su campaña presidencial, Harris recaudó 81 millones de dólares en apenas 24 horas. Actualmente, su denominado Fondo de la Victoriaacumula 130 millones.
Después Harris deja durante un tiempo San Francisco rumbo a Los Ángeles. Sus caminos se separan hasta que el por entonces director creativo de Harris reclama a Eduardo, que ya en esos momentos vive tras una cámara fotográfica Nikon D810. La confianza llegó al punto de que el aragonés acabó siendo el fotógrafo de una de las asesoras de su campaña presidencial.
LA UNIÓN DE UN PARTIDO DIVIDIDO
Otros de los puntos que destaca el experto español es la rapidísima convergencia de los demócratas, que tomaron buena nota del acierto que supuso que en marzo de 2020 el apoyo conjunto a Biden, algo poco habitual en un partido que acostumbra a estar dividido en beligerantes facciones. La unión (y el dinero) ha convencido incluso a la ex presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, con la que tiene muy mala relación pese a ser ambas de San Francisco. También ha mostrado su apoyo Gavin Newsom, gobernador de California y líder demócrata cuya carrera ha crecido en paralelo a la de Harris, siempre con una «competencia» entre ellos en los medios que ambos niegan. «Él fue de los primeros que salieron a apoyarla públicamente tras la renuncia de Biden. Lo hizo pese a que él estaba sonando mucho como futurible y deseable rival de Trump. Pero él siempre había dicho que no, que cerraría su ciclo como gobernador, por lo que, conociéndolo, no tenía mucho sentido que incumpliese su palabra», destaca.
Harris conoce y explota sus puntos fuertes. El primero, su capacidad para movilizar a las mujeres negras, un electorado esencial para que el Partido Demócrata pueda ganar las elecciones. Gracias a ellas, Biden pude convertirse en presidente de Estados Unidos aunque perdiera el apoyo de los hombres negros, que se decantaron por Trump. Las mujeres negras le votaron de forma masiva gracias a Harris, cuya figura también expande la base de su partido: atrae a las mujeres, los jóvenes, los afroamericanos, los hispanos y los asiáticos, cuatro grupos demográficos sin los que los demócratas no pueden ganar las elecciones. A cambio, se arriesga a perder el voto blanco de centro, partidario de Biden. «Hay algo de riesgo, pero también mucho de ganancia. Se le achaca que ha hecho poco, que ha tenido poca exposición, pero es que Biden se ha encargado de temas mucho más mediáticos: economía, la inflación, la recuperación del Covid, la guerra de Ucrania, el conflicto palestino-israelí… y esto último ha provocado revueltas en las universidades y la desmovilización del voto joven».
Harris, de 59 años, es la persona más joven que compite por la Casa Blanca desde que Obama logró la reelección en 2012. También luce muy cómoda en sus comparecencias públicas, y su presencia en redes sociales en las que Trump está presente, pero Biden no-como TikTok-, aunque Eduardo considera que da mejor en fotos que en vídeo. «La clave está en los anuncios. Todo apunta a que ya están trabajando desde días o incluso semanas antes de que Biden renunciara, pero aun así tienen que cambiar toda la estrategia demócrata sobre la marcha. Improvisar muchos anuncios a nivel nacional, tienes que dar a conocer sus distintas facetas…», recalca.
«Su profundo conocimiento de la gente y la política, junto con sus inmensas habilidades, lo convierten en un fotógrafo político de clase mundial, en la liga de Pete Souza y Doug Mills». Así definía el desempeño de Eduardo Ezequiel Dan Newman, un estratega político, especializado en comunicaciones, relaciones con los medios y gestión de crisis que fue asesor de Harris, el mismo que podría descolgar su teléfono para reclamarlo. ¿Iría? «Una campaña presidencial en EEUU, más allá de las primarias, nunca la he cubierto. Sería todo un reto profesional. Pero eso es la selva… Tan atractivo como perjudicial para la salud», concluye.
Fuente: https://www.elmundo.es/cronica/2024/07/27/66a4a251e85ece32688b45ba.html