El país lidia con una complicada relación con las drogas. Su estricta política para combatir el tráfico de estupefacientes también asfixia a sus ciudadanos
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Damaris Sobejano / El Confidencial
Ya sabemos que los famosos bagels neoyorquinos forman parte de la cultura popular estadounidense. Este producto se ha convertido en todo un ícono internacional para los curiosos que buscan probar esta delicatessen en la Gran Manzana. El toque final de estos panecillos redondos, ligeramente crujientes, con su característico agujero en la parte central, son las semillas de amapola.
Su uso no queda exclusivamente en espolvorear estos tradicionales bollos, sino que se utiliza para una variedad de preparados en la cocina estadounidense debido a su sabor, mezclado con otros productos. Pero si en tu próximo viaje tienes pensado llevar este condimento en tu maleta, es mejor que te lo pienses dos veces, especialmente, si el destino en tu tarjeta de embarque pone Corea del Sur.
El aderezo americano Everything But the Bagel de Trader Joe’s está prohibido en Seúl porque uno de sus ingredientes son las semillas de amapola, prohibidas en su lista de alimentos restringidos desde el año 2022. Este condimento está compuesto por una mezcla crujiente de semillas de sésamo, sal, ajo y cebolla secas, y por último, estos granos, según indica la página web oficial de la cadena.
Los amantes de este condimento tendrán que resistirse a ponerlos dentro de su equipaje de viaje porque este producto no pasa por las aduanas surcoreanas. Las autoridades fronterizas han reforzado estrictamente su política para restringir la entrada de todo tipo de estupefacientes, aunque en el caso del país de Asia Oriental, la limitación afecta a estas mencionadas semillas al interpretar que pueden estar contaminadas con la narcótica sustancia del opio.
En Seúl, una de las medidas para luchar contra el consumo de la droga ha sido instalar un cartel de advertencia en el aeropuerto de Incheon. En este, se observan dos imágenes de un bote de condimentos de esta marca americana. «Les informamos de que los siguientes productos que contienen semillas de amapola no pueden entrar en el país», indica un anuncio situado a la entrada del puesto de control. El gobierno asiático considera las semillas como una «sustancia narcótica», según la ley de control de estupefacientes de Corea del Sur.
No es una leyenda urbana
Los turistas también se han visto afectados por esta normativa tras ver cómo los agentes fronterizos confiscaban estas pertenencias en los pases de control previos a la entrada al país. Un ejemplo es la experiencia de una viajera que se dirigía rumbo a Estados Unidos y regresaba al país con unas 20 botellas de estos aderezos como souvenir.
«Esta era una de las compras obligatorias de tu viaje a EEUU, ¿verdad?», comienza el usuario de Takune en el sitio web coreano Naver. «Compré unos 20 como regalo, pero venían con un candado amarillo del aeropuerto de Incheon en la maleta», continúa la visitante que tuvo que hablar con los funcionarios del aeropuerto para explicar por qué había traído varios artículos prohibidos en el país. «Al final, renuncié a las botellas», concluye.
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Las semillas de amapola no contienen opio, pero sus efectos pueden producir efectos de letargo, un aviso que ya había emitido el Departamento de Defensa de EEUU al publicar una nota de prensa recomendando a los militares que no consumieran alimentos con estos productos. «No es una leyenda urbana: comer semillas de amapola puede provocar que los comensales den positivo en un análisis de orina para codeína», dice en el comunicado.
«Evitad el consumo de todas las semillas de amapola, incluyendo los productos alimentarios y horneados que las contengan», sostenía el subsecretario de Defensa para Personal y Preparación, Gilbert R. Cisneros Jr, quien ponía de ejemplo el uso de este condimento en bagels, ensaladas y sus aliños.
Estos dos últimos años, el Servicio de Aduanas de Corea del Sur (KCS, según sus siglas) ha incautado casi 1.500 kilogramos en las fronteras de la región. Lo que significaría que el gobierno de Yoon Suk Yeol registró dos casos por contrabando al día, según datos de la agencia de noticias Yonhap.
La presión social influye en el cine
Las constricciones sociales que existen en el continente asiático sobre el consumo de estupefacientes se han intensificado con los años. En uno de esos extremos se encuentra la difícil relación que tiene Corea del Sur con las drogas, que afecta incluso a sus ciudadanos.
Hace un año, el actor surcoreano de 48 años Lee Sun-Kyun, que interpretó el papel del famoso progenitor en la galardonada película Parásitos, fue hallado muerto en Seúl tras ser investigado por un supuesto caso de consumo de drogas. Las autoridades policiales informaron en su momento de una aparente nota de suicidio.
«Les pedimos respetuosamente que se abstengan de difundir hechos falsos»
El intérprete se enfrentaba a una avalancha de críticas y acusaciones que se sumaron a los interrogatorios e investigaciones de los agentes policiales. En todo momento, Lee colaboró con ellos, manteniendo su inocencia y pasando las pruebas que hallaran indicios sobre el consumo de estupefacientes del Servicio Forense Nacional surcoreano. Pero no encontraron ninguno porque estos tests dieron negativo.
También Lee pidió someterse a una prueba del polígrafo alegando su inocencia. «No hay manera de contener el dolor y la desesperación. Les pedimos respetuosamente que se abstengan de difundir hechos falsos basados en especulaciones… para que el viaje final [de Lee] no sea injusto», explicaba la agencia del actor, HODU&U Entertainment.
34 países mantienen la muerte por delitos de drogas
En Asia, se encuentran algunos de los países donde tanto la posesión como el tráfico de drogas están más perseguidos, con penas de prisión e incluso pena de muerte, como ocurre en Indonesia, China, Irán, Kuwait, Arabia Saudita y Singapur. A finales de 2023, 34 países mantenían la muerte por delitos de drogas, según el informe anual de la organización Harm Reduction Drugs de Reino Unido. En total, 3.000 personas están condenadas a muerte por delitos de drogas en al menos 19 países.
En este informe ya no se encuentran ni Pakistán ni Malasia. El primero eliminó la pena de muerte como castigo a determinadas violaciones de su Ley de Control de Sustancias Estupefacientes. Por su parte, Malasia, abolió la pena de muerte obligatoria para todos los delitos, incluidos los relacionados con las drogas.
En 2023, se observó un número récord de ejecuciones relacionadas con drogas, al menos 467 ejecuciones, según Harm Reduction Drugs. Las ejecuciones relacionadas con las drogas son frecuentes. Uno de los países del mundo en los que la posesión y tráfico de cualquier sustancia clasificada como droga está más perseguido es Indonesia, que se castiga con largas penas de prisión e incluso penas de muerte. En el caso de Indonesia, se consideran narcóticos «drogas recreativas o sustancias, incluso en pequeñas cantidades, que pueden ser legales en otros países, como los derivados del cannabis», explica la embajada de Indonesia en Colombia, así como los tés elaborados a partir de la hoja de coca.
Fuente: https://www.elconfidencial.com/mundo/2024-07-21/corea-del-sur-desatado-guerra-eeuu-bagels_3926627/