El Rey y Sánchez mandan señales de concordia y la ministra de Exteriores intenta convencerles de que se centren sólo en la celebración
MARISOL HERNÁNDEZ / Madrid / EL MUNDO
España no pedirá perdón por la conquista como le ha reclamado el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pero está haciendo un esfuerzo diplomático para que la celebración este año del Bicentenario de la Independencia no derive en un enfrentamiento con este país. La ministra de Exteriores, Arancha González Laya, en su visita a la capital mexicana en noviembre pasado, ya manifestó que la relación debe enfocarse «de cara a los próximos 50 años y no en lo ocurrido hace 500». Y ese es el mensaje que reiteró a su homólogo, que hace unas semanas estuvo de viaje oficial en Madrid.
En 2021 se cumplen varias efemérides -700 años de la fundación de la capital azteca, 500 de la conquista y 200 de la independencia- que hacen de esta fecha un año emblemático para México. Se han previsto una serie de eventos y se exige que Felipe VI pida «disculpas» por la colonización española. López Obrador ha llegado a solicitarlo oficialmente en la carta que envió al Rey en marzo de 2019. En ella manifestaba que durante la conquista «se vulneraron derechos individuales y colectivos que con una mirada contemporánea deben asumirse como atentados a los principios que rigen ambas naciones» y demandaba que España «admita su responsabilidad por las ofensas y ofrezca las disculpas o resarcimientos políticos que convengan».
El Gobierno español ya rechazó entonces «con toda firmeza» esa solicitud. Pero México insiste en que haya algún tipo de declaración. En el encuentro que Laya y el ministro de Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, mantuvieron en el Palacio de Viana, tras el que no hubo rueda de prensa conjunta, éste fue uno de los asuntos tratados, según fuentes diplomáticas.
España, explican, trata de convencer a México de que desista de ese empeño y enfoque la conmemoración como una celebración no como un ajuste de cuentas. El hecho de que junto al Bicentenario de la Independencia confluya la pérdida de la antigua capital azteca a manos de los conquistadores españoles está distorsionando mucho el enfoque, aseguran.
El Gobierno lleva tiempo haciendo gestos a todos los niveles y se compromete a participar en los actos si se olvida la solicitud de perdón. Los intentos de apaciguar la tensión actual fueron muy visibles en la cumbre iberoamericana del mes pasado en Andorra, a pesar de que López Obrador no participó y delegó en su ministro de Exteriores.
Hubo alusiones a este asunto tanto en el discurso del Rey como del jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez. Felipe VI recordó las «importantes efemérides» del Bicentenario de la Independencia de México y de Perú. «Son hechos históricos constituyentes de nuestras naciones hermanas de América, pero también parte integral y muy relevante de la Historia de España». «Grandes acontecimientos», añadió, «de una Historia común y compartida que nos llenan de orgullo y que perfilan nuestra actual identidad iberoamericana».
Sánchez repitió este mensaje de conciliación, de manera aún más explícita: «Creo que tenemos que hacer del año 2021 un año de celebración», para «seguir construyendo juntos», en el que «lo que tenemos que hacer es mirar hacia adelante». Según el presidente todas estas celebraciones son «un testimonio de la capacidad de nuestros países de superar, mediante el diálogo, la concordia, las situaciones más complejas y dramáticas, incluso aquellas que hunden sus raíces en largas décadas de conflicto».
Por el momento no hay acuerdo sobre el encaje de España en los actos, pese a la reunión de los ministros de Exteriores. En su misiva al Rey, López Obrador mencionaba que el 21 de septiembre instaurará el Día de la Reconciliación Histórica y el propio Estado mexicano pedirá perdón por la persecución de los indígenas, una vez conseguida la independencia. Su intención es que España, en «una ceremonia compartida al más alto nivel», exprese de manera pública el reconocimiento» de los «agravios causados» y se redacte un «relato compartido de su historia común».
Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2021/05/14/609d6cfcfc6c83255d8b45cb.html