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Minnesota abre un cisma en Alcohólicos Anónimos | Crónica

El 89 aniversario de la organización que ayuda a las personas con problemas de adicción saca a la luz una división entre el modelo puro y de igualdad de los ‘Doce pasos’ y otro más complejo, de pago y con jerarquías, llamado Minnesota. Representantes de las dos posturas nos lo cuentan

M.H., ex adicto al alcohol, lleva 36 años sin beber y asegura que es gracias a Alcohólicos Anónimos. CEDIDA

Angélica Reinosa / CRÓNICA

ada vez que entraba en contacto con el alcohol, él acababa en un coma etílico. «No me acordaba de nada de lo que había hecho. Era algo espantoso». En 1988 M.H. reconoció que necesitaba ayuda. Decidió ir a Alcohólicos Anónimos. Desde entonces, lleva 36 años «sin beber ni una gota de alcohol». «Esa fue mi solución. Me enseñó a vivir dignamente», afirma. Ahora M.H. está preocupado por el futuro de la organización que le salvó la vida.

El 10 de junio Alcohólicos Anónimos (AA) cumplió 89 años. «Fieles a nuestros principios desde 1935» fue el lema con el que se celebró en un salón de actos en Madrid. Los protagonistas del encuentro fueron los miembros de AA, quienes, con el previo y característico saludo de «hola, soy X y soy alcohólico», compartieron sus testimonios. El evento transcurrió entre risas y agradecimientos, pero hacia el final se volvió tenso. El cisma.

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Uno de los veteranos con años de sobriedad tomó el micrófono. Todos escuchaban atentos, pero en lo que nombró dos palabras, «Modelo Minnesota», para criticarlo, varias personas abandonaron la sala enfadados. «Ya estamos con Minnesota», «ya empieza el prepotente», «yo me marcho»… se escuchaba. «Es que desde hace un año hay una división interna por el Modelo Minnesota», aclaraba un miembro entre susurros. De hecho, 60 miembros del Grupo Madrid de AA firmaron una carta para denunciar que unos partidarios de esta metodología se han entrometido en los grupos. Algo que, según ellos, «se escapa del objetivo de la organización».

Alcohólicos Anónimos se creó en Akron, Ohio (EEUU), con unos ideales. «La ayuda mutua entre iguales, sin jerarquía», gratuita y bajo la creencia de que «cualquier alcohólico puede dejar de beber si se concentra en no tomar la primera copa, un día a la vez». Además, siguiendo los principios del programa de los Doce pasos sin ataduras.

"Sé fiel a ti mismo", la frase que está en el reverso de las fichas de recompensa de AA por no beber alcohol.
«Sé fiel a ti mismo», la frase que está en el reverso de las fichas de recompensa de AA por no beber alcohol. CEDIDA

Por su parte, el Modelo Minnesota se basa en los mismos Doce pasos de AA, pero ofrece un enfoque más estructurado y profesionalizado —«dogmatizado», según algunos miembros de AA—, con el paciente ingresado en un centro de rehabilitación. Intenta combinar la experiencia de adictos en recuperación con el conocimiento científico. Persigue una ayuda integral al paciente a través de distintas terapias.

La primera crítica que hacen algunos de AA es que usan los Doce pasos de forma «dogmática». A su vez, aseguran que han notado una «intromisión de personas que dicen ser terapeutas y que tratan de imponerse sobre los demás», usando el programa «como instrumento de dominio».

El factor económico también es criticado. Señalan que algunas clínicas cobran «hasta 30.000 euros por estar ingresados tres meses». Asimismo, denuncian que el personal laboral de los centros está formado por adictos rehabilitados de AA. H.M relata que «como los alcohólicos anónimos tenemos prohibido transmitir nuestra experiencia a cambio de dinero, inventaron la figura del terapeuta: alguien que lleva tres, cuatro o cinco años de recuperación en AA o en Narcóticos Anónimos (NA) y luego hace un cursillo y ya se convierte en terapeuta».

Otra diferencia, agrega M.H., es que «cuando uno llega a un grupo normal de AA, se le ofrece un voto de confianza. En cambio, en los centros lo que se alimenta es el miedo a la recaída, le controlan a la persona el dinero, a dónde irá cuando salga… En AA la persona se recupera en el mundo desde el minuto uno, rodeado de bares, con dinero en el bolsillo, en lo que es la realidad». Otra crítica: «AA es una organización de alcohólicos para alcohólicos. Mientras que los centros suelen tratar todas las adicciones por igual».

I.H. estuvo ingresado en un centro de rehabilitación que trabajaba con el Modelo Minnesota. Pero, según cuenta a Crónica, ha sido AA lo que realmente le ha ayudado. Tras cumplir los tres meses de tratamiento en un centro, salió y al poco tiempo recayó en la bebida. Cuenta que su familia pagó alrededor de 12.000 euros. «A mí me chocó el concepto imposición, de autoridad y de exigencia, así como la falta de empatía», recuerda.

Alcohólicos Anónimos sigue el principio de la espiritualidad, "que puede hallarse en Dios, en el universo o en el propio grupo de apoyo".
Alcohólicos Anónimos sigue el principio de la espiritualidad, «que puede hallarse en Dios, en el universo o en el propio grupo de apoyo».IÑAKI ANDRÉS

Al salir, continuó yendo a NA, pero allí también se sintió juzgado. Sobre todo, cuando recayó. «Les decían a los compañeros que no hablasen conmigo, hubo insultos en la sala… Usaban el método Minnesota y eso me produjo bastantes dificultades». Fue entonces cuando I.H. decidió irse a AA. En julio hará dos años «sin consumir ninguna sustancia». En AA, cuenta, recuperó la confianza en el grupo y encontró las herramientas para mantenerse sobrio y no sentirse controlado o juzgado. «Allí nadie me obligaba a aprenderme el programa de los Doce pasos y podía expresarme con libertad».

Dentro de AA hay quienes defienden la implantación del Modelo Minnesota, la mayoría porque vienen de algún centro de rehabilitación que lo usa o porque trabajan en una clínica como terapeutas ex adictos, pero prefieren no opinar «para evitar polémicas».

José Manuel Zaldua, director del grupo de rehabilitación Reinservida, explica que el método de sus centros difiere del de AA. «La metodología Minnesota que utilizamos no tiene nada que ver con lo que es AA, que tiene una filosofía que es respetable y que, en cierta manera, ayudó en la creación del Modelo Minnesota». Asimismo, dice que no siempre emplean los Doce pasos. «Lo que sí se utiliza son algunos principios: como que se trata la enfermedad como crónica, progresiva y multifactorial».

LAS COMUNIDADES TERAPÉUTICAS

En la misma línea, Sandra Bruzón, psicóloga del Centro Recovery, detalla que «AA es un grupo de autoayuda, diferente a una comunidad terapéutica, que brinda un tratamiento psicológico y médico». La metodología del centro se basa «primero, en la desintoxicación, ayudar a lidiar con la abstinencia; luego la deshabituación, dar herramientas para gestionar la vida y, por último, ayudar a la reinserción en la sociedad».

Cartel de Alcohólicos Anónimos ofreciendo ayuda. La organización ya tiene 89 años.
Cartel de Alcohólicos Anónimos ofreciendo ayuda. La organización ya tiene 89 años.PEDRO CARRERO

Al salir del centro, invitan a continuar con las terapias. La psicóloga admite que sólo recomiendan asistir a AA cuando las personas no tienen recursos económicos. «No solemos recomendarlo porque a veces hay mensajes contradictorios en lo que son AA o NA con lo que se trabaja en una comunidad terapéutica, además tienden a generarles rechazo las comunidades terapéuticas». Brinda un ejemplo de los diferentes puntos de vista. «No recomendamos ir a bares porque se activan estímulos que pueden incitar a beber. Mientras que en AA ven con más normalidad el ir a bares bajo la premisa de «no voy a beber»».

En cuanto a contar con terapeutas ex adictos, la psicóloga señala que cuentan con ellos para algunas terapias en grupo, «pero las menos. Nosotros contamos con un adicto en recuperación y suele dar pues una terapia de grupo a la semana para facilitar la identificación del grupo. Pero la mayoría de los que trabajamos aquí somos psicólogas, personas formadas, es decir, no me basta con tú has tenido esa experiencia, me aconsejas, sino una persona profesional formada en ese ámbito que te da consejos desde ese punto de vista profesional y te orienta».

Bruzón también aclara que, aunque se trabajen todas las adicciones en el centro, el acompañamiento se hace de manera individualizada y «en función de cada sustancia, cada ambiente, cada familia, cada situación socio laboral, socioeconómica». En el tratamiento, explica, trabajan «sobre todo, con la terapia cognitivo conductual de Beck y el programa de prevención de recaídas de Marlas… Eso sí, cogemos cosas del Modelo Minnesota en lo que hace referencia a defectos de carácter, virtudes y valores que tienen que trabajar».

Tanto AA como los centros que implantan el Modelo Minnesota persiguen el mismo objetivo. Sin embargo, varios miembros de AA insisten en la necesidad de dejar intacta la esencia de su organización. «No estamos en contra de los centros públicos o privados que ofrecen asistencia a los alcohólicos», aseguran. Aun así, denuncian que el problema se da cuando quieren implantar esa metodología dentro de sus grupos. «Si ellos se hubieran limitado a hacer eso en sus centros, yo no opinaría, pero si dejamos que esto siga su curso, AA desaparecerá», finaliza M.H.

Fuente: https://www.elmundo.es/cronica/2024/06/16/666d807ce4d4d86e7a8b4571.html

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