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La imagen humana a lo largo de 10.000 años | El Mundo

La representación del ser humano desde el Neolítico hasta la actualidad es analizada en una exposición de CaixaForum Madrid, comisariada por el Museo Británico

ELENA G. DIEZ / EL MUNDO

No sabemos de dónde venimos y siempre nos preguntamos a dónde vamos, así que ¿podemos comprender, al menos, quiénes somos? La identidad humana, la imagen que el ser humano tiene de sí mismo, ha cambiado mucho a lo largo de la Historia y de las diferentes culturas, y eso es lo que intenta plasmar la exposición La imagen humana. Arte, identidades y simbolismo, que ayer se inauguró en CaixaForum Madrid. La muestra, comisariada por el Museo Británico de Londres con piezas de sus fondos, invita a ahondar en esa incógnita: su objetivo es mostrar el cambio de la representación humana a lo largo del tiempo; desde un cráneo decorado en Oriente Medio hace 10.000 años hasta creaciones audiovisuales actuales, pasando por esculturas, monedas, fotos y óleos.

Se intercalan en total 155 piezas a lo largo de una de las plantas del edifico del CaixaForum. «Es un experimento. Normalmente se adopta cierta distancia entre las piezas, pero esta exposición quiere que el visitante se identifique con las piezas y saque conclusiones», explicó Elisa Durán, directora general adjunta de Fundación La Caixa, durante la rueda de prensa de presentación. De ese modo, la distribución no es temporal, sino que se divide en cinco áreas temáticas que pretenden explicar qué factores llevan al ser humano a idealizar la imagen y sentirse representado por ella: belleza ideal, expresión de la personalidad, el cuerpo divino, la encarnación del poder y el cuerpo transformado.

La expansión del Covid retrasó la inauguración de esta muestra, en la que se trabaja desde hace cuatro años, y la propia pandemia ha visibilizado muy bien la fascinación que sentimos por la figura «Durante este periodo nos hemos convertido en textos e imágenes, se ha intensificado el culto de nuevo. Nunca habíamos dedicado tanto tiempo a nosotros mismos», afirmó.

Deconstrucción de la imagen de la belleza
Deconstrucción de la imagen de la belleza

La forma perfecta de representar un cuerpo se ha discutido en todas las culturas y épocas y ninguna se ve con los mismos ojos. «No solo cambian la representación y los cánones, también lo hacen los valores humanos», explicó Brendan Moore, comisario del Museo Británico y responsable de la muestra. En la antigua Grecia la esencia de lo bello se encontraba en lo naturalista y lo matemático, explicó el profesor británico, mientras que posteriormente las siluetas se tornaron voluptuosas e idealizadas, para culminar con representaciones del físico más realistas en cuanto a las imperfecciones. Esto convirtió el concepto de belleza en algo universal y cambiante, las obras más actuales muestran cómo el propio concepto de belleza es desafiado por los nuevos movimientos del siglo XXI.

Las piezas artísticas no solo buscan atrapar la imagen, también indagan sobre el alma, defendió Moore: «Una obra es algo más que una representación de apariencia física, es una reconstrucción de la identidad». Sin embargo, no todas las piezas buscan ser claras, algunas encuentran su significado en el mimetismo y juegan con las formas para ensalzar el interior de los personajes.

En esa búsqueda de la esencia y el equilibrio entre lo que proyectamos y aquello que somos las sociedades han querido humanizar lo divino: dar cuerpo, cara y forma a sus dioses, como manera de identificarse con la esencia de mitologías y religiones.

Cabeza romana de Alejando Magno
Cabeza romana de Alejando Magno

Lo mismo han hecho los políticos, que a lo largo de la Historia han basado su imagen en lo que querían representar: Alejandro Magno aspiraba a infundir miedo en sus rivales, mientras que Indira Gandhi, por ejemplo, se presentaba como una diosa y madre de todos los indios. Según Moore, «los políticos utilizan imágenes de sí mismos para transmitir su poder. Lo hacen en monedas, estatuas o dibujos, cualquier medio es bueno para glorificarles».

Y eso también incluye, claro, a muchos dictadores, para los que la imagen se convierte en una manera de estar presente en los hogares, hacer propaganda y ejercer control, como Mao Zedong, señaló Moore. Del mismo modo, la destrucción de estos símbolos -como derribar una estatua-_es una manera de desmontar estos mitos como símbolo de rebeldía y nueva autodefinición.

Durán planteó una cuestión: «¿Puedo modelar mi identidad transformando el cuerpo o las modificaciones me vienen impuestas desde el exterior?». La transformación del cuerpo, tanto física como psicológica, ha sido un elemento común de todas las sociedades, desde la mitología griega, que hablaba de metamorfosis, hasta la distorsión que puede hacerse con medios tecnológicos. El cierre de este largo viaje por la identidad humana es la cara de Donald Trump en una chapa, en 2016, con pose heroica y estilo pop. ¿Quiénes somos?

Fuente: https://www.elmundo.es/cultura/2021/04/29/6089a806fc6c830a128b4628.html

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