El polifacético empresario taurino ha visitado esRadio para hablar de cultura, de toros, del inicio San Isidro 2024 y de sus memorias Pases y pases.
Bernard Domb (Nimes, Francia, 1946), conocido como Simón Casas, ha sido casi todo lo que alguien puede ser en el mundo del toro. Toma la alternativa el 16 de marzo de 1975 en el imponente coso taurino de su ciudad que es ni más ni menos que el antiguo anfiteatro romano de Nemausus. Ese mismo día se retiró, pero siguió vinculado a este sector siendo hoy día uno de los empresarios de la primera plaza de toros del mundo: la Monumental de Las Ventas de Madrid.
El productor, como también se le conoce, ha visitado el programa Es la Mañana de Federico de esRadio en la sección Los Libros con Andrés Amorós y Jiménez Losantos para hablar de sus memorias recién publicadas por la editorial Demipage, Pases y pases, y para hablar de tauromaquia y de la inminente Feria de San Isidro 2024 que comienza esta semana en Madrid. Casas también es autor de otros libros como Tous toreros, La corrida parfaite, La tarde perfecta de José Tomás y Taches d’encre et de sang y se ha confesado lector de Bataille: «Es un referente para mi. Seré de los pocos toreros que han leído a Georges Bataille».
Todas las figuras se dan cita en San Isidro 2024 (Carteles oficiales)J. Romero
Ha contado que lo que siendo un niño le atrajo del mundo del toro es «la casualidad» y ha contado que todo sucedió cuando tenía 10 años. «Era la primera vez que salgo solo de mi casa. No sé si me habían dejado o me escapé y andando por las calles de Nimes, donde la tauromaquia evidentemente forma parte de la historia de la ciudad, y de casualidad llego delante del hotel donde se vestían los toreros. Yo no sabía lo que era un torero ni qué era la tauromaquia».
«En el hotel había gente que esperaba a los toreros que llegaban de la plaza. Entraron los toreros y me parecieron extraños con sus trajes y con la sangre que los manchaba. Yo no sabía lo que pasaba. Y la gente empezó a decir: ¡Cocteau, Hemingway, Picasso! Y había tres personajes que venían de la plaza andando que eran ellos tres. Yo estaba pegado a la puerta y el calvo de los tres, por lo tanto Picasso, me vio, le llamé la atención, me puso la mano en la cabeza y me dijo en español cuando yo no hablaba español: tú serás torero. O sea, me bautizó Picasso y la ciudad en la que nací», ha contado.
Los valores existenciales de la tauromaquia
En su estilo, el polifacético empresario francés ha disertado sobre la tauromaquia vista desde un punto de vista existencial. Ha dicho que «la historia de la tauromaquia es un ritual, precisamente el de la vida y la muerte. Por lo tanto, la ecuación fundamental de toda la existencia, la esencia de la filosofía: ¿Quién soy? Pues soy un ser vivo que va a morir». En este sentido, Simón Casas ha explicado que «lo que nos cuenta la tauromaquia es la historia de la vida de cada cual y de la vida colectiva de todos los individuos. Nos lo cuenta con belleza y con la participación de otro artista».
«Hay dos artistas en la plaza: el torero y el toro, el animal y el hombre. Y al contrario de lo que puedan pensar algunos, en particular el ministro de Cultura actual, el animal, que cierto que va a ser sacrificado ritualmente, se eleva a la altura del hombre. Se pone en igualdad con el animal, cada cual con su naturaleza», ha señalado. Sobre el toro bravo ha apuntado que «el instinto de este animal que no es pacífico, que no lo obligamos a combatir ni a cambiar de condición. Eso es una ecuación bastante llena de matices porque es existencial y, en el momento actual donde nuestra juventud está constantemente en búsqueda del sentido de la vida, eso es tomar en cuenta que somos mortales». «La tauromaquia es una gran misa, un gran ritual, que nos permite acercarnos a la ecuación eterna de quiénes somos viviendo para morir y buscando valores existenciales», ha añadido.
Cree Simón Casas que habría «menos droga y menos delincuencia si la sociedad actual es capaz de ofrecer a la juventud rituales que enseñan los valores existenciales». Y ha sentenciado que «la tauromaquia es arte, es cultura, lo que quiere decir estética y filosofía» y cree que es «una pena que le ministro de Cultura no le haya dedicado cinco minutos a esta reflexión».
El toro, el único animal autorizado para matar al hombre
Simón Casas ha dicho que hay «una cuestión eterna de cómo se vive para llegar a morir» y que «por eso existen las liturgias y los rituales». «La tauromaquia nos permite, igual que la música de Beethoven, ir del dolor a la alegría. La alegría la sintetizaría como aceptar el sentido de la vida que es la meta más profunda. No se puede saber lo que es vivir sin entender algo de lo que es morir. No hay que ver la muerte de manera negativa y menos la del toro de lidia porque si el toro de lidia fuera un animal al que se le forzara a combatir y a morir como víctima a lo mejor el que les habla estaría en contra de la tauromaquia porque yo estoy en contra del maltrato animal«, ha reflexionado.
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Ha remarcado que no es así porque «el toro de lidia es único animal a quien el hombre deja actuar en plena libertad que corresponde a su naturaleza, a lo que es». En este sentido, ha apuntado que «el hombre le autoriza, si acaso, a herirlo o matarlo» y que «lo reconoce de manera absoluta y total en la realidad de su naturaleza». «Es cierto que va a morir», ha dicho Casas, «pero si yo fuera un animal, antes que ser un pollo, un bovino de matadero, un pajarito a merced de una escopeta yo quisiera ser un toro de lidia para que mi muerte precisamente justifique el sentido y la grandeza de mi vida».
«¿Qué vamos a hacer, dejar a todos los bovinos vivos y que corran por las calles? No, si sólo se vive una vez se debe de vivir con gloria y, eso, el hombre intelectual con su cultura lo ha entendido. Pues le damos al toro de lidia la posibilidad de darle sentido a la realidad de sus instintos. Eso es elevar el animal a la condición humana», ha indicado.
El «renacimiento» de Las Ventas
El empresario de Las Ventas junto a Rafael García Garrido ha vaticinado que en toda la temporada taurina en la plaza de toros de Madrid habrá «1 millón de espectadores» (en 2023 hubo 868.784, 40.000 más que en 2022) y que este San Isidro 2024 que comienza el próximo viernes 10 de mayo con Morante de La Puebla habrá «17 o 18 tardes» en las que se va a llenar el coso de la calle de Alcalá. Ha sacado pecho por haber «recuperado los casi 18.000 abonados (las cifras proporcionadas por la empresa Plaza 1 dicen que son 16.575)».»Hace más de una década que se había perdido y estamos en un nuevo renacimiento de asistencia de público y de público joven», ha dicho.
«La Fiesta enseña a la juventud algo que primero le sorprende y que le da una guía de investigación de la entrega, de la búsqueda de belleza, de la creación de grandes emociones y de una reflexión sobre el sentido de la vida. La tauromaquia es una ópera donde la actriz principal es la muerte y donde se muere de verdad«, ha indicado Simón Casas que también ha parafraseado a Federico García Lorca: «Hay muchas artes importantes, pero como decía Lorca el arte de los artes, la cultura de las culturas, podría ser la tauromaquia».
La izquierda y los toros
Sobre el cuestionamiento político actual que tiene la Fiesta, Simón Casas ha dicho que la supuesta decadencia viene «al contrario de lo que dicen algunos por motivos políticos exclusivamente». Ha recordado que «todo empezó con Cataluña» donde «se prohibió porque era la Fiesta Nacional» y que «además ahora mismo no está prohibida». «Eso es politiqueo», ha apuntado el empresario que advierte que «los políticos franceses son más inteligentes en este caso porque reconocen la excepción cultural regional».
En este sentido, ha contado que «en Francia no hay problema con la tauromaquia» y que «en el sur está autorizada» porque «se respeta al pueblo y su historia y no somos imperialistas los aficionados a los toros. No queremos dar toros en París o en Bretaña». Sin embargo, cree que «en España hay una gran confusión entre lo moderno y lo tradicional» y que «no hay que utilizar el patrimonio del pueblo cultural para transformarlo en medios políticos e ideológicos».
«Históricamente la izquierda española ha sido aficionada a los toros«, ha sentenciado Simón Casas que cree que «actualmente también lo que pasa es que algunos se esconden un poquito a pesar de su gran pasión por los toros». En este sentido, piensa que «hay que distinguir entre izquierda e izquierda radical» de la que ha dicho que es «fruto de muchas cosas, pero en la actualidad no deja de ser una expresión del wokismo: te tienen que enseñar a ser como ellos quieren que seas y a pensar como ellos piensan. ¡Pues no! La libertad y la cultura son sinónimos, no puede haber cultura sin libertad de pensamiento». «La tauromaquia es un gran arte de una gran modernidad a pesar de sus raíces históricas porque nos plantea no solamente lo que es de actualidad sino que es una llave de futuro», ha dicho.