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Inteligencia Artificial y sostenibilidad: «La alianza futurista» | ethic

La Inteligencia Artificial puede ayudar al cumplimiento del 79% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en áreas como la recogida selectiva de residuos, anticipar y prevenir eventos climáticos, la transición energética, proteger la biodiversidad o las ciudades inteligentes. La IA y su papel en la sostenibilidad y en el desarrollo de soluciones para combatir el desafío climático fue el centro de debate de la nueva edición de Vidrios y Barras, el encuentro de expertos organizado por Ecovidrio.

Ramón Oliver / ethic

Hay que empezar con una confesión: el título de esta crónica lo ha escrito ChatGPT. Y es que, en un evento dedicado a analizar las relaciones y posibilidades de la inteligencia artificial aplicada a la sostenibilidad, era casi imposible resistirse a preguntar –o, más exactamente, a promptear– a la tecnología exponencial del momento. Así lo hizo la periodista y experta en transformación digital Raquel Roca, quien ejerció como moderadora de esta nueva edición de Vidrios y Barras, el encuentro de expertos organizado por Ecovidrio en colaboración con Ethic.

Vidrios y Barras

«Se estima que la IA podría ayudar al cumplimiento del 79% de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en áreas como la recogida selectiva de residuos, anticipar y prevenir eventos climáticos, la transición energética o las ciudades inteligentes», recordó Roca en la apertura. Es un enorme potencial que, sin embargo, también genera sentimientos encontrados que oscilan entre «el asombro por lo que es capaz de hacer la innovación y el vértigo que produce la velocidad de estos cambios exponenciales».

Silvia Leal: «Ninguna tecnología surge de la nada ni aparece de repente»

Silvia Leal, especialista en tecnología y transformación digital, señaló que, aunque pueda parecer lo contrario, «ninguna tecnología surge de la nada ni aparece de repente». En el caso de la IA, sus primeros desarrollos datan de los años 40, «solo que, como estamos metidos en nuestro día a día, muchos no la han visto venir». Lo que es seguro, vaticinó, «es que se va a quedar entre nosotros y seguirá penetrando con más fuerza» pues «es una tecnología que nos da dos horas y media más de eficiencia por empleado, reduce en un 25% el consumo energético de las industrias y hasta en un 40% el de las ciudades».

Mariola Domenech (Acciona Energía): «La IA nos permite anticipar tendencias y patrones de consumo energético»

La eficiencia energética es, de hecho, una de las muchas aplicaciones en las que la IA ya está teniendo un impacto significativo. «La IA nos permite anticipar tendencias y patrones de consumo energético, identificar áreas de mayores recursos, optimizar la producción de energía renovable, hacer un uso más eficiente de la red y las instalaciones o extender la vida útil de nuestros equipos. Y también nos ayuda a predecir el efecto que el cambio climático tiene sobre nuestras instalaciones, por ejemplo, como consecuencia de un fenómeno meteorológico extremo, y tomar medidas para mitigarlo», destacó Mariola Domenech, directora de Sostenibilidad de Acciona Energía.

Gestión de residuos

La gestión de residuos es otro de los campos en los que la IA tiene mucho que aportar gracias a su capacidad para analizar ingentes cantidades de datos. Y si algo se genera en abundancia en el universo de los residuos, apuntó Gonzalo de Sebastián, director de Estrategia e Innovación de Ecovidrio, son, precisamente, datos. «Tenemos casi 300.000 contenedores verdes repartidos por toda España generando constantemente datos. Los tenemos geolocalizados y se hacen mediciones diarias del vidrio que recogemos en ellos. La reflexión que nos hicimos es qué podíamos hacer con esa información para mejorar aún más las tasas de reciclado en España y llegar así a nuestro objetivo de que 7 de cada 10 envases de vidrio recogidos en los hogares y en el canal HORECA sean reciclados y valorizados en forma de nuevos envases y otros usos en 2025».

Gonzalo de Sebatián (Ecovidrio): «La IA sirve para identificar en qué barrios y zonas se está perdiendo vidrio, combinar esa información con factores socioeconómicos y buscar soluciones»

La IA está permitiendo a Ecovidrio avanzar en ese objetivo. El gestor del SCRAP del vidrio en España ha identificado las dos principales barreras que dificultan el reciclaje de este material en el país. «La primera es el hecho de no tener un contenedor cerca; y la segunda, la falta de suficiente concienciación ambiental. La IA nos sirve para identificar en qué barrios y zonas se está produciendo alguna de estas dos situaciones, combinamos esa información con factores socioeconómicos y buscamos correlaciones. De esta forma, somos capaces de localizar aquellas zonas de España en las que el vidrio no está llegando al contenedor adecuado, determinamos los motivos y buscamos soluciones», explicó De Sebastián.

Vidrios y Barras

Gracias a este análisis, es posible generar soluciones a la medida de cada situación. Para Gonzalo de Sebastián, una de las claves radica en combinar el poder de procesamiento de la IA con la creatividad y el ingenio del ser humano. «Hay que ponérselo fácil al ciudadano y que no tenga excusas para no reciclar. Por ejemplo, estamos ensayando el piloto de un contenedor en el que se pueden depositar los residuos desde el coche, y los resultados están siendo espectaculares: más de un 50% más de vidrio reciclado».

Imaginación al poder

Las aplicaciones de la IA a la sostenibilidad son casi infinitas. Por ejemplo, para proteger la biodiversidad dentro de sus plantas eólicas. «Nos permite anticipar con más precisión los movimientos de las aves migratorias y parar las máquinas para evitar accidentes», relató Domenech.

También Ecovidrio está reduciendo la huella ambiental de las operaciones de recogida selectiva gracias a la optimización de rutas o al análisis de los patrones de llenado de los contenedores. «De este modo, reducimos el consumo de combustible de los camiones y somos más eficaces y transparentes», indicó De Sebastián.

La cuestión social

A pesar de estas ventajas, una preocupación generalizada cuando se habla de IA y sostenibilidad es que la espectacularidad técnica de estas soluciones impida ver otras no tan positivas. «La tecnología nos ayuda a resolver grandes retos, pero también nos plantea otros nuevos, como la contaminación que provoca en forma de basura electrónica», advirtió Silvia Leal. La divulgadora tecnológica comentó que se estima que en 2030 solo los teléfonos móviles serán responsables del 7% de las emisiones GEI del planeta. Por eso, «herramientas como la IA representan una gran oportunidad, pero hay que gestionarlas con responsabilidad. Tenemos que hacerlo bien».

Leal también alertó del peligro de fiarse ciegamente de la IA y sin hacer uso del pensamiento crítico: «Está hecha a imagen y semejanza de los humanos, y los humanos somos imperfectos» Esta es una de las razones por las cuales los últimos desarrollos legislativos, como la pionera Ley de IA, aprobada recientemente por la Unión Europea, están poniendo énfasis en una IA explicativa que desnude los entresijos de su algoritmo. «La IA es como un niño: aprende, toma decisiones y nos hace recomendaciones a los humanos en base a ese aprendizaje. Pero no nos explica las razones que le han llevado a hacernos esas recomendaciones», avisó Leal.

José Luis De la Cruz (Fundación Alternativas): «La IA servirá de poco si no garantiza la justicia social»

También José Luis de la Cruz, director de Sostenibilidad de la Fundación Alternativas, se mostró esperanzado pero cauto con la utilidad de estos avances. «La IA servirá de poco si no garantiza la justicia social. Las soluciones deberán ser sostenibles desde todos los puntos de vista, no solo desde los productivos. Porque no todo son las infraestructuras o los desarrollos tecnológicos; lo que necesitamos saber es cuál será el impacto que esas soluciones tendrán en la vida de las personas», recalcó.

La transición energética es un claro ejemplo de un proceso en el que la dimensión social es tan importante como la puramente ambiental. «La IA es una herramienta muy potente para generar un impacto positivo en el entorno. En Acciona la usamos para conocer mejor el contexto social de las comunidades en las que tenemos nuestras instalaciones, por ejemplo, en la España vaciada. Esto nos permite identificar brechas y oportunidades y generar proyectos que no solo generen valor productivo, sino también social para la comunidad local durante esos 30-35 años que la instalación va a estar operativa en ese territorio», subrayó Mariola Domenech.

En cuanto al futuro de esa relación entre la IA y la sostenibilidad, De la Cruz aventuró que esa disrupción tecnológica aportará valor en la medida en que sea aplicable para «determinar cuáles son las zonas más sometidas a contaminación y actuar sobre ellas, promocionar procesos participativos justos o diseñar herramientas educacionales en materia ambiental».

Una revolución laboral

Otro de los recelos que genera la «cuarta revolución industrial» tiene que ver con el empleo. «Muchas profesiones van a desaparecer. El reto es transformar y formar a esas personas cuyas funciones van a ser asumidas por la tecnología para que nadie se quede atrás», reflexionó Gonzalo de Sebastián. En esa labor será fundamental, según Domenech, «la colaboración entre empresas, instituciones académicas y administraciones, a través de programas de protección social, capacitación y reskilling para que esos trabajadores adquieran nuevas habilidades».

De la Cruz cree que llegará un momento en el que el revuelo de la revolución digital del empleo se aplacará. «Los puestos de trabajo evolucionarán y alcanzaremos un equilibrio». Por su parte, Silvia Leal instó a romper prejuicios: «Hay un 12% de paro y, al mismo tiempo, 8 de cada 10 empresas tiene dificultades para encontrar talento. Aquí cabe preguntarse: ¿este nuevo mundo es exclusivo para los tecnólogos o hay espacio para que todas las personas que se quieran formar en estas tecnologías tengan cabida en él? Tenemos que abrir bien los ojos, porque creo que estamos ante una enorme oportunidad para todos».

Vidrios y barras

Fuente: https://ethic.es/2024/03/inteligencia-artificial-y-sostenibilidad-la-alianza-futurista/

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