De acuerdo con el especialista, toda crisis se presenta primero en centros de aprendizaje como universidades, ya que no fomentan el pensamiento
CARLOS MORENO / E-CONSULTA
Instituciones como partidos, iglesia, universidad y la familia, están en crisis en el sentido de sus ideales más puros, aseveró Fidencio Aguilar Víquez, doctor en Filosofía por la Universidad Panamericana y coordinador de Ciencias Sociales y Jurídicas del Centro de Investigación Social Avanzada (Cisav).
En entrevista en el programa Cuchara Cuchillo Tenedor, Aguilar Víquez expresó que toda crisis social pasa por las universidades y éste desmembramiento provoca que las personas pierdan la capacidad para dialogar, descubrir ideas y usar el conocimiento para el servicio de los demás.
El problema de las universidades en Puebla, dijo, es que en lugar de fomentar el pensamiento se interesan más por la supervivencia de las instituciones como negocio, al buscar lograr un número determinado de alumnos, sin importar si son aptos o no para tomar una carrera universitaria, mencionó el coordinador de CISAV.
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“Sí, es cierto que el mundo está pasando por una crisis, pero la dignidad humana, la razón y la verdad son los únicos medios para rescatar a la sociedad, ya que sólo la capacidad de ser conscientes del bien podría traer un beneficio social”, aseveró el Fidencio Aguilar.
Otro punto que destacó el especialista en filosofía es que la sociedad no tiene los suficientes valores para salir de la crisis, ya que los ideales que se inclinan al mal predominan en las personas e instituciones.
El mal debe ser detenido en las acciones de la sociedad, ya que si el poder se usa con fines malévolos puede producir obras nefastas que afecten a la colectividad y sólo con la razón se puede hacer que estos actos se vuelvan buenos, dijo Fidencio Aguilar.
Sobre las instituciones como los gobiernos, opinó que la postura del presidente Andrés Manuel López Obrador de “dar abrazos y no balazos” debería basarse en la capacidad de que un individuo sea consciente de la capacidad de obrar mal cuando la razón se somete al poder.
Las personas que obran mal deben ser juzgadas con la razón, ya que quienes ejercen el poder para dañar a alguien también son humanos, concluyó. (CR)