Los Periodistas

Migración y oportunismo

#PorSoleares | Morena empieza a convertirse en la tierra prometida de los oportunistas del PRI, los migrantes buscan conservar el oro y el poder.

Por Jesús Manuel Hernández

A lo largo de la vida periodística a este reportero le ha tocado convivir con muchos libaneses, empresarios y políticos, y siempre en cada uno de ellos se manifiesta una peculiar inclinación al oro y al poder.

De unas décadas a la fecha la presencia de personajes emanados de la colonia libanesa han ido escalando posiciones.

Quizá el primero en conseguir un cargo notable en la capital haya sido el querido profesor Jorge Murad, sus adversarios criticaban sus orígenes de una familia migrante y por supuesto era despreciado por los españolitos de la capital poblana.

Por varias décadas la diferencia entre unos y otros se manifestó a grado tal de impedirse noviazgos, bodas y por supuesto negocios entre hijos de libaneses e hijos de españoles, principalmente asturianos. ¿Por qué? algún empresario astur había comentado algún día en plan de broma “no perdonan a Pelayo” en clara referencia a esa mítica batalla donde Pelayo impidió a los musulmanes llegar a las montañas.

Con Jorge Murad llegaron varios descendientes de la colonia libanesa o sirio-libanesa, quienes alcanzaron diputaciones federales, locales, senadurías y en varios intentos buscaron la candidatura a gobernador.

Hace varias décadas en la casa del recién fallecido Julián Abed Cesín, su padre, Fuad, había sido invitado a comer en una especie reconciliación familiar, como testigos estuvieron Alfonso Zegbe Sanén, Julio Bobadilla, delegado del PRI, Javier Bolaños, presidente del PRI en aquella época y algunos otros familiares y amigos, incluido el de la voz.

Sobre la mesa saltó un tema, el dicho de don Fuad sobre la presencia libanesa en el continente y los avances en el campo de la política, mencionó varios nombres, Carlos Menem entre ellos y por supuesto algunos más en Venezuela y México y predijo “algún día un libanés será gobernador y  otro será presidente”.

Tiempo después este reportero encontró en Aguascalientes a Alfonso Zegbe Sanén caminando por las calles acompañado del famoso Anselmo Sule, en ese entonces uno de los vicepresidentes de la Internacional Socialista donde México participaba a través del PRI.

La comida fue muy interesante pues apareció de nuevo el pronóstico de Fuad Abed, el crecimiento de la influencia libanesa en el Continente.

El exilio sirio-libanés de principios del siglo pasado llevó migrantes principalmente a Argentina, y en menor cantidad a Brasil, México, Cuba y Venezuela.

En aquella década, de los dichos de don Fuad, los 80, se calculaba la presencia de más de 10 millones de libaneses con influencia en varias tareas, no solo la económica, como podría pensarse, también en la ciencia, la cultura, el comercio y por supuesto la política.

En Puebla estamos viviendo una especie de revolución silenciosa de la colonia libanesa en sitios clave del poder y también del oro, los apellidos de origen sirio o libanés están íntimamente asociados a dirigencias políticas, empresariales y sociales.

Quizá esta tendencia tuvo su origen con la llegada de Antonio Chedraoui en 1966 como obispo primero y arzobispo después de la Iglesia Ortodoxa para México, Venezuela, Centroamérica y el Caribe.

El poder, la influencia, la capacidad de convocatoria de don Antonio fue creciendo a grado tal, que los políticos libaneses del país pedían su mediación para ser incluidos en las listas de candidatos a cargos de elección popular, y por supuesto los libaneses importantes de Puebla enviaron sus cartas, hicieron sus gestiones.

Por aquellas épocas apareció en Argentina, “Editorial emecé” un compendio de testimonios y reportajes de Jean Lartéguy, el pseudónimo del periodista Jean Pierre Lucien Osly. Bajo el título de ”Dios, el oro y la sangre”, un intento para explicar los conflictos en Egipto, Israel, Irán, Afganistán, Siria y El Líbano.

“Beirut no es el Líbano –escribió-, le dicen, es sólo un decorado, una vitrina. El verdadero Líbano lo encontrará en otra parte. Para los sunitas y los chiitas está Siria, en Tiro, para los drusos en el Chuf, para los cristianos en el Kesruán y el monte Líbano. Es verdadero y es falso…”.

En fin, la colonia libanesa está aquí, activa, con influencia, con poder, con dinero, organizada y esperando la luz verde para tomar la capital, quizá uno de los trampolines más deseados de las últimas décadas, y para ello no hay mejor representantes del funcionalismo, del pragmatismo que ellos mismos han practicado históricamente, fueron migrantes en busca de una oportunidad, de una especie de “tierra prometida”, dejaron familia, posesiones, quizá calidad de vida y se instalaron la mayoría, exitosamente.

Y curiosamente no han dejado de practicar esa “migración”, ahora en el terreno de los partidos políticos. La última sorpresa el anuncio de que Estefan Chidiac, también migrará en busca de la oportunidad de subirse al “caballo ganador”

Quizá el tema de las protestas en Morena tenga varias raíces y no solo el tema de los “fundadores y los originarios” del movimiento, quizá vaya más allá en otro contexto y de ahí que el crecimiento de protestas encabezadas por Claudia Rivera y con seguidores de varios grupos pretendiendo llevar a los políticos al mando a decidir en la cámara de compensaciones la solución final a la rebeldía y el arribo de unos y otros.

Y es que todos dicen que con Pepe Chedraui le quitarán votos al PAN, a Rivera-Riestra, y con cualquiera de los demás no sería así.

Pero, más sabe el diablo por viejo que por diablo. ¿Se imaginan a que Claudia llegara y Pepe Chedraui fuera nuevamente diputado local?

Evidentemente se sumarían todos con Claudia porque lo único que está en juego es una premisa, para que Alejandro Armenta cumpla con eso de los 2 millones de votos, no puede darse el lujo de perder la zona metropolitana.

Y por eso el escenario es muy claro, se aprovecha la capacidad migratoria de los libaneses a los fines comunesen busca de una “oportunidad” o sea, Morena y sus aliados son la “tierra prometida, y con ello la 4T corre el enorme riesgo de caer en un movimiento, al menos en Puebla, plagado de “oportunistas”.

O por lo menos, así me lo parece.

losperiodistas.com.mx@gmail.com

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