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Inoculación en el país, una campaña entre prueba y error | El Financiero

En unos puntos el proceso fluye, en otros se entorpece por la falta de documentos.

AMILCAR SALAZAR MÉNDEZ / EL FINANCIERO

Con una contienda electoral en puerta y una estrategia trazada desde Palacio Nacional, las vacunas contra COVID-19 han llegado a mil 86 municipios, donde la aplicación quedó en manos de los Servidores de la Nación, alcaldes y gobernadores, que han implementado criterios y políticas distintas, de prueba y error, que han hecho que la estrategia tenga como común denominador la confusión.

‘SIN CREDENCIAL NO HAY VACUNA’

Tres horas de espera. La fila, no menos de 300 ancianos, sombreros, sombrillas, cubrebocas, anteojos y caretas, andaderas y otros más mandaron a sus hijos y hasta nietos para apartar lugar. A nadie le llamaron por teléfono, muchos simplemente vieron la fila y se formaron. La vacuna había llegado al deportivo municipal de Celaya.

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La fila avanzó hasta topar con la encargada de las gestiones de banqueta. “Sólo se vacuna a gente con credencial, no insista”, alegó.

“Me registró mi sobrino por internet, traigo el papel… el recibo de luz… del agua…”, suplicó la señora María.

“Ya le dije que no, no insista por favor. ¡Siguiente!”. María, de 62 años, se retiró y se dirigió al plantel de la Universidad de Guanajuato, ahí se había instalado otro módulo de vacunación. La fila duró menos, dos horas, el trato fue distinto.

“¿Por qué no ha sacado su credencial para votar?”, le preguntaron.

“Para qué, si ni conozco a los candidatos. Pero traigo comprobantes”, respondió. A María le aplicaron una primera dosis de la vacuna Pfizer-BioNtech, sin que tenga hasta el momento una cita para la segunda.

BASTÓ LA FE DE BAUTISMO

El día 4 de febrero de 1957 fue bautizado en la vicaría de San Agustín el señor Alejandro, el documento que lo avala: la fe de bautismo, constancia suficiente para el centro de vacunación instalado en el municipio hidalguense de San Salvador.

Oriundo de la comunidad Demacú, don Alejandro, de 65 años, acudió sin acta de nacimiento, ni CURP, y nadie le negó la vacuna.

‘FILA, PAPELITO O ABECEDARIO’

Mario se formó a las 7:00 en la fila del centro de vacunación en Aguascalientes. Tres horas después, los Servidores de la Nación se apersonaron para avisar que ya no había vacunas. Los ancianos se molestaron, pero se marcharon.

Nadie supo qué fue lo que pasó con los 14 mil 220 biológicos que llegaron a la entidad. Lo único que se sabe es que nunca hubo comunicación entre el gobierno del estado y la delegación de Bienestar. Se aplicaron 6 mil 45 dosis en cuatro puntos, pero se desconoce cómo y cuándo continuará el proceso.

Fuente: https://www.elfinanciero.com.mx/nacional/2021/04/06/inoculacion-en-el-pais-una-campana-entre-prueba-y-error/

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