La policía confirma que el atacante está muerto. Hay decenas de heridos de diversa consideración, nueve de ellos muy grave
GLORIA RODRÍGUEZ-PINA / REUTERS / EL PAÍS
Al menos 10 personas han muerto y decenas han resultado heridas, 11 de ellas de gravedad, en un tiroteo en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Carolina, situada en la plaza de Jan Palach, en el centro de Praga, según medios locales. Por ahora se desconoce la motivación detrás del ataque.
Según han especificado las fuerzas de seguridad en un mensaje en la red social X (antes Twitter), el atacante ya está muerto. Con él, son 11 los fallecidos. Los servicios de emergencia han explicado que entre los heridos, que están siendo trasladados al hospital militar y a otros centros sanitarios de la capital checa para ser atendidos, hay personas que se encuentran en situación crítica y otros tienen heridas leves.
El número de víctimas convierte el tiroteo en uno de los más violentos que se recuerda recientemente en la Unión Europea y el más trágico de la historia reciente de la República Checa, según los medios locales. En 2015, ocho personas murieron en Uherské Brod, y en 2019, un tiroteo en un hospital de Ostrava dejó seis víctimas.
En el centro de Praga la policía ha acordonado la zona donde trabajan los equipos de emergencia y ha cortado el acceso al puente de Carlos. Alena, una guía turística que prefiere no dar su apellido y que se encontraba trabajando con un grupo de cuatro personas por la zona, relata por teléfono la confusión que se ha vivido en los primeros momentos, cuando los agentes han impedido el paso a una de las zonas más turísticas de una de las capitales europeas más visitadas. Las autoridades también han desviado las rutas de los autobuses y tranvías de la zona, y han cerrado la estación de metro más cercana a la facultad.
Alena, que estudió Filología hispana en esa facultad, reconocía sentirse “en choque”. “Conozco la facultad, y a los profesores”, detalla, y se pregunta si alguno de ellos está entre los heridos. “Además tengo un amigo allí y no me responde”, añade nerviosa ya de camino a su casa.
El ministro de Interior, Vít Rakusan, ha instado a la ciudadanía a no acudir al lugar del tiroteo, donde trabajan los equipos de emergencia. “Quiero tranquilizar al público, el tirador ha sido eliminado, no se ha confirmado otro atacante”, ha afirmado el ministro a los medios locales.
“No quiero hacer comentarios sobre la motivación del tirador en este momento, seguimos trazando el mapa de la situación”, ha afirmado Rakusan, que ha avanzado que más tarde comparecerá junto a los responsables de las fuerzas de seguridad y el primer ministro, Petr Fiala. “La policía llegó al lugar en cuestión de minutos”, subrayó. “Por el momento no se puede confirmar ninguna relación con el caso que se investiga en Klánovice”, ha afirmado. El ministro se refiere al suceso que ocurrió el pasado 15 de diciembre, cuando hubo un tiroteo con dos víctimas mortales, una de ellas un niño, en un bosque en el este de Praga.
La policía de la región de Bohemia Central ha anunciado la búsqueda de un joven nacido en 1999 en relación con la muerte violenta de un hombre nacido en 1968. Según la prensa checa, que citan a la portavoz de la policía Michaela Richter, no se descarta tampoco una conexión con el tiroteo de este jueves en la facultad de Filosofía y Letras. La portavoz no ha comentado aún las demás circunstancias del caso.
Los testigos y estudiantes que se encontraban en la facultad relatan escenas de terror. Los responsables enviaron mensajes al personal para que se encerrasen en las aulas y no se movieran. “No vayan a ninguna parte, si están en las oficinas, ciérrenlas y coloquen muebles delante de la puerta, apaguen las luces”, decía el correo electrónico.
Un estudiante de Ciencias Políticas relató a la agencia de noticas checa, CTK, que decidió acudir a la facultad para aprovechar el último día en que la biblioteca iba a estar abierta antes de las vacaciones. Bartolomej Mrázek detalló que un policía armado les llamó desde el exterior a través de una ventana de la planta baja y les pidió que se escondieran inmediatamente. El personal de la biblioteca reunió a medio centenar de estudiantes en una sala de informática sin ventanas, donde esperaron noticias de la policía.
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