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Dinero de la mafia donde no llegan los fondos de la Unión Europea | El Mundo

Los grupos criminales italianos ofrecen su dinero a los empresarios arruinados por el coronavirus a condición de convertirlos en socios mientras la UE bloquea sus fondos

ALBERTO ROJAS / EL MUNDO

El típico mafioso siciliano tenía aspecto agropecuario, llevaba gorra, pantalón de pana, alpargatas y una escopeta recortada para hacerse respetar y poder cobrar el pizzo, esa forma de extorsión local con la que la Cosa Nostra sableaba a los comerciantes. Así retrató Hollywood a estos personajes que ya no existen. Ahora, los mafiosos son tipos con traje y corbata, conectados a su organización gracias a los últimos avances tecnológicos, que controlan sus inversiones en su smartphone y que blanquean su dinero en criptomonedas. Para esos mismos criminales italianos del siglo XXI, la pandemia ha supuesto una gran oportunidad.

Mientras los fondos de recuperación de la Unión Europea permanecen bloqueados en el parlamento alemán, las tres grandes mafias italianas (Camorra, Cosa Nostra y Ndranghetaya han puesto en marcha sus propios fondos para ofrecerlos a esos empresarios que sufren al límite para mantener sus negocios a flote en medio de las restricciones y los cierres provocados por el Covid.

También en eso, en las formas y en los intereses, han cambiado estas mafias. Durante décadas, estos grupos criminales ofrecieron su dinero a los italianos a precios de usura. Ahora, la estrategia, según explican las autoridades italianas, pasa por ofrecer ese dinero a bajo interés o incluso a interés cero. La contraprestación no es el beneficio económico directo, sino el valioso apoyo para el futuro. Así se compran votos en Sicilia, Nápoles o Calabria y se cimentan victorias electorales que aseguran la gestión de los fondos públicos y se consiguen jugosos contratos con la administración al margen de las leyes antimafia. El verano pasado, las autoridades italianas descubrieron que tres empresas de la Ndrangheta habían recibido 45.000 euros en ayudas del Gobierno italiano contra el Covid-19.

Con una caída del PBI italiano de 8.9% por culpa de las restricciones del Covid en 2020, que se ha agudizado aún más en las zonas turísticas del sur, la mafia tiene un enorme recorrido no sólo para desplegar sus servicios allá donde el Estado italiano no llega, sino para comprar a bajo precio muchas propiedades con las que afianzar su poder económico. El reportero italiano Roberto Saviano, experto en estas organizaciones, explica esa forma de actuar: «Cuando una compañía queda en quiebra, no les ofrecen dinero. No es que llegue el clan, el hombre con la pistola y te compre. ¿Qué van a comprar, un cadáver? No. Te convierten en su socio, te meten en su sociedad, pero la empresa ya es suya«.

CAPOS EN LA CALLE

Para desarrollar esa actividad, muchos mafiosos han tenido las manos libres. Las autoridades italianas, en un intento por descongestionar las prisiones durante la terrible primera ola de la pandemia, liberaron a 400 criminales italianos, entre los que se contaban conocidos capos de la mafia. Vincenzo Iannazzo (65 años), uno de los jefes de la Ndrangheta calabresa, condenado a más de 14 años, disfrutó de un arresto domiciliario, como el capo de la camorra napolitana Pasquale Zagaria (60 años)a pesar de su condena a cadena perpetua. Vincenzo Di Piazza (80 años) y Francesco Bonura (78), influyentes capos de la Cosa Nostra siciliana con una veintena de años de condena, salieron de prisión para pasar la pandemia en sus casas. No todos se portaron bien. El recién liberado Gaetano Vitagliano, grande fratello de la organización mafiosa Sacra Corona Unita y dueño de la cadena de alimentos Katanè, invirtió enormes cantidades de dinero negro a través de testaferros en propiedades y locales del centro de Roma. La policía descubrió el lavado de dinero y ha vuelto a detener al mafioso, aunque sus movimientos de fondos son cada vez más sofisticados.

De todas estas organizaciones, la más activa sigue siendo la Ndrangheta de Calabria, que mueve el 80% de toda la cocaína que entra en Europa. Este grupo criminal es, además, el más complicado de desmantelar para la policía italiana, ya que su estructura se basa en los lazos familiares y la infiltración de agentes es aún más complicada que en las otras.

La Dirección de Investigaciones Antimafia de Italia (DIA) ha alertado de la expansión de la mafia con negocios relacionados con la salud y la pandemia, como «la construcción o remodelación de hospitales, fundación de nuevas funerarias y la gestión de residuos químicos peligrosos y dispositivos médicos». Además, durante los momentos más duros de la pasada primavera, las organizaciones mafiosas que controlan puertos tan importantes como Nápoles o Messina especularon con el tráfico de mascarillas y equipos de protección, conseguidos en China a bajo precio gracias a sus contactos globales.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2021/03/31/6064a601fdddff161c8b459d.html

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