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La popularidad del presidente mexicano se dispara mientras el país sigue sumido en la confusión | The Guardian

El programa de pensiones del presidente AMLO aumentó su índice de aprobación, pero tiene deficiencias.

Simpatizantes del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en Ciudad de México el 6 de abril de 2022. Foto: Luis Barron/Eyepix Group/REX/Shutterstock

ÓSCAR LÓPEZ / THE GUARDIAN

El programa de pensiones del presidente AMLO ayudó a aumentar su índice de aprobación, pero los críticos señalan sus diversas deficiencias a medida que se acerca el final de su mandato.

La vida no es fácil para Teodila Faustino, que comparte una casa de bloques de hormigón con su marido, cinco hijos y varios nietos en las afueras de la Ciudad de México. A sus 69 años, se ha jubilado del restaurante donde ganaba unos 50 dólares (866 pesos) a la semana, y su empleador no le dejó pensión.

Aparte de vender tacos de vez en cuando en la calle, el único sustento de Faustino es una pensión del Estado por la que recibe unos 280 dólares (4 mil 800 pesos) cada dos meses. Esto, en parte, explica su eterna gratitud al hombre que puso en marcha el programa: Andrés Manuel López Obrador.

“Ningún presidente ha hecho lo que él está haciendo”, dijo en una entrevista reciente. “Estoy donde estoy gracias a él. No sé cómo agradecérselo”.

Este fervor por López Obrador, o AMLO como se le conoce comúnmente, está muy extendido en México: el presidente ha mantenido un índice de aprobación de al menos el 60% durante toda su presidencia, lo que le convierte en uno de los líderes más populares del mundo.

Los críticos, sobre todo en la prensa extranjera, se apresuran a señalar los numerosos defectos de AMLO: su incapacidad para atajar la violencia, sus esfuerzos por socavar las normas democráticas, su fijación con los combustibles fósiles y su creciente dependencia del poder militar.

Mientras tanto, con López Obrador constitucionalmente impedido para presentarse a un segundo mandato, queda por ver si esta popularidad será suficiente para impulsar a su protegida: la exjefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, fue seleccionada en septiembre como candidata del partido Morena en 2024, pero carece del carisma y el encanto de AMLO.

Aun así, a menos de un año de las elecciones, las encuestas muestran que Morena está muy por delante de sus rivales. Apenas iniciada la campaña, la enorme ventaja del partido se debe sobre todo a un simple hecho: en todo México, López Obrador sigue siendo ampliamente adorado.

“Siempre se habla de la popularidad de AMLO como algo inexplicable”, dijo Juan David Rojas, analista de América Latina. “Pero es muy sencillo: hace cosas que gustan a los mexicanos”.

Entre esas políticas populares están las transferencias monetarias que reciben millones de mexicanos de la tercera edad, incluida Faustino: los casi 2 mil millones de dólares presupuestados para el programa este año representan un aumento de más del 600% en comparación con 2018, según la firma de análisis México Evalúa.

López Obrador lanzó por primera vez el programa de pensiones hace unos 20 años como jefe de gobierno de la Ciudad de México, percibiendo una necesidad entre los ciudadanos mayores de la capital que tenían poco en forma de pensiones o fondos de jubilación. Después de ser elegido en 2018, amplió el programa a todo el país.

“Dio un jonrón con algo que faltaba”, dijo Gonzalo Hernández Licona, exdirector de Coneval, la agencia gubernamental que mide la pobreza. “Y lo convirtió en un jonrón político porque las familias empezaron a decir: Oh, qué buen tipo”.

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La exjefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, es la protegida del presidente AMLO y posible sucesora a la presidencia. Foto: Henry Romero/Reuters

Y además de aumentar el gasto social, López Obrador y su partido de gobierno han promulgado una serie de reformas populares, como el aumento del salario mínimo en dos dígitos cada año, el incremento de los días de vacaciones obligatorias, el recorte de los sueldos del gobierno y la obligación de las grandes empresas de pagar sus facturas de impuestos.

“Para el votante medio, el presidente está haciendo algo contra las élites”, afirma Rojas. “Está arremetiendo contra estas grandes empresas que no pagan”.

Las políticas del presidente también han tenido un impacto práctico: un informe reciente de Coneval mostró que la pobreza en México había disminuido en casi seis puntos porcentuales desde 2018, lo que significa que más de 5 millones de mexicanos salieron de la pobreza desde que López Obrador asumió el cargo.

“Para alguien como yo que siempre pasa hambre, es una gran ayuda”, dijo Faustino sobre su pensión gubernamental. “Dicen que todos los políticos roban, pero al menos (AMLO) comparte”.

Pero mientras López Obrador ha aclamado la caída de la pobreza como “histórica”, los analistas dicen que solo ha logrado un leve bache en lo que ya era una tendencia a la baja, gracias en gran parte a su drástico aumento del salario mínimo.

Mientras tanto, otras cifras del último informe del gobierno son menos alentadoras: la pobreza extrema aumentó en un punto porcentual, lo que significa que 400 mil personas más no tienen ingresos suficientes para llevar comida a la mesa y carecen de otros servicios básicos.

Peor aún, el número de personas sin acceso a la atención médica aumentó a más del doble, un cambio desastroso que los analistas atribuyen principalmente a la eliminación que hizo AMLO del Seguro Popular.

“Sin la falta de atención médica, la pobreza habría disminuido aún más y la pobreza extrema se habría reducido”, dijo Hernández.

Y más allá de sus obvios beneficios políticos, el impacto económico real de las transferencias monetarias del presidente no está claro. El programa estrella de pensiones de AMLO no tiene ningún requisito de ingresos, lo que significa que cualquier persona mayor de 65 años, incluso los que tienen una posición económica relativamente buena, pueden solicitarlo.

Al mismo tiempo, López Obrador eliminó uno de los programas contra la pobreza más exitosos de México, Prospera, que daba a las madres pobres una cantidad de dinero por cada uno de sus hijos, con requisitos específicos como llevarlos a revisiones médicas y mantenerlos en la escuela.

“La forma en que los programas de transferencia de efectivo funcionan en México en este momento, no están llegando a los pobres extremos”, dijo Luciana de Souza Leão, profesora de sociología de la Universidad de Michigan que ha estudiado los programas de bienestar de México.

Ceci es madre de cuatro hijos y trabaja como afanadora en el estado de Oaxaca, uno de los más pobres de México. Pidiendo que no se revelara su apellido por motivos de privacidad, Ceci explicó que, bajo el gobierno anterior, había recibido transferencias de efectivo para sus hijos.

“Me ayudó mucho a comprar material escolar”, dijo.

Ahora, sin Prospera, la familia de Ceci solo recibe una suma global a través de su madre, lo que significa menos dinero para el hogar en general. Y no hay incentivos para mantener a sus hijos en clase o llevarlos al médico.

“Es solo por familia”, dice Ceci. “No sé si registran si los niños van a la escuela o no. No tengo ni idea”.

Para la socióloga Leão, experiencias como la de Ceci demuestran cómo la eliminación de ciertos programas que requerían interacción con instituciones gubernamentales, ya sean escuelas o clínicas de salud, puede significar cortar el acceso al bienestar en general.

Prospera “vinculaba a las personas con su derecho básico a la educación y la salud”, afirma. “Las familias pobres con las que hablé ya no tienen mucho vínculo con el Estado”.

Pero, aunque los expertos discrepen sobre la eficacia de las políticas de AMLO, el presidente tiene casi vía libre para alabar su éxito, a través de sus conferencias de prensa diarias de dos horas de duración, las redes sociales y los medios de comunicación financiados por el Estado que repiten como loros el mensaje del gobierno.

“Él controla la narrativa”, afirma Rojas. “Todo gira en torno a él”.

Traducción: Ligia M. Oliver

Fuente: https://la-lista.com/the-guardian/2023/11/16/la-popularidad-del-presidente-mexicano-se-dispara-mientras-el-pais-sigue-sumido-en-la-confusion

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