REDACCIÓN DESDE LA FE
Los Obispos de México expresaron al presidente Andrés Manuel López Obrador su preocupación por el grave problema humanitario que viven los hermanos migrantes que cruzan de sur a norte de todo el territorio nacional.
Esta mañana (15 de noviembre), el presidente de la República dialogó con los integrantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano reunidos en Asamblea Plenaria, a quienes ofreció un panorama del trabajo que ha realizado su gobierno en diferentes temas.
López Obrador fue recibido por el presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano, monseñor Rogelio Cabrera López.
Al inicio de la reunión, monseñor Jaime Calderón, Obispo de Tapachula, externó su preocupación por el grave problema de inseguridad que viven los migrantes, un fenómeno que ha crecido en los últimos años y que -dijo el obispo- “ha rebasado del todo nuestra capacidad de respuesta para asistirlos”.
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Monseñor Calderón lamentó también el clima de violencia que sufren y aseguró que el aumento del fenómeno migratorio ha provocado toda una industria de abusos que incluye polleros, delincuencia organizada y hasta autoridades locales, que operan con total impunidad.
El obispo de Tapachula también señaló la impunidad con la que operan estos grupos que lucran con los migrantes, “quitándoles hasta el último centavo y abandonándolos cuando ya no tienen nada más que entregar.
Además, reconoció la realización de la reciente Cumbre Migratoria en la ciudad de Palenque, en Chiapas, a la que asistieron algunos presidentes latinoamericanos convocados por el Gobierno de México.
La respuesta del Presidente
En respuesta, López Obrador aseguró que su gobierno ha buscado atender las causas del problema migratorio y ha hecho un llamado al gobierno estadounidense a que haga lo propio, destinando más recursos para los países pobres de la región.
Asimismo, presentó a los obispos un balance de sus cinco años de gobierno en materia económica, de seguridad y empleo.
Durante la reunión con López Obrador, el presidente de la CEM presentó los temas que han venido abordando los obispos durante su Asamblea Plenaria, entre ellos el problema de la descomposición del tejido social y el proceso para la construcción de la paz en México.
Esta reunión se dio el mismo día en el que la CEM condenó, a través de un comunicado, los operativos que el Gobierno de México ha implementado en contra de los migrantes.
En dicho documento, la Iglesia en México cuestionó el hecho de que no exista una estrategia entre los tres niveles de gobierno para afrontar esta problemática que afecta a varios estados de la República.