En este episodio de Crossing Cultures, conoceremos a los artesanos que mantienen vivo el oficio, descubrimos las técnicas que perviven y exploraremos los antiguos lazos que unen a China y Europa.
PAUL HACKETT / EURONEWS
Durante casi cinco mil años, Suzhou ha sido uno de los renombrados centros chinos de la seda. Y por su parte, en Francia, el ansia de lujo llevó a Lyon a convertirse en uno de los mayores centros de tejido de seda del planeta.
En este episodio de Crossing Cultures, conoceremos a los artesanos que mantienen vivo el oficio y descubrimos cómo este preciado material ha forjado la fortuna de esta ciudad y del mundo, y exploraremos los antiguos lazos que unen a China y Europa».
La riqueza de la seda en China: un método único que perdura con los años
La seda siempre ha sido sinónimo de China; pero en China, mencionar Suzhou es sinónimo de seda.
Conocida como la Venecia de Oriente, sus grandes canales y jardines son un recuerdo perdurable de la riqueza que la ciudad amasó, gracias a su comercio con el resto del mundo.
Una de las artesanías más preciadas de Suzhou es el K’o-ssu.Este método único de tejer la seda, con su distintiva técnica de urdimbre y trama, ha sido apreciado durante milenios.
Como dice el refrán: «Una pulgada de K’o-ssu, una pulgada de oro».
Y nos preguntamos, ¿qué es lo más difícil del k’o-ssu?»; Ma Huijuan Maestra tejedora de seda, nos lo cuenta.
«Técnicamente, son los colores de transición en la obra de arte del mosaico. Si te fijas, hay muchos colores combinados. Cuantos más colores hay, más tiempo se tarda«.
Una característica clave de este tapiz es que atraviesa y corta a la vez. Primero, el tejedor utiliza hilos de seda natural para crear una cuadrícula. A continuación, entrelaza hilos de colores antes de cortar en los puntos de transición para dejar marcas en forma de estrella.
Dada la complejidad, realmente depende de tu experiencia. Por eso las máquinas nunca sustituirán a los maestros de este oficio.
«Sí, se hace a mano poco a poco con una herramienta parecida a un peine», comenta Ma Huijuan.
Un desafío a la inmediatez moderna
En muchos sentidos, K’o-ssu desafía a nuestra acelerada sociedad moderna; un solo tapiz puede tardar años.
Es una labor de amor que rara vez cosecha recompensas rápidas; aunque, con el tiempo, se crea un verdadero valor y un legado.
Cuando contrato a un aprendiz, lo primero que le pregunto es si tiene una mente tranquila; por su trabajo se puede saber si ponen el corazón en lo que hacen.
Ma Huijuan Maestra tejedora de seda
«Hay razones para tomárselo con calma. El objetivo es el equilibrio. Cuando contrato a un aprendiz, lo primero que le pregunto es si tiene una mente tranquila; por su trabajo se puede saber si ponen el corazón en lo que hacen», cuenta Ma Huijuan.
Un trabajo que empieza por los gusanos de seda
Suzhou sigue siendo un importante centro de la seda. Su éxito perdurable se debe, en parte, a la morera; este alimento favorito de los gusanos de seda prospera en esta parte de China.
En realidad, la seda es el regalo más preciado que nos hacen los gusanos de seda
Zhou Dan Agricultora de gusanos de seda
«La vida total de un gusano de seda es de 46 días, con cinco etapas. En los tres primeros días de la quinta etapa, se envuelve en un capullo blanco. La seda más larga puede medir hasta 1 800 metros. El gusano de seda escupe la seda, de una sola vez«, cuenta Zhou Dan, agricultora de gusanos de seda.
«En realidad, la seda es el regalo más preciado que nos hacen los gusanos de seda», agrega.
La historia de la seda en Lyon: una unión que nació hace más de 500 años
El destino económico de Lyon quedó probablemente sellado en 1540, cuando el rey francés, François I, decidió que toda la seda cruda que llegara a Francia, procedente de Italia y Asia, debía pasar primero por Lyon.
Los decretos posteriores de Luis XIV y Napoleón, que obligaban a comprar únicamente productos de seda de Lyon, reforzaron el monopolio.
El método revolucionario de Jacquard
Pero fue sin duda la brillantez técnica de otro hombre la que catapultó a la ciudad a otro nivel.
Se llamaba Joseph Marie Jacquard, inventor del famoso telar de Jacquard. Estuvimos en el museo Maison des Canuts, en el barrio lionés de la Croix Rousse, para ver uno.
Y nos preguntamos, **¿y por qué fue tan revolucionario?**Philibert Varenne, director de producción, en Maison de Canuts, nos lo cuenta.
«Antes de Jacquard, hacían falta dos personas para tejer. Hacía falta el tejedor, como yo; y luego había un ayudante al lado que tenía que tirar de cuerdas para levantar los hilos de urdimbre. Esta operación de elevación se hace ahora con el mecanismo Jacquard. Y aunque es agotador tejer todo el día pisando el pedal, es menos agotador que tener que tirar de las cuerdas«.
Una historia ligada con las revueltas de los tejedores
No sería una historia francesa sin una revolución, y las revueltas de los canuts o tejedores de la ciudad fueron también el catalizador de una época de movimientos sociales, que propiciaron derechos más justos para los trabajadores.
Pero la seda también marcó a Lyon de otras maneras.
Uno de los más evidentes es su arquitectura, especialmente los numerosos pasadizos secretos que cruzan la ciudad, conocidos localmente como Traboules.
Gracias a estos, los tejedores y otros mercaderes podían transportar rápidamente sus mercancías.
En su apogeo, la sedería lionesa empleaba a cerca de 30 000 personas. Hoy, es un club mucho más exclusivo.
La Soierie Saint Georges: una de las últimas tejedurías tradicionales de Lyon
En la Soierie Saint Georges, Virgile y su padre Ludovic se especializan en los mejores artículos de seda.
«Es un trabajo bastante inusual porque actualmente estoy trabajando en terciopelo cincelado con hierro. Es una técnica muy antigua que se remonta al siglo XVI, y es una técnica un poco especial porque mezclo hilos de seda e hilos de oro», explica Ludovic de la Calle, fundador de la Soierie Saint-Geroges.
¿Por qué se sigue utilizando esta máquina?, le preguntamos.
Está el interés histórico, por supuesto, porque aquí estas máquinas tienen más de dos siglos, pero no están en absoluto anticuadas en cuanto a lo que pueden hacer.
Ludovic de la Calle Fundador de la Soierie Saint-Geroges.
«Está el interés histórico, por supuesto, porque aquí estas máquinas tienen más de dos siglos, pero no están en absoluto anticuadas en cuanto a lo que pueden hacer; porque vamos a hacer precisamente lo que las máquinas modernas no pueden hacer o ya no hacen», explica Ludovic.
Situada en el extremo occidental de la Ruta de la Seda, Lyon sigue llamándose hoy la capital de la seda, y aunque sus telares ya no tejen como antes, los tejidos de aquí siguen siendo los más finos.
Fuentes adicionales • Angélica Parra Hernández (Traducción y texto en español)