«Este espectáculo es la historia de mi vida a través de la música y el baile», aseguró al comenzar el concierto.
AGENCIA / LIBERTAD DIGITAL
Madonna se reafirmó como la reina del pop este miércoles en un Palau Sant Jordi de Barcelona con sold out y más de 18.000 entradas vendidas donde ha repasado sus 40 años de carrera dentro de la gira mundial The Celebration Tour, que empezó el 14 de octubre en Londres (Reino Unido) y que incluye 78 conciertos en 15 países.
La estrella, que apareció casi una hora y media más tarde de lo previsto, empezó por todo lo alto recompensando al público por la espera con un potente «Everybody», vistiendo un frac con pedrería y convirtiendo el escenario en una gran pista de baile junto a una veintena de bailarines mientras desfilaba por una pasarela hasta el centro de la pista.
«Os quiero dar la bienvenida a mi historia: este espectáculo es la historia de mi vida a través de la música y el baile», confesó a los asistentes, a quienes también expresó su ilusión por volver a Barcelona, donde actuó por última vez en 2015, y rememorando sus inicios en la música ha cogido la guitarra para entonar «Burning up», según recoge Europa Press.
En un escenario inspirado en Manhattan y bajo una gigante bola de discoteca, viajó a los años 80 con canciones como la icónica «Holiday», del álbum Madonna publicado en 1983, así como «Live to tell», de True Blue (1986) y «Like a prayer», incluida en su cuarto álbum de estudio con el mismo nombre, que salió a la luz en 1989.
La ganadora de siete premios Grammy, entre ellos el de Mejor Álbum de Pop en 1999 por Ray of Light, se adueñó del lugar cuando fue el turno de «!Erotica» y «Papa don’t preach», y luciendo un vestido lencero rojo y unas altas botas negras y siempre secundada por su ejército de bailarines interpretó «Justify my love» y «Fever».
Con su hija al piano
El público enloqueció con la versión de «Hung Up» que firma con la dominicana Tokischa y recibió con la misma euforia a una de las hijas de la cantante, Mercy James, que interpretó al piano «Bad girl» sin dejar de mostrar complicidad con su madre, que con 330 millones de álbumes vendidos continúa siendo la artista femenina que más discos vendidos en la historia.
Madonna se dirigió al público para recordar que ha luchado toda su vida por los derechos LGTBI y que «la idea de que hay vidas que importan más que otras es lo que falla en el mundo», después de lo que ha reivindicado la inclusividad y la hospitalidad e interpretó una versión de «Survive» de Gloria Gaynor.
El momento más emotivo llegó con «La isla bonita» y «Argentina», que cantó llevando como capa la bandera LGTBI mientras se proyectaban imágenes de cantantes como David Bowie, Sinéad O’Connor y Nina Simone, y lo remató con «Ray of light», una versión del «Billie Jean» de Michael Jackson y su ineludible «Like a virgin».