Los Periodistas

En la lucha contra el Cáncer de Mama ¡no están solas!

Por Fernando Manzanilla Prieto

En unos días conmemoraremos el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama, una de las enfermedades más comunes entre las mujeres en todo el mundo, la cual tiene un gran impacto en la salud y la sociedad.

De acuerdo con el INEGI, tan sólo en México durante 2021 fallecieron por tumores malignos 90 mil 525 personas (8.1 %); de estas, el 17 % fueron por cáncer de mama, es decir 7 mil 973. De la cifra anterior, 7 mil 925 (99.4 %) fueron mujeres y 48 (0.6 %), hombres.

A pesar de los avances en la detección y el tratamiento, la prevención sigue siendo un componente fundamental en la lucha contra esta enfermedad. Una de las claves para prevenir el cáncer de mama es prestar atención a los factores de riesgo, dentro de lo cual se vuelve muy relevante una investigación realizada por especialistas de la Universidad de Minnesota y publicada en la revista científica de la Universidad de Oxford, en agosto de 2023.

En el paper, los investigadores Hilakivi y De Oliveira dan cuenta de la relación que existe entre el cáncer de mama y el aislamiento social -definido como la soledad o ausencia de conexiones sociales percibidas-, como un factor que repercute en un mayor riesgo y mortalidad de la enfermedad.

En este sentido, se encontró que la soledad provoca muchos cambios biológicos, de los cuales comúnmente se informa un aumento en los marcadores inflamatorios y alteraciones en el metabolismo mitocondrial y celular. Es por ello que los investigadores vislumbran un posible vínculo causal entre el aumento de riesgo de cáncer de mama inducido por el aislamiento social y la mortalidad, lo cual ofrece nuevas herramientas para prevenirlo.

Los humanos somos animales sociales y cuando nos falta esta parte, nuestro bienestar y salud se ven afectados. Los contactos sociales inadecuados, el aislamiento social percibido y la soledad son predictores igualmente poderosos de una mayor mortalidad por todas las causas, como lo son el tabaquismo, la obesidad y los niveles elevados colesterol o presión arterial alta de la sangre.

En los últimos años se ha reconocido a la soledad como uno de los males más frecuentes, lo cual incluso ha llevado a diversas naciones a actuar, como lo hizo en 2018 el Reino Unido al crear el Ministerio de la Soledad para abordar la creciente incidencia del aislamiento social y los riesgos para la salud asociados al mismo.

En este sentido, a principios de 2020 Vivek Murthy publicó un libro titulado “Juntos: El poder curativo de la conexión en un mundo solitario”, para resaltar cómo la soledad es un tema de salud de importante preocupación en los Estados Unidos.

No escapa del radar el tener presente que la pandemia por Covid-19 aumentó dramáticamente la incidencia del aislamiento social.

Es así que los investigadores ponen énfasis en que el aislamiento social es relativamente común entre las pacientes con cáncer de mama, ya que se ha identificado que de un 16% a un 41%, declaran sentirse solas. Además, en un análisis conjunto de estos estudios, las sobrevivientes de cáncer de mama socialmente aisladas tenían un 43% más de riesgo de recurrencia y un 64% más de riesgo de mortalidad.

Pero no sólo se trata de estar solo, el aislamiento social también es provocado por la discriminación, la cual según los estudios repercute en el cáncer de mama y además aumenta el riesgo de cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular, diabetes tipo 2 y demencia.

Es por ello que, tomando como referencia los resultados de esta investigación, me parece conveniente que consideremos la importancia de fortalecer los vínculos sociales como un recurso valioso en la prevención y atención del cáncer de mama.

Podemos encontrar que estos vínculos pueden desempeñar un papel fundamental en la difusión de la conciencia y la educación sobre el cáncer de mama. Amigos y familiares pueden ser agentes de cambio al alentar a las mujeres a realizarse mamografías regulares y a estar atentas a los cambios en sus cuerpos, además de ayudar a derribar mitos comunes sobre la enfermedad y a dirigir a las personas hacia fuentes confiables de información.

Desde luego, no olvidemos que en la atención a los factores de riesgo es importante realizar la detección temprana a través de mamografías regulares y autoexámenes.

Es importante aprovechar esta fecha para recordarnos como sociedad, así como a las mujeres que ya libran una batalla contra la enfermedad, que no están solas en la lucha contra el cáncer de mama, que cuentan con una gran red de apoyo y que entre todas y todos sí se puede salir adelante.

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