El ministro de Exteriores ruso aterriza en la ciudad de Guilin, al sur de China, sólo dos días después de la tensa reunión en Alaska entre los jefes de la diplomacia de Pekín y Washington
LUCAS DE LA CAL / Pekín / EL MUNDO
«No importa cuán caótico sea el mundo, la amistad entre China y Rusia no será sacudida». Fueron las primeras palabras anoche de Wang Yi, ministro de Exteriores de China. Su declaración aparece en un comunicado de la agencia china Xinhua justo antes de la intervención de su homólogo ruso, Sergei Lavrov: «El modelo de interacción entre Rusia y China se encuentra en su mejor momento de toda la historia, está libre de ataduras ideológicas, no está sujeto a oportunismos y no se dirige contra nadie». En cambio, Lavrov sí que señaló después a un rival que comparte con su amiga China. «Estados Unidos quiere preservar a toda costa su dominio en la economía global y en la política internacional, imponiendo a todos y en todas partes su voluntad», añadió.
El ministro Lavrov aterrizaba en la ciudad de Guilin, al sur de China, sólo dos días después de la tensa reunión en Alaska entre los jefes de la diplomacia de Pekín y Washington. El encuentro, además, coincidió con las sanciones a China por parte de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y Reino Unido por la represión contra minoría musulmana uigur de la región de Xinjiang. Unas sanciones que, según Lavrov, tanto Rusia como China consideran «inaceptables». Ambos ministros pidieron que más países se sumara a su «fuerte oposición» a las sanciones de Occidente.
«Wang Yi y Sergey Lavrov señalaron que la comunidad internacional considera que Estados Unidos debe reflexionar sobre el daño que ha causado a la paz y el desarrollo mundiales en los últimos años, cesar la intimidación unilateral, dejar de inmiscuirse en los asuntos internos de otros países, y dejar de formar pequeños círculos para buscar la confrontación en bloque», señala un comunicado de Xinhua.
Este martes, los dos ministros de Exteriores han continuado su reunión. Según un comunicado oficial, ambos han discutido el acuerdo nuclear iraní, el proceso de paz afgano, la situación de Birmania tras el golpe militar y el cambio climático. Pero uno de los propósitos de las conversaciones ha sido crear un frente común contra Estados Unidos. Para ello, el primer movimiento es la solicitud que han hecho ambos países para que se celebre una cumbre urgente entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.
«En un momento de creciente turbulencia política global, esta cumbre es particularmente necesaria para establecer un diálogo directo sobre formas de resolver los problemas comunes de la humanidad en el interés de mantener la estabilidad global», reza el comunicado conjunto. El nombre de Estados Unidos aparece en otra nota de la agencia rusa TASS, que cita a Lavrov diciendo que «Estados Unidos está actuando de manera destructiva».
Unas palabras que llegan una semana después de que el presidente estadounidense, Joe Biden, llamara «asesino» a su homólogo ruso, Vladimir Putin. La agencia rusa también señaló que Lavrov acusó a Bruselas de «destruir» los lazos entre Rusia y la Unión Europea y que Moscú ahora solo tiene relaciones «con naciones individuales de la UE».
También el martes, Hua Chunying, portavoz de Exteriores de China, ensalzó las buenas relaciones bilaterales entre Pekín y Moscú. «Hombro con hombro en estrecha cooperación y firme oposición a la hegemonía y la intimidación, ambos países han sido un pilar de la paz y la estabilidad mundiales», dijo Hua.
ALIANZAS CONTRA EN AVANCE DE CHINA
Tras la reunión, el ministro ruso puso rumbo a Corea del Sur, donde le espera su homólogo Chung Eui-yong para celebrar el 30º aniversario del establecimiento de los lazos diplomáticos entre los dos países. La semana pasada, fue el secretario de Estado de los Estados Unidos, Anthony Blinken, y el asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, los que estuvieron en Corea del Sur -y en Japón- para fortalecer sus alianzas contra el avance de China en la región. En el gigante asiático tampoco se va a quedar el ministro Wang Yi, quien va a comenzar un viaje por Arabia Saudita, Turquía, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Omán y Baréin.
En Pekín el día ha sido completo, ya que el presidente chino, Xi Jinping, ha intercambiado mensajes con su otro vecino de Corea del Norte, Kim Jong-un. La agencia norcoreana KCNA señala que su líder ha pedido a Pekín una mayor «unidad y cooperación» con China frente a los desafíos planteados por las «fuerzas hostiles».
Si no eran pocos los movimientos y dardos de un lado a otro que ha habido en estos días, esta mañana desde Australia y Nueva Zelanda se han sumado al apoyo de las sanciones de Occidente contra China por las violaciones de los derechos humanos de las minorías musulmanas en Xinjiang. «Los abusos incluyen restricciones a la libertad de religión, vigilancia masiva, detenciones en masa extrajudiciales, así como trabajos forzados y controles de natalidad forzados, incluidas esterilizaciones», dice una nota firmada por la ministra de Exteriores australiana, Marise Payne, y la neozelandesa, Nanaia Mahuta.
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2021/03/23/6059c5eefc6c83cc1e8b459d.html