Bloqueos de carreteras, quema de comercios y denuncias por extorsión siembran el miedo en la región, víctimas desde hace años de la violencia
PABLO FERRI / EL PAÍS
La violencia arrecia en la Tierra Caliente de Michoacán, situación circular, que va y viene y pocas veces se detiene. Este domingo, criminales bloquearon carreteras en la región, quemaron tiendas e incendiaron vehículos, acciones que el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha calificado este lunes de publicidad y propaganda. Michoacán es uno de los estados del país que mayor cantidad de asesinatos registra desde hace años.
La geografía criminal en el Estado es de sobra conocida, sobre todo la de Tierra Caliente. Pueblos y ciudades pequeñas como Apatzingán, Buenavista Tomatlán, Aguililla, La Ruana o, algo más alejada, Uruapan, sufren el embiste de células criminales, que construyen y desechan alianzas a la velocidad del rayo. Para costear sus guerras, el crimen parasita la próspera actividad agrícola local, centrada en el aguacate, el limón, y en menor término, el tomate y otras hortalizas.
En un ambiente bélico como este, las víctimas caen de todos lados. No hace aún dos meses, pistoleros acabaron con la vida del líder social Hipólito Mora en La Ruana, entre Apatzingán y Buenavista. Hace diez años, Mora se erigió en uno de los líderes de las autodefensas michoacanas, movimiento social que trataba de hacer frente al crimen organizado en la región, pujante ya entonces.
El movimiento fracasó, infiltrado por el mismo crimen que combatía, sofocado por el Gobierno federal, entonces en manos de Enrique Peña Nieto (2012-2018). Mora y otros líderes quedaron al descubierto, elevados por la exposición mediática, privados de la estructura que les hizo pensar que la vida podía ser distinta. En los últimos meses, criminales habían atentado tres veces contra su vida. A la tercera lo consiguieron.
Su hermano, Lupe Mora, denunció a su muerte a una de las mafias locales, Los Viagras, herederos de una marca mítica, fundacional, Los Caballeros Templarios. Hasta hace un par de años, Los Viagras integraban una especia de federación de células mafiosas con fuerte arraigo local, Cárteles Unidos, que peleaba con un grupo de mayor renombre, al menos en la prensa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). A falta de entrevistas con los líderes de la refriega, los habitantes de la zona señalaban entonces los campos de limón como botín fundamental para los grupos.
El limón protagoniza ahora igualmente la batalla. En reportajes publicados en medios locales estas últimas semanas, vecinos de Tierra Caliente han denunciado que las extorsiones a productores y empacadores de limón, en el triángulo que forman Aguililla, Apatzingán y Buenavista, son constantes. Reforma informaba este lunes de que los criminales exigen entre dos y tres pesos por kilo de limón, en una zona donde la producción anual alcanza las 500.000 toneladas.
La duda apunta al encaje de la extorsión a los productores de aguacate en la ecuación. Veteranos de mil guerras, conocedores de las dinámicas criminales, los empresarios del aguacate son poderosos, principalmente por el elevado precio del fruto en el mercado. Hasta el año pasado, Michoacán gozaba del monopolio de las exportaciones de aguacate a Estados Unidos, un negocio multimillonario, centrado en Uruapan, territorio algo más frío que Tierra Caliente. Michoacán comparte ahora el negocio con Jalisco.
Es difícil saber también qué significan las acciones vistas en la región el domingo y qué relación manejan -si es que existe- con las extorsiones. Criminales bloquearon por la mañana la carretera que comunica Apatzingán y Aguililla, situación habitual hace dos años. Los grupos en pugna entonces, Cárteles Unidos y CJNG, peleaban la zona e incluso cavaban trincheras en mitad de la pista. En Apatzingán, delincuentes quemaron una tienda y un camión.
En Buenavista y Uruapan también aparecieron vehículos quemados, y en este último municipio, criminales quemaron también una tienda. A lo largo del día, la policía de Michoacán anunció despliegues y, finalmente, una vuelta a la normalidad. No se registró este domingo ningún ataque contra productores, empacadores o transportistas de limón, eventos que se han visto en las últimas semanas en la región.
En su conferencia de prensa matutina, López Obrador ha dicho que “lo de Michoacán ya se está atendiendo. Fue un acto más que nada publicitario, propagandístico. Tomas y quemas de vehículos, dos incendios en tiendas y ya. Afortunadamente, nada de violencia en cuanto a pérdidas de vidas humanas”.
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