Hasta hace una semana, el nombre de Jennifer Hermoso era sólo conocido en el ámbito deportivo, menos aún, en el escueto espectro de seguidores del fútbol femenino. Hoy, su nombre es coreado por las masas, convertido en un símbolo de oposición a la mentira y la injusticia. Pero, ¿quién es realmente Jennifer Hermoso, la mujer ‘destinada’ a acabar con el reinado de el presidente de la Federación Española de Fútbol Luis Rubiales?
SILVIA NIETO / YO DONA
Hace sólo unos días, la máxima goleadora histórica de la selección femenina de fútbol no podía ni imaginar que un beso robado a sus labios iba a detonar una auténtica revolución, no sólo en el mundo del balón, con la Federación Española de Fútbol agrietándose como una casa mal hecha sacudida por un terremoto, sino en la sociedad española. Lo sucedido con Luis Rubiales tras la final vencida del Mundial femenino de fútbol en Sídney, más allá de quedar para los anales como una anécdota nefasta o un delito, el tiempo y los jueces lo dirán, lo hará como un momento clave para la conciencia española sobre la igualdad. El unánime rechazo a lo sucedido desde toda la sociedad nos dice que algo muy importante ha cambiado en la sensibilidad ética de nuestro país, como mínimo. Se agradece.
A la mujer que lo ha logrado, cuando lo único que ella quería era ganar un partido de fútbol, siempre se la presenta como la ‘futbolista de Carabanchel’ y si el nombre del barrio madrileño está tan vinculado al suyo es porque es de los que imprimen carácter. Un barrio tan castizo como popular y militante en el sur de Madrid, el más poblado de la capital con alrededor de 245.000 habitantes.
Aquí nació Jennifer Hermoso el 9 de mayo de 1990 -«estoy superorgullosa de ser de barrio», ha dicho ella más de una vez-, así que este año ha cumplido los 33, la célebre y cargada de simbolismo ‘edad de Cristo’. Una edad de madurez para una futbolista, que a ella la ha pillado en el equipo mexicano del Pachuca Femenil, donde juega desde junio del 2022 después de una carrera que la ha llevado por el Atlético de Madrid (al que está vinculada desde los 12 años), el Rayo, el Tyresö sueco, el Barça (donde se consagró), el PSG, y luego de vuelta al Atlético y al Barça antes de llevar su juego a los campos mexicanos.
La rara que jugaba al fútbol en el patio
Jenni pertenece a una generación donde ya no era imposible ver a una niña jugando al fútbol con los niños en el patio, pero aún se consideraba una rareza. Ella misma, según ha contado su hermano Rafa, llegaba a casa a menudo llorando y enfadada porque los niños no la habían dejado jugar al fútbol con ellos. Pero quien resiste gana, ya lo sabemos, y llegó un punto en que Jenni había logrado aventajar técnicamente a todos los compis de clase, y entonces… ay. Entonces tampoco querían jugar con ella porque les ganaba y ¡menuda humillación, tío! Pero para ella, ya entonces, no cabía otra opción. Su abuelo había sido portero del Atlético de Madrid y le había inculcado el amor por el fútbol puede decirse que desde bebé. En fotos de la familia se la puede ver sentada a su lado, ella un retaco, ambos sobre sendos balones.
Que no era capricho pasajero lo tenía muy claro la familia, para la que la relación de Jenni con el fútbol llegó a convertirse, según ha contado su hermano Rafa, en un auténtico sufrimiento: «Lo pasaba realmente mal, el fútbol era su gran pasión y durante muchos años le impidieron jugar». Y como lo pasaba tan mal, el abuelo le buscó un equipo mixto en el barrio de Comillas para que pudiera jugar. Ahí fue, una tarde, donde alguien le comentó al abuelo, sentado en la grada, que la niña parecía buena y que no estaría mal que probase a hacer las pruebas para entrar en el Atlético de Madrid.
Quien resiste gana
Porque esas pasiones que se engendran cuando eres pequeña te pueden llevar, si las condiciones son idóneas, o te las hacen idóneas, y aquí el abuelo de Jenni fue crucial, a crecer con una concentración absoluta en tu objetivo, y ese fue el caso de Jenni Hermoso, que a los 12 años ya estaba enrolada en el Atlético. Debutaba el 5 de diciembre de 2004 a lo grande, marcando un gol en la victoria por 6-0 sobre el Vicálvaro que le dejarían muy claro que estaba en el camino.
Desde entonces, su carrera futbolística no ha hecho más que engrandecerse, y está considerada una de las mejores futbolistas del mundo. Ha obtenido el galardón a la máxima goleadora del campeonato español en cinco ocasiones y dos veces (una de ellas en este último mundial), ha sido balón de plata. El relato que hace de sí misma, a lo largo de entrevistas y de sus redes sociales, es siempre un relato marcado por la felicidad de las victorias y por la fortaleza de los vínculos familiares. Tan fuertes que parte de la responsabilidad en el hecho de que su carrera futbolística en Suecia o Francia no prosperasen se interpreta, su hermano la interpreta, por la soledad que la futbolista sentía durante el tiempo que jugó con equipos de esos países, lejos de una familia que siempre está muy presente en su vida.
Los lazos que la unían a sus abuelos eran fortísimos, y los que la unen a su madre no lo son menos. «No existe amor más grande que el que siento por mi madre. Mujer fuerte, valiente, luchadora. No seríamos sin ella. Todo lo que somos es gracias a cómo mi abuela y ella nos han hecho crecer. Mi ejemplo a seguir, mi referente en la vida. Mamá te amo» le escribía a Marisol Fuentes, su progenitora, el pasado 18 de mayo.
Persona clave en su vida y que en gran medida lleva a cabo el papel de portavoz de Jenni es su hermano Rafa, a quien adora. Él fue el que, días antes del partido contra Inglaterra en el Mundial, dijo a los medios que creía que este sería «su partido», que estaba convencido de que Jenni guardaba un as bajo la manga, y que iba a destacar. Ese partido sería, dijo a Telemadrid, la «guinda, el broche de oro después de tanto tiempo y tanta lucha. Supondría acabar de la mejor manera». Una pena que, a pesar de la victoria, el partido tuviera que tomar, a través de la propia Jenni, el derrotero que finalmente tomó por culpa de Luis Rubiales.
Una vida privada muy privada
De Jenni sabemos qué música le gusta -Camela, el reguetón…-, cómo le gusta el mar y la fiesta, y también sabemos que, al menos en lo que trasciende a través de lo deportivo, su amistad con Alexia Putellas es grande. Aunque ambas estuvieron distanciadas a partir del célebre episodio de la carta de las futbolistas a la Federación pidiendo la dimisión del seleccionador, lo cierto es que el vínculo que parecen tener entre ellas es sólido, lo que dejan patentes muchas fotos de felicidad compartida en el banquillo y sobre el cesped. Y también el mensaje en Twitter de Alexia Putellas a Hermoso a raíz del caso Rubiales: «Esto es inaceptable. Se acabó. Contigo compañera».
En las últimas fiestas del Orgullo en Madrid, Jenni aparecía en una foto en su Instagram haciendo el signo de la victoria en la plaza de Cibeles madrileña y con un escueto mensaje: «Visibilidad, orgullo y resiliencia». Por supuesto su vida amorosa no ha estado exenta de especulación, y diferentes medios le han atribuido relaciones sentimentales con diferentes futbolistas, que ella jamás ha confirmado ni desmentido. No le hace ninguna falta y además, a quién le importa.
Esa resiliencia de la que hablaba en su mensaje es de la que hace gala hoy, desde el turbio asunto Rubiales del que ha sido indeseada protagonista. Frente a lo que su madre hubiese deseado en un primer momento -dijo a los medios que había que pasar página, dejar ese tema y concentrarse en la victoria obtenida- ella no ha callado. Se ha mantenido firme, coherente y contenida. Quien resiste gana, ella lo sabe bien porque es la historia de su vida.
Fuente: https://www.elmundo.es/yodona/actualidad/2023/08/27/64eb0bf2e4d4d82f348b4579.html