AXA1125, un nuevo fármaco en investigación, podría mejorar el nivel de energía y reducir los procesos inflamatorios que afectan a estos pacientes
BELÉN DIEGO / LA RAZÓN
Aproximadamente al año de desencadenarse la pandemia comenzaron a publicarse estudios sobre los efectos a largo plazo que la infección ha dejado en parte de la población, una condición que se conoce como covid persistente.
Con el paso del tiempo, los científicos ya empiezan a evaluar tratamientos para esta nueva enfermedad. Investigadores de la Universidad de Oxford (en Reino Unido), han publicado los resultados de un estudio en fase II (la anterior a la que se emplea para evaluar si un tratamiento será aprobado o no por las autoridades) en el que se analiza la eficacia de un nuevo medicamento, aún experimental, para la fatiga producida por covid persistente.
Al comparar el estado de salud de los pacientes que recibieron el nuevo fármaco con personas a las que se administró una sustancia inactiva (placebo), se observaron mejores resultados en cuanto a fatiga, de acuerdo con los datos que se han dado a conocer en la revista científica «Lancet Clinical Medicine».
En un estudio pionero sobre un posible tratamiento para esta condición (aún sin nombre, se conoce como AXA1125), los investigadores han analizado el fármaco comparándolo a ciegas con placebo, administrado al azar a dos grupos de sujetos para su comparación. Ni los investigadores ni los pacientes sabían quién recibía fármaco y quién placebo. Es lo que se conoce como «doble ciego», la forma de investigación que se considera más precisa para nuevas terapias.
Los sujetos con covid persistente que tomaron el fármaco en el ensayo clínico mostraron mejoría significativa en cuanto a la fatiga comparados con quienes recibieron la sustancia inactiva.
La fatiga
La fatiga que se manifiesta como síntoma de numerosas enfermedades no se parece a la que podemos experimentar después de realizar alguna actividad intensa. La fatiga asociada a enfermedades como covid persistente es descrita muchas veces por los pacientes como una falta de energía apabullante que impide realizar tareas cotidianas y llevar una vida satisfactoria.
Según la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) en la base de los casos de infecciones por SARS-CoV-2 se han ido acumulando aquellos que, más allá de la fase aguda, «no consiguen recuperar su estado vital previo, por lo que ha venido a denominarse covid persistente o «long covid», con síntomas que persisten más allá de las doce semanas desde el inicio de los síntomas.
Se estima que son al menos un 10% de todos los contagiados. La cifra sería superior si consideramos, como en algunas otras enfermedades, que el límite para definir «persistencia» de síntomas son entre las cuatro y seis semanas posteriores al contagio. En cifras absolutas, son 76 millones de pacientes en todo el mundo, cerca de 1,5 millones en nuestro país.
En el último congreso anual de esta sociedad científica, celebrado recientemente en Granada, se presentaron datos que indican que solamente el 15,6% de los afectados por «long covid» trabaja en condiciones de normalidad. El 46% están de baja o trabajan con mucha dificultad, según la encuesta de seguimiento de sintomatología realizada por expertos de la SEMG junto con colectivos de afectados. Además, un 9,5% de las personas que participaron en el sondeo habían perdido su trabajo; solamente un 2,9% ha conseguido la incapacidad persistente por esta causa.
Respecto a la calidad de vida y el estado de salud de estos pacientes, los resultados muestran que, de media (en una puntuación de 0 a 10), la salud de los afectados ha empeorado en unos cuatro puntos, mientras que el grado de discapacidad ha aumentado en casi seis puntos, en comparación con su situación antes de desarrollar la enfermedad. Alrededor del 90% de los encuestados empeoran con el esfuerzo físico (93,3%) y mental (87,8%).
Estudios científicos recientes sobre long covid sugieren que el virus afecta a la mitocondria, una parte de las células que resulta esencial para la generación de energía y para el control de la inflamación. El nuevo medicamento que estudian los expertos de Oxford había mostrado efectos sobre la energía celular y los procesos inflamatorios en análisis previos. La teoría es que resulta posible que AXA1125 ayude a mejorar el nivel de energía y reducir los procesos inflamatorios en el organismo.
De los 41 pacientes incluidos en el ensayo, la mitad recibió el fármaco experimental, que se toma como una solución en polvo con sabor a naranja diluida en agua, dos veces al día durante cuatro semanas. A los demás se les dio una presentación similar sin el principio activo.
Todos los pacientes incluidos habían manifestado síntomas de fatiga durante unos 18 meses antes de comenzar el estudio. Todos ellos completaron el ensayo, sin que se produjeran efectos adversos serios en ninguno de los dos grupos (el tratado con sustancia activa ni el de placebo).
Los científicos registraron el estado de salud mitocondrial de los individuos en pruebas sobre el músculo de los gemelos antes y después de tomar el medicamento. El instrumento utilizado fue la espectrometría por resonancia magnética, que ofrece información sobre estructuras moleculares, y se aplicó mientras los pacientes doblaban y estiraban las piernas con una goma de las que se emplean para hacer ejercicio, que ofrecía una ligera resistencia.
Quienes recibieron el medicamento informaron de que sus niveles de fatiga habían mejorado y, además, dieron muestras de mejor salud mitocondrial en la prueba, siendo además capaces de caminar distancias más largas que los del grupo de placebo.
Se estima que hay unos 76 millones de personas afectadas en todo el mundo,1,5 en España
La directora del estudio, Betty Raman, del departamento Radcliffe de la Facultad de Medicina de la Universidad de Oxford, considera que la reducción de la fatiga experimentada por los pacientes es una «muy buena noticia», y ha declarado que el equipo de investigación espera que con otros estudios se pueda comprender mejor qué procesos explican exactamente esa mejoría.
«Todavía hay mucho por hacer para tratar a todos los pacientes con covid persistente; nuestros resultados se centran en la fatiga, y no en las dificultades respiratorias ni en los problemas cardiovasculares que afectan a otras personas con la enfermedad», aclara. Asimismo, explica que han seleccionado pacientes en los que los signos de alteraciones mitocondriales estaban claros, pero «los efectos de la medicación en otros síntomas tendrán que ser evaluados en otros estudios en el futuro».
Del mismo modo, los científicos esperan que se siga analizando si este tratamiento es eficaz en grupos más grandes de pacientes.
Otra de las autoras, Margaret Koziel, directora médica de Axcella (la compañía que ha desarrollado el medicamento), señala que los resultados les han animado a seguir trabajando en este campo y poder ayudar a las personas con covid persistente que sufren fatiga.
Algunos datos
A finales de año, se habían diagnosticado más de 500 millones de casos de covid en todo el mundo. Se calcula que el 10% pueden desarrollar la forma persistente de la enfermedad. Aunque la fatiga es uno de sus síntomas más frecuentes, a fecha de hoy no hay tratamiento aprobado con esta indicación específica.
Como explica Janet Díaz, de la OMS, los síntomas más frecuentes de covid persistente son dificultad para respirar, alteraciones cognitivas –los pacientes suelen describir un estado de «neblina mental»– y fatiga.
No obstante, hay más de 200 síntomas que se han documentado entre los pacientes con esta afección, «así que la lista es larga», reconoce Díaz. Entre otros, señala el dolor en el tórax, dificultades para hablar, tos persistente, dificultades de memoria, concentración y alteraciones del sueño, ansiedad y depresión, dolor muscular, fiebre, pérdida del sentido del olfato y el gusto.
De acuerdo con la organización, las personas con afección posterior a la fase aguda, que también llaman covid de larga duración, pueden tener dificultades para desenvolverse en la vida cotidiana. Su afección puede menoscabar su capacidad para realizar actividades diarias, tanto en el ámbito laboral como en el doméstico.