La ‘app’ de citas es una manera más de conocer a una próxima pareja estable y no solo un ‘lío’ de una noche
MARÍA ALCARAZ / ABC
Era el año 2003 cuando sonaba por la radio aquello de: «Navegando por la red / navegando en internet / navegando yo me enamoré»: una canción interpretada por, en aquel entonces, tres niñas que vaticinaban el futuro amoroso de su propia generación. Y es que, si ellas ya advertían por dónde venían los tiros, fue años después cuando le cantaba Rosalía a J Balvin que «había subío’ quince stories» para él, igual que Amaia hablaba en una de sus canciones sobre «seguir temblando cuando llega un mensaje suyo». Aunque a priori sea menos romántico, hasta las canciones de amor se adaptan a los nuevos códigos de flirteo y coqueteo.
Los tiempos han cambiado, y las historias de amor tienen un comienzo distinto, pero no por ello otro final. Que se lo digan a Raquel (25 años), que tras quedarse soltera de manera imprevista, se lanzó a las fauces de Tinder cuando «una de sus mejores amigas le descargó todas las aplicaciones de ligar que existen». Al poco de una semana hizo ‘match’ con un chico y quedaron para dar un paseo. ¿Qué pasó después? Lo que ocurre cuando dos personas que encajan y tienen química se conocen: que la cosa funciona. «Han pasado tres años. Vivimos juntos, tenemos un gato y nos hicimos pareja de hecho», narra Raquel.
Algo parecido le ocurrió a Eva (29 años), que cuando llegó a Reino Unido decidió entrar en Tinder porque no conocía a mucha gente. «Me lo vendieron muy bien: una amiga que ya lo tenía había conocido a su novia por allí», relata. Cuenta Eva que fue por esta aplicación como conoció a su exnovio, con el que estuvo tres años y con el que todavía tiene una gran amistad. «He conocido grandes personas por esta aplicación. Muy buenos amigos que conservo a día de hoy y por qué no, muy buenos amantes», dice la joven.
«No creo que conocer a alguien por Tinder sea menos especial que hacerlo de manera más tradicional»
Sergio (29 años) y Victoria (23 años) hablan con efusividad de sus respectivas parejas a las que, claro, conocieron en Tinder. Ambos llevan alrededor de un año en sus relaciones y los dos sienten que lo suyo va para largo. «No creo que conocer a alguien por Tinder sea menos especial que hacerlo de otra manera. El día que conocí a mi pareja fue de los más especiales de mi vida; nos entendimos y conectamos en seguida», explica Victoria. Aunque Sergio considera que «la naturaleza de la aplicación reduce un proceso tan complejo como encontrar pareja a un simple y vago gesto con el dedo», dice que recurrió a la ‘app’ por comodidad y timidez. El chico, que también forma parte de ese grupo de «vivimos juntos y tenemos un gato» explica que Tinder es síntoma del momento actual, pero aunque sea distinto no tiene que ser peor. «Conocer a alguien así no dan para rodar una secuela de ‘El Diario de Noa’, pero nos han regalado otras historias igual de especiales e intimistas como ‘Her’», opina.
Malala, que ahora tiene 27 años, abrió Tinder cuando todavía vivía en Venezuela porque «era lo que estaba de moda». Entró en la ‘app’ sin ninguna expectativa y, seis años después, sigue con su novio, al que conoció de manera telemática. «Aunque Caracas no es una ciudad muy grande, sé que si no fuera por Tinder nunca nos habríamos conocido, porque no teníamos ningún amigo en común», narra la chica. Comenta que para ella Tinder es una manera de conocer gente en un mundo en el que, «más allá de la Universidad y el trabajo», es difícil encontrar pareja. «Para mí la experiencia fue muy bien, y si me quedara soltera, volvería a descargarme la aplicación», asegura.
Las parejas ‘online’, las de más éxito
Francesc Núñez, sociólogo de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), explica que los datos reflejan que las parejas que se conocen de manera ‘online’ tienen más éxito y perspectiva de futuro que aquellas que se conocen por lo medios tradicionales. «Hay más éxito porque estamos hablando de un conocimiento que, de entrada es más racional, más calculado. Ahora pasa que primero conoces racionalmente a las personas y luego viene la pasión», explica el sociólogo. Plantea que antes ocurría un escenario distinto en el que se daba «aquello del flechazo» y después se empezaba a conocer a la persona. Ahora encontramos una situación en la que, al conocer a alguien a través de Tinder, por lo general el conocimiento de la otra persona es bastante profundo, y anterior a la relación. «Después llega la química: la parte física y corporal es muy importante y, si esto no funciona, no hay nada que hacer. En cambio, si a nivel físico la relación tiene un futuro, al sumarte el conocimiento previo hace que las expectativas de la relación sean mucho mejores», asegura Francesc Núñez.
¿Tinder es solo para los jóvenes?
Aunque las generaciones más jóvenes sean las que tienen más facilidad para utilizar las ‘apps’ de citas, cada vez son más las personas que, a cualquier edad, utiliza estos medios para encontrar pareja. «Es evidente que hay gente mayor o muy mayor que no utiliza este tipo de aplicaciones, pero cada año que pasa aumenta el número de personas. Hay incluso aplicaciones enfocadas a personas ‘maduras’, o incluso casadas», comenta el sociólogo Francesc Núñez.
Añade el psicólogo Ángel Luis Guillén que, por lo general, las generaciones anteriores siguen haciendo una diferenciación entre el mundo real y el mundo de Internet, pero que esto «no quiere decir que no puedan relacionarse como los nativos digitales». Ambos profesionales coinciden en que, aunque las generaciones de ‘nativos digitales’ tienen más normalizado el hecho de encontrar pareja por Internet, en general, «todo el mundo se sube a este carro».
Aunque hay quienes llegan a Tinder y en poquísimo tiempo salen de allí bien contentos y con una relación estable, no siempre es así. La naturaleza de esta aplicación, en la que de alguna manera se hace del ‘ritual’ de encontrar pareja un mercado, consigue que muchas personas se sientan inseguras, sufran repetidos rechazos y, por lo general, no se sientan cómodas.
Aunque Carlos (24 años), ha tenido alguna relación más o menos estable gracias a Tinder, a la pregunta de si ha tenido experiencias negativas con la ‘app’ responde tajante: «Muchas, muchísimas». Explica que, aunque ha conocido personas increíbles, también «lo ha pasado muy mal». «La gente colecciona ‘matchs’ y luego no te hablan o no te contestan. Yo soy un chico muy inseguro, conmigo y mi cuerpo, y eso me ha creado muchas veces inseguridades», relata el joven.
«Tinder es un sistema muy forzado: se pierde naturalidad de conocer a alguien sin expectativas»
Ana (26 años) comenta que, aunque per se no ha tenido una mala experiencia, si ha conocido a personas «que han creado situaciones incómodas»: «He sufrido al típico chaval insistente en que fuera a su casa cuando no llevábamos más de media hora de la primera cita, el que se ha enfadado cuando le he dicho que solo quería amistad… pero creo que son experiencias que nos pasan un poco a todas». En general, Ana cree que Tinder no es para ella. «El problema que veo es que es un sistema muy forzado: se pierde la naturalidad de conocer a alguien sin expectativas y ver qué pasa», comenta y añade que, a través de Tinder, es difícil que alguien «conozca las otras partes de ti de manera más natural, sin que derive en una falta de interés a largo plazo».
Son muchas las reticencias que encuentran algunas personas a la hora de utilizar Tinder. Ángel Luis Guillén, director del Centro de Psicología Psicopartner, apunta que la posibilidad de que te encuentre alguien conocido y el qué dirán los demás es uno de los principales obstáculos para animarse a utilizar este tipo de plataformas. También, explica que el hecho de exponerse a una persona desconocida, de la que solo se conoce una información muy limitada, puede ser uno de los factores que generen inseguridad. «Asimismo, el miedo al rechazo, a lo que pueda decir otra persona que no te conoce, o simplemente el no tener éxito hace que haya muchas personas que se sientan inseguras con estas herramientas», añade.
Como todo en la vida, en Tinder no es todo blanco o negro. Hay quienes aceptan la tendencia y, aunque no les guste mucho, utilizan la aplicación. Es el caso de Andrea (24 años), que la primera vez que utilizó Tinder encontró pareja al poco tiempo. «Estuvimos juntos algo más de un año, fue mi primera cita de Tinder, y también mi primera relación», cuenta la joven. Ahora, que vuelve a estar soltera, comenta que su experiencia con la ‘app’ «se parece más a todas las que comentan sus amigos que la usan: tediosa y aburrida». «Empiezas muchas conversaciones con las que no llegas a profundizar casi con nadie, desaparecen antes de tener una conversación real», añade. Aun así, considera que Tinder es una opción más, y ya forma parte del día a día. «No creo que Tinder haga menos especial una relación. Es algo distinto a lo que hacían nuestros padres, pero también nuestro modo de vida y de relacionarnos en general es distinto», dice.
Derribar el estereotipo
Una idea extendida (aunque cada vez menos) es que las personas que utilizan Tinder tienen poca capacidad de compromiso, o buscan relaciones esporádicas. «Esto hace que se vea como algo negativo y que no encaja con lo que entienden algunas personas como el proceso de encontrar una pareja», comenta Ángel Luis Guillén. El psicólogo destaca que, aunque es cierto que habrá personas que coincidan con esa descripción, «también hay otras que utilizan estas herramientas para conocer gente nueva, que no buscan relaciones esporádicas y que no tienen ningún problema para establecer un compromiso». Asimismo hace un apunte: si conocer pareja de manera online era cada vez más común, esta situación se une a la realidad que se está viviendo de confinamientos, cierre de espacios de ocio o prohibiciones de fiestas, que hace imposible el conocer personas nuevas de forma física. Añade el sociólogo Francesc Núñez que, la situación propiciada por la Covid-19 no es la razón por la que las ‘apps’ de citas son una de las maneras más comunes de conocer gente, pero sí ha ayudado a «asentar y acelerar una tendencia que ya existía».
Hay gente que llega a Tinder y gana el premio gordo a la primera, y hay gente que va sumando a su vida historias de citas rocambolescas. Lo que está claro es que el modelo de ‘app’ de citas es una realidad, y no va a cambiar a bote pronto. «No solo en el plano de las citas: en general la tendencia inevitable es que la relación humana cada vez ocurra más a través de las pantallas.», comenta Francesc Núñez. Parece que, a no ser que haya una hecatombe mundial, las relaciones del día a día y, por supuesto, nuestros ligoteos, van a ocurrir a través de una pantalla.
Fuente: https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/sexualidad/abci-tinder-funciona-para-encontrar-amor-cinco-parejas-revelan-secreto-exito-202103130258_noticia.html