LARA MALVESÍ / EFE
Barcelona, 18 ago (EFE).- La ciudad de Barcelona lleva tiempo atrayendo a turistas por su oferta cultural y de ocio, pero a los múltiples atractivos se ha sumado en los últimos años una reputación sobre las clínicas de fertilidad y congelación de óvulos que atrae cada año a más extranjeros que dedican su descanso anual al ya denominado “turismo de fertilidad”.
Alrededor del 70 % de las pacientes de las más de 300 clínicas de fertilidad que existen en la Ciudad Condal son ya de procedencia extranjera, clientes que llegan atraídos por una legislación “flexible” con la edad de la futura madre, “inclusiva” con las opciones de reproducción LGTBI, además de por la alta especialización que van consiguiendo los ginecólogos y especialistas.
Así lo han explicado a EFE directores de varias clínicas de la ciudad y pacientes que están aprovechando sus días de descanso estival para realizar tratamientos y de paso disfrutar de una ciudad en la que tenían ganas de pasar unas semanas.
Italianas y francesas, las más asiduas
Según la directora de Fertilab, la ginecóloga especializada Federica Moffa, a su clínica acuden el doble de extranjeros que nacionales, y predominan dos nacionalidades: italianas y francesas.
“No es casual que yo sea italiana. Aquí todos hablamos italiano, inglés, francés y algo de alemán”, cuenta a EFE.
Según Moffa, existen varias razones que explican la popularidad de Barcelona para los tratamientos de fertilidad.
“Una es la legislativa. En Italia y Francia existen más limitaciones de edad y para la donación de óvulos y distintos tratamientos, como por ejemplo para las parejas de lesbianas. La otra motivación, creo yo, es la excelencia y los avances que tenemos aquí”, explica.
También Borja Marqués, director del Instituto Marqués de fertilidad, asegura a EFE que desde hace unos años “Barcelona es claramente la ciudad más importante de Europa a nivel de fertilidad”.
El tratamiento más habitual es la fecundación con donación de óvulos, un procedimiento con limitaciones por edad en otras partes del mundo.
Según Moffa, existe un entendimiento no escrito en España de que los 50 años es la edad máxima para determinados tratamientos, si bien puede haber “excepciones”, según “la salud y características” de la paciente.
El caso de Laura: tres “in vitro” fallidos en Italia y un embarazo en Barcelona
Marqués añade que mientras Madrid sigue atrayendo aún a una buena parte de solicitantes de tratamientos de fertilidad españoles, Barcelona, por su localización geográfica, más cerca de otros países europeos, se hace con buena parte de la clientela extranjera.
“Más allá de los centros especializados, y el boca a boca conseguido entre pacientes de otros países, claro que juega un papel el hecho que los futuros padres y madres se vean pasando un tiempo en Barcelona mientras dura el proceso. Es habitual que usen semanas de vacaciones o incluso periodos sabáticos y que conozcan bien la ciudad y los alrededores durante su estancia”, explica.
El renombre que ha ido ganando Barcelona en cuanto a ciudad de “especialistas en fertilidad” es lo que motivó a la paciente italiana Laura Palloneto y su pareja a viajar a Barcelona para intentar conseguir un embarazo tras años sin éxito en Italia, ha explicado la mujer en conversación con EFE.
“Habíamos hecho ya tres intentos de ‘in vitro’ en Italia y el embarazo nunca llegaba a cuajar. Nos habían hablado de una clínica en Barcelona que había dado resultado a una pareja conocida y decidimos probar. Ahora, felizmente, estamos embarazados de tres meses”, explica Laura.
Barcelona, nevera de óvulos
Más allá de los tratamientos para conseguir un embarazo, también va ganando peso en las clínicas la vitrificación de óvulos, esto es, congelar folículos para poder posponer así ser madre más allá de la edad en la que es más sencillo de forma “natural”, alrededor de los 35 años.
En los últimos dos años, asegura la doctora Federica Moffa, en su clínica ha subido un 200 % ese tratamiento con el que las mujeres que aún no quieren ser madres, pero abren la puerta a serlo en el futuro, ganan algo de tiempo congelando sus óvulos antes de los 35-40 años para poder seguir con otros planes de vida, como el profesional.
Una de esas clientas este verano en Barcelona es Alyssa Ramos, joven youtubera de viajes de Florida (EEUU) de 35 años, quien ha explicado a EFE que la congelación de óvulos “cuesta cuatro veces más” en su país.
“En EEUU existe mucha presión para que tengas hijos antes de los 30 años. Además allí es muy caro un tratamiento de fecundación. Hace un tiempo me enteré de esta opción de congelar mis óvulos y vi que en Barcelona era muy barato pese a que los servicios médicos eran igual de buenos que en mi país”, explica.
“Enamorada” de la Ciudad Condal, dice que aprovechará los días de visitas a la clínica que establece el procedimiento para la vitrificación para conocer los atractivos turísticos de Barcelona desde un piso que ha alquilado en Plaza España.
“Me encanta el Born. De hecho me gustaría vivir aquí algún día. Y cuando quiera usar los óvulos me haré aquí el tratamiento también, si lo necesito, porque me da confianza y todo el mundo me ha tratado con mucha amabilidad y cariño”, añade.
Fuente: https://efe.com/salud/2023-08-19/barcelona-turismo-fertilidad-congelacion-ovulos/