Las infidelidades veraniegas se suelen producir porque se sale más, se conoce más gente nueva y porque con las altas temperaturas puede haber más conflictos con la pareja
NURIA HERNÁNDEZ CASTELLANO / VOZPÓPULI
Las infidelidades pueden aparecer en cualquier momento de la vida y del año, pero es cierto que algunas encuestas apuntan a que en verano se producen más infidelidades en las relaciones de pareja. Las altas temperaturas pueden hacernos sentir más irritables y eso lleva a tener más discusiones con la pareja. Aunque no es una justificación de la infidelidad, lo cierto es que puede ser un motivo para muchas personas para llevarla a cabo.
Una aventura de verano puede ser algo muy excitante. Es un encuentro probablemente casual y que con casi total seguridad puede que no se vuelva a repetir, lo que la hace diferente y divertida al máximo. Ese encuentro casual (que puede ir acompañado de relaciones sexuales o simplemente de un coqueteo) no suele ir más allá de ese momento de química o tensión sexual. Eso sí, la cosa se complica cuando esas relaciones suceden mientras se tiene pareja y es entonces cuando hablamos de infidelidades, que pueden ser de muchos tipos.
Según los datos de un estudio de Gleeden, el 75 por ciento de las parejas discute más cuando aprieta el calor. Pero, a la vez, cuando llega el calor tenemos más ganas de relacionarnos y de salir a la calle y esto puede llevar a que nos fijemos más en otras personas que no son nuestra pareja. A veces esa situación puede llevar a la infidelidad pero también en muchas no es más que una simple fantasía que no se lleva a término. Todo depende de los valores y los límites que tenga establecidos la pareja. Piensa que si eres infiel, esas infidelidades tendrán sus consecuencias casi con toda seguridad.
El mal humor, la irritabilidad y las ganas de no hacer nada son los protagonistas de nuestro estado de ánimo en los días calurosos, lo que afecta a las relaciones de pareja, que suelen resentirse. La mayoría de los encuestados sienten mayor irritabilidad (ocho de cada 10), nerviosismo (un 67 por ciento) e incluso fatiga (cuatro de cada diez personas) cuando las temperaturas alcanzan los picos más altos Y, lo más preocupante es que casi la mitad de ellos afirma tener menos ganas de hacer el amor con su cónyuge.
Pero quitando las olas de calor sofocante, en los meses de julio y agosto es cuando más encuentros sexuales tienen los españoles y son más proclives a las infidelidades. Otro dato que se desprende del estudio es que más del 40 por ciento de los matrimonios deciden dormir separados cuando aprieta el calor. De hecho, las respuestas también ponen de relieve que más de la mitad de los encuestados preferiría no ir de vacaciones con su pareja y familia y sin embargo sí hacerlo con su amante (un 33 por ciento) o solos (un 22 por ciento).
No solo infidelidades
En verano se liga más y es más fácil conocer gente nueva, lo que puede llevar a más infidelidades. Según una encuesta de Lovehoney Group, el 63 por ciento de encuestados afirma esperar mucho de esta estación, especialmente en cuanto a relaciones sexuales. De hecho, el 60 por ciento de ellos, en su mayoría hombres, afirma que el calor les hace subir la libido y, por tanto, tener más ganas de sexo, especialmente con sus amantes.
No en vano, más de la mitad de los españoles admite estar más activo sexualmente durante los meses de verano: la relajación y la desconexión veraniega hace que estemos más abiertos a posibles encuentros sexuales con nuevas personas. En resumen, las temporadas más calurosas, en las que hay más discusiones con la pareja pero la libido está más alta, son los momentos ‘idóneos’ para la infidelidad.
Por qué hay más infidelidades en verano
Ana Lombardía, sexóloga y terapeuta sexual de las marcas de Lovehoney Group, nos explica cuáles son los factores, comportamientos y prácticas sexuales habituales durante el verano.
«En primer lugar es un tema de hormonas. El calor y la luz estimulan de forma natural las glándulas que segregan serotonina y otras hormonas del placer que contribuyen a nuestro bienestar. Por tanto, nuestros sentidos ya están más alerta. Si a eso añadimos el contexto del verano, cuando vamos menos vestidos, los cuerpos se revelan”, nos dice.
“El simple hecho de mostrar más la piel hace que el cerebro trabaje hacia una mayor excitación erotizando más los cuerpos. De hecho, sentir el viento directamente sobre la piel, caminar descalzo por la arena o por la hierba crea estímulos adicionales, sensaciones que ayudan a despertar y excitar un poco más nuestro sistema nervioso y nuestros impulsos. Por supuesto, estar de vacaciones permite más tiempo, disponibilidad, menos cansancio y también permite dejarse llevar y sentirse más libre. Por lo tanto, esto ayudará a reducir en gran medida el estrés y los niveles de cortisol, que tienen un efecto negativo sobre la libido”.
Otro de los factores que explica la sexóloga es que “también es una oportunidad para descubrir nuevos lugares y practicar nuevas actividades. La novedad, excita, pone de buen humor y despierta los sentidos, las emociones y la imaginación. Cuando hace mucho calor, tenemos el cuerpo húmedo, que transpira. Para algunos, la transpiración representa algo muy sensual, porque es en el sudor donde se concentran las feromonas, partículas volátiles, imperceptibles para el olfato consciente y que vienen a cosquillear los receptores del sistema olfativo y que tienen el efecto de desencadenar la atracción sexual…”.
Mientras que para otros es bastante repulsivo. “Puede incluso bloquearles en su deseo de tener relaciones sexuales, no hay ninguna regla. Debemos estar atentos en caso de calor extremo durante las olas de calor, porque puede producirse rápidamente un golpe de calor. Durante las relaciones sexuales, aumentamos nuestro ritmo cardíaco, sudamos mucho”.
Hay que tomar por lo tanto las mismas precauciones que para una actividad deportiva, porque el sexo moviliza energía. “El metabolismo suele ponerse a prueba debido al mal sueño por el calor, y al cansancio que se acumula, así que hay que dormir fresco y mantenerse bien hidratado… Por todo lo mencionado anteriormente es una buena época para experimentar y jugar. Por ejemplo, con cubitos de hielo, el chorro de agua fría, con la alcachofa de la ducha, con el ventilador, las corrientes de aire, etc.”.
Fuente: https://www.vozpopuli.com/bienestar/sexualidad/infidelidades-verano.html