La nueva novela del Nobel de Literatura narra la historia de un hombre que soñó un país unido por la música, y enloqueció queriendo escribir un libro.
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Cuatro años después de Tiempos recios, Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010, regresa a la novela con Le dedico mi silencio, que llegará a las librerías el 26 de octubre, publicada por Alfaguara. La ficción y el ensayo se entremezclan en una obra en la que el autor peruano vuelve sobre un tema que le obsesiona desde hace años: el de la utopía, pero, en este caso, de una utopía cultural con la música peruana como núcleo y pretexto.
«El vals, nacido en los callejones de Lima, integró al Perú. Aquí cuento esa historia, y con ella agradezco un secreto amor que me ha acompañado toda la vida: el que siento por la música criolla y, en especial, por el vals de mi país«, escribe Vargas Llosa.
Toño Azpilcueta, experto en música criolla, descubre a un guitarrista virtuoso, Lalo Molfino, cuyo talento parece confirmar todas sus intuiciones: el amor profundo que siente por los valses, marineras, polkas y huaynos peruanos tiene una justificación social. Tal vez lo que ocurra es que la música criolla sea, en realidad, no sólo una seña de identidad de todo un país y expresión de esa actitud tan peruana de la huachafería («la mayor contribución de Perú a la cultural universal», según Toño Azpilcueta), sino algo mucho más importante: un elemento capaz de provocar una revolución social, de derribar prejuicios y barreras raciales para unir al país entero en un abrazo fraterno y mestizo.
En un país fracturado y asolado por la violencia de Sendero Luminoso (la novela transcurre a principios de la década de los noventa, en plena ofensiva terrorista), la música podría ser aquello que recuerde a todos los que conforman la sociedad que, por encima de cualquier otra cosa, son hermanos y compatriotas. Y en esto, es posible que el virtuosismo de Lalo Molfino tenga mucho que ver.
Toño Azpilcueta decide investigar más sobre este guitarrista y escribir un libro donde contar la historia de la música criolla y desarrollar esa idea que ha inoculado en su mente el descubrimiento de este músico extraordinario.