Lee Krasner, Helen Frankenthaler, Ethel Schwabacher… Son muchas las mujeres artistas que están viendo cómo sus obras se disparan en el mercado al mismo tiempo que se multiplica su presencia en museos, casas de subastas y galerías. Pero tranquilos, fans de los ‘old masters’, todavía siguen ganando mucho menos que los hombres.
ALBERTO G. LUNA / EL GRITO
Mientras estuvo viva, la pintora Lee Krasner recibió muy poca atención, según parte de la crítica, por estar casada con Jackson Pollock. El pasado 2019, su obra ‘The Eye is the First Circle’ se vendió por 11,6 millones de dólares, posicionándose como una de las artistas femeninas más caras en subasta. Solo un año después, Tamara de Lempicka batió dos récords con solo unos meses de diferencia. ‘Retrato de Marjorie Ferry’, un óleo sobre lienzo de 1932, se convirtió en su obra más cara: 21,2 millones de dólares.
Ethel Schwabacher hizo carrera por las galerías de Nueva York durante la década de los 50 y los 60, para después desaparecer. Una exposición individual en la Berry Campbell Gallery, en el artístico barrio de Chelsea, ha agotado recientemente sus obras en un solo mes por un valor de entre 165.000 y 400.000 dólares, casi ocho veces más del récord alcanzado por la propia pintora en Christie’s (56.250 dólares) hace apenas tres años.
Tamara de Lempicka. Retrato de Marjorie Ferry
No son las únicas. ‘Suddenly Last Summer’, de Cecily Brown, se vendió en 2018 por 6,6 millones de dólares, en comparación con el millón que recaudó en su anterior venta, en 2010. ‘Royal Fireworks’, de Helen Frankenthaler, estableció un récord para la autora en 2020 al venderse por 7,9 millones de dólares. Sarah Crowner, Shara Hughes, Nermin Kura, Maria Lai, Alev Siesbye y Mary Weatherford también superaron sus anteriores récords de venta a mediados de 2018, de acuerdo con las cifras compartidas por Christie’s. Lo mismo que ‘Sin título’ de Lee Bontecou, que superó todas las expectativas en 2021 al colocarse por 9,1 millones de dólares; y ‘Orange Grov’ de Agnes Martin, 10,7 millones de dólares.
Históricamente, las ventas de obras de arte más relevantes han estado siempre ligadas a un selecto grupo de hombres famosos. En los últimos años, sin embargo, las mujeres artistas han cobrado cierto protagonismo incrementando el precio total de sus obras vendidas en subasta hasta un 194% entre 2012 y 2022, según Artsy.
Si forma parte de ese pequeño número de privilegiados que puede permitirse el lujo de invertir, pongamos por caso, seis millones de euros en un cuadro, le interesa especialmente las cifras de Artprice que muestran cómo se han disparado los remates de estas artistas durante los últimos años.
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A nadie se le escapa que este fenómeno ocurre precisamente al mismo tiempo que el mundo está cambiando. Los museos están tratando de equilibrar sus colecciones -algunas pinacotecas incluso están vendiendo arte de hombres para comprar más de mujeres-, con exposiciones dedicadas íntegramente a artistas femeninas como por ejemplo ‘Invitadas‘ de El Prado; Artemisia en la National Gallery; Lee Krasner en el Barbican; Hilma af Klint, artista olvidada de principios del siglo XX a quien ahora la Tate Modern compara con Mondrian; o ‘Women Artists and Global Abstraction 1940-70’ en Whitechapel Art Gallery, entre muchas otras.
La 59 edición de la Bienal de Venecia fue considerada la bienal de las mujeres al exponer, por primera vez, más artistas femeninas que hombres. Las casas de subastas también están impulsando con especial interés a las mujeres. Un ejemplo: Sotheby’s ya organiza sesiones tituladas ‘(Women) Artist’ -que, por cierto, han sido criticadas por cierta parte del público al considerar que exponer solo a mujeres no tiene nada que ver con la igualdad de género-. Y por supuesto las galerías.
Cecily Brown. Suddenly Last Summer
Agnes Martin. Orange Grove
Según el informe The Art Market 2023 la proporción de mujeres representadas por galerías se ha incrementado en los últimos cinco años. De hecho, las galerías con menor proporción de artistas femeninas han tendido a ver disminuidas sus ventas. En concreto, las que contaron con menos del 20% de representación femenina en sus programas se estancaron en 2022, mientras que las que contaban con un 80% tuvieron un crecimiento mayor del 21%. Unos datos que también se han visto reflejado en las subastas. Artmarket refleja que la proporción de la facturación en subastas de arte generado por artistas mujeres se ha duplicado en los últimos 20 años pasando del 4% al 8% de la facturación global.
Los mercados responden a la demanda de la sociedad y la sociedad en este momento está reivindicando los derechos de las mujeres
Para Luis Gasset, director general de la casa de subastas Ansorena: «El incremento del precio de las obras realizadas por pintoras responde a las iniciativas de los museos y fundaciones, interesados en mostrar ahora su papel en el universo artístico y en reparar la escasa consideración histórica». Una intención que se vislumbra también en el mundo editorial con libros como ‘Ninth Street Women’ de Mary Gabriel, el cual impulsó en 2018 el interés por cinco autoras de la Escuela de Nueva York que siempre vivieron a la sombra de grandes pintores. Hablamos de Lee Krasner, Elaine de Kooning, Grace Hartigan, Joan Mitchell y Helen Frankenthaler. Todas ellas, hoy revalorizadas -‘Blueberry’ de Joan Mitchell, por poner solo un ejemplo, se vendió por 16,6 millones de dólares-.
Joan Mitchell. Blueberry
Según Lucía Mendoza, presidenta de la delegación de Madrid del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) y vicepresidenta de la Junta de ArteMadrid: «Los mercados responden a la demanda de la sociedad y la sociedad en este momento está reivindicando los derechos de las mujeres. Mira a Cristina Iglesias por ejemplo, cuya obra está por las nubes. Por esto tiene todo el sentido que el mercado esté trabajando con más mujeres artistas. Sucedió en el pasado con las obras de denuncia social». Así que, ¿puede ser que se desinfle la valoración de muchas de las artistas que hoy están en alza?, le preguntamos. «Es probable. Pero no todas. Al final, la historia te pone en tu lugar. Lo que sobrevive es lo que tiene calidad, y da igual lo que digan los museos o galerías. Solo permanece lo que supone una aportación para el ser humano, en cualquier campo».
El precio de las obras de mujeres artistas actualmente crece un 29% más rápido que el de los hombres, lo que supone una oportunidad para los coleccionistas ávidos de inversiones con un gran rendimiento. Esto se debe, en cierta medida, a que parten de una base mucho más baja. O dicho de otra forma, suben más porque cuestan menos.
Helen Frankenthaler. Royal Fireworks
LO QUE CUESTA UN CUADRO DE UNA MUJER VS EL DE UN HOMBRE
En 2013 Georg Baselitz se tomó un carajillo, fumó un puro, se cruzó de piernas sentándose enfrente de un medio de comunicación y declaró que “las mujeres no pintan muy bien”. Al margen de que el arte sea valorativo y de que desde El Grito a nosotros también se nos ocurran numerosas pintoras infinitamente mejores y más interesantes que él, lo cierto es que los comentarios del pintor alemán revelan lo que es una discriminación prolífica en el mundo del arte. En su libro ‘Women can’t paint’, Helen Gorrill, demostró que las obras de las pintoras valen en el mercado diez veces menos que las de los hombres, y en muchos casos en artistas técnicamente similares.
¿Son los hombres diez veces mejores pintando que las mujeres? A no ser que seas un supremacista como Baselitz, lo lógico es que la respuesta más racional que se te pase por la cabeza es que no. Pero resulta que, excepto en arte ultra contemporáneo, el mercado no dice lo mismo.
De las 500 obras más caras que se vendieron en una subasta el año pasado, 50 fueron de mujeres artistas. La pintura más cara jamás vendida, Salvator Mundi de Leonardo da Vinci, se vendió en 2017 por 450 millones de dólares; mientras que el récord para una artista femenina, Georgia O’Keeffe, es de 44,4 millones de dólares.
Georgia O’Keeffe. Jimson Weed/White Flower No.1
Durante la mayor parte de la historia humana, a las mujeres no se les permitió practicar el arte de la misma manera que a los hombres, por lo que inevitablemente hay menos maestras antiguas que maestros antiguos. Pero es que incluso entre los artistas vivos hay diferencias: Jeff Koons tiene el récord con 91 millones de dólares, mientras que el femenino lo ostenta Jenny Saville con 12,5 millones de dólares. La artista femenina viva más cara en subasta vendió en 2018 por esta cifra ‘Propped’, un autorretrato que representa un cuerpo carnoso desafiando los estereotipos de la belleza femenina. Incluso Yayoi Kusama, una de las mujeres más cotizadas actualmente, está por debajo. Su récord actual en subasta es de 10.9 millones de dólares por su obra ‘Infinity Nets’.
¿Los motivos de esta disparidad? Según la presidenta de la delegación de Madrid del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC): «En media carrera los hombres son más caros porque han tenido más exposición pública«. Es decir, más exposiciones institucionales y galerías. A lo que se podría sumar diferencias en la representación de unos y otros, sesgos culturales, el rol de los curadores, coleccionistas, etc. Algo que precisamente se está tratando de corregir desde los últimos años.
Jenny Saville. Propped
Yayoi Kusama. Infinity Nets
Las mujeres han hecho grandes obras de arte desde que los artistas pusieron por primera vez carbón en una piedra o aceite en el lienzo. ¿Cuánta diferencia hay, sino, entre Caravaggio y Artemisia? Y sobre todo posteriormente. Janet Sobel fue la primera persona en emplear la pintura por goteo, antes que Jackson Pollock. ¿Y quién logró finalmente trascender en el tiempo? En un claro intento por borrar a la pintora de la historia del arte, la crítica se refirió a ella como una simple “ama de casa”. Solo queda que los críticos, curadores y coleccionistas de ahora ajusten sus lentes y no cometan el mismo error que sus homólogos del pasado.
Fuente: https://www.elconfidencial.com/el-grito/2023-06-28/feminismo-arte-precio-mujeres-artistas_3673304/