El flechazo se produce cuando dos personas coinciden en un lugar rodeados de gente, se miran y el mundo se para para ellos. Pero, ¿eso es amor o es algo pasajero?
NURIA HERNÁNDEZ CASTELLANO / VOZPÓPULI
El flechazo es esa situación en la que dos miradas se cruzan y se para el mundo. Una de cada tres personas dice haber experimentado este poderoso sentimiento de vivir un amor a primera vista que nos hace sentir mariposas en el estómago. Pero muchas veces se confunde el flechazo con el amor, un sentimiento que va surgiendo de manera gradual y en el que intervienen muchos más factores que la química entre dos personas.
Pero bien es cierto que muchas veces, un flechazo nos impacta más a nivel romántico y sentimental que una relación de pareja que se va gestando con el tiempo. «Es casi ley, los amores eternos, son lo más breves», dijo Mario Benedetti. Y esto es real y más de uno y más de dos habrán experimentado esto a lo largo de su vida. ¿Quién no recuerda el primer amor de verano que apenas duró los días de las vacaciones? ¿O a esa persona que tan solo vimos una noche y que luego desapareció porque tal vez vivía en otro país y nunca la volvimos a ver? Esto sucede y sucederá siempre.
Pero no todos están de acuerdo en que exista el flechazo. Según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Zurich, Suiza, el amor a primera vista, como tal, no existe. Lo que afirma este estudio es que muchas personas tienden a identificar haber sentido amor a primera vista cuando encuentran atractiva a una persona dando lugar al llamado efecto halo por el que le damos a esa persona unas características positivas aunque ni siquiera la conozcamos mínimamente. La investigadora Anna Machin, de la Universidad de Oxford, afirma además que lo que siente es deseo a primera vista y no amor y que todo parte del subconsciente.
¿Qué sucede al enamorarnos?
Son muchos los que creen que el amor es cuestión de química y en cierto modo no les falta razón. Cuando sentimos un flechazo salen a la luz más de 250 sustancias que alteran de manera inmediata e irremediable nuestro cerebro y que son sobre todo dopamina, serotonina y oxitocina que hacen que nos sintamos nerviosos y excitados como nunca.
Karl Grammer, etólogo del instituto de Biología Humana de la Universidad de Viena, asegura que el amor “es una construcción cognitiva de lo que sentimos físicamente y de lo que sucede en nuestro cerebro. Y, lo que sucede en nuestro cerebro es que existen una serie de neurotransmisores que comunican las neuronas entre sí. Éstos entran en juego cuando encontramos a alguien que encaja con nuestro patrón y nos enamoramos”.
Flechazo o amor poco a poco
Así las cosas, ¿es ‘mejor’ sentir un flechazo o cocinar un amor a fuego lento? Cuando hablamos de sentimientos nada es mejor o peor, cada uno lo vive a su manera y lo disfruta o lo sufre como sabe, siente o ha aprendido. Pero deberíamos tener claro que el amor a primera vista no siempre termina en una relación duradera puesto que al ser algo químico y que tiene que ver con la atracción y el deseo, puede que uno de los dos pierda el interés al poco tiempo y que no haya nada más que una a esa posible relación de pareja.
En el flechazo idealizamos al otro, vemos todo lo positivo y ni siquiera nos preguntamos nada sobre esa persona. Es un encuentro casual y vemos al otro como alguien especial, único. Solo tenemos una atracción irremediable que nos lleva a querer estar con él o ella. Pero cuando se conoce a alguien en profundidad no todo es de color de rosa. Todos tenemos defectos y virtudes y es cuando llegamos ahí cuando pueden surgir los conflictos o el desinterés al no tener, quizá, nada en común que nos una más allá del deseo momentáneo.
Incluso a veces, fruto de la pasión del momento del flechazo, algunas personas hacen promesas que luego no pueden cumplir debido al ímpetu y la excitación que produce ese amor fugaz y de ese instante. Con esto hay que tener cuidado para no hacer daño al que tenemos enfrente. Hay personas enamoradas del amor que necesitan vivir en esa continua excitación para sentirse vivos y que anhelan constantemente ese tipo de relaciones frugales que les provocan las mariposas en el estómago.
Durante el flechazo todo es ilusión y no vemos más allá ni nos planteamos otra cosa que no sea estar con esa persona. Pero el amor es mucho más que eso. En el amor aparece la confianza, la comunicación, la aceptación del otro con sus virtudes y sus defectos y el respeto mutuo. En una relación de pareja el amor es también conocimiento. El amor necesita sus tiempos para conocer al otro, se va gestando a fuego lento y de forma gradual para saber si esa persona ‘cuadra’ con nuestros objetivos vitales, nuestros valores o nuestros planes a corto y medio plazo. Y nosotros con los suyos, claro.
Cuando el amor llega, muchas veces se sabe en un primer momento, pero la mayoría de las veces necesita tiempo para funcionar. Seguro que te ha pasado que has conocido a alguien, has sentido el flechazo y al tiempo esa ‘burbuja de amor’ parece haberse deshinchado o han surgido dudas por parte de uno de los dos. En esos momentos interviene nuestra parte más racional, en la que tratamos de entender si esa persona es de verdad para nosotros y queremos seguir adelante con la historia de amor o es mejor ponerle un punto y aparte y dejarlo ahí.
Como siempre decimos, nadie decide cuándo o de quién enamorarse pero debemos entender que el amor incluye valores como la libertad, el respeto, la honestidad y la lealtad. A lo largo de la vida viviremos, ojalá, amores muy diferentes que nos harán sentir seguramente emociones también muy diferentes porque cada persona es un mundo y cada relación, también. A partir de ahí, tú eliges si quieres vivir un amor duradero basado en el conocimiento y aceptación mutuas o en un momento de intensidad que, probablemente, se irá tan rápido como ha llegado a tu corazón.
Fuente: https://www.vozpopuli.com/bienestar/sexualidad/amor-flechazo.html