La organización Antorcha Campesina consolida su poder y extiende sus dominios en la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH). “Ha sido una embestida brutal, todo para ocupar los puestos y hacerse de recursos”, alerta Salvador Díaz Sánchez, profesor de Talleres Culturales de Chapingo.
GLORIA LETICIA DÍAZ / PROCESO
Ante la indiferencia de las autoridades federales, el estancamiento de las investigaciones de la Fiscalía General de la República (FGR) y la dilación en las determinaciones del Poder Judicial de la Federación, la organización Antorcha Campesina consolida su poder y extiende sus dominios en la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH). Salvador Díaz Sánchez, profesor de Talleres Culturales de Chapingo, describe y advierte: “Ha sido una embestida brutal la de Antorcha Campesina, todo para ocupar los puestos y hacerse de recursos”.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- La incursión en la Universidad Autónoma de Chapingo (UACH) del grupo Antorcha Campesina, conocido por ser “el brazo armado del PRI”, que se inició en octubre del año pasado con la destitución del rector electo, José Solís Ramírez, y el nombramiento de Ángel Garduño García, primero como interino y después como rector, procedimientos fuera de los lineamientos del Estatuto Universitario, ha tocado uno de los espacios universitarios distinguidos por su democracia interna: los Talleres Culturales de Chapingo.
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El 25 de abril, mediante un allanamiento de las instalaciones de Talleres Culturales, funcionarios vinculados a Antorcha Campesina sacaron de forma intimidatoria a la jefa del departamento, Rosa Ivette Tapia Silva, para deponerla del puesto, violentando un derecho adquirido por la Academia de Profesores de Talleres Culturales de Chapingo y ejercido durante tres décadas, el de elegir democráticamente a su jefe de departamento.
“Ha sido una embestida brutal de Antorcha Campesina, todo para ocupar los puestos y hacerse de recursos”, sostiene Salvador Díaz Sánchez, documentalista premiado con el Ariel en 1984 y 1985, profesor de Talleres Culturales de Chapingo.
En entrevista, el académico alerta que, previo a la toma violenta de Talleres Culturales y una vez que Garduño García tomó el poder, con apoyo de personas afectas a Antorcha Campesina asaltó la rectoría, las áreas de administración, las de cómputo y otras oficinas, con el mismo modus operandi: “allanar, botando chapas y violentando al personal de Solís Ramírez, a quien tiempo después le rescindió el contrato, así como a otros funcionarios”.
Agrega que, en todas las incursiones violentas a instalaciones universitarias, Garduño contó con el apoyo de Antorcha “para hacer sus enjuagues leguleyos y los asaltos, y al parecer pactó con esa organización la entrega de Dirección General de Difusión Cultural y Servicios”.
Díaz Sánchez resalta que el sello distintivo del enclave cultural de Chapingo durante el conflicto universitario fue mantener una posición crítica frente a Garduño, lo que explicaría “el odio que nos tiene, porque nosotros no apoyamos su interinato, nunca ha podido explicar lo del allanamiento de Talleres Culturales y menos va a explicar lo del asalto a las oficinas de los mandos universitarios”.
Proceso buscó la versión de Ángel Garduño García sin obtener respuesta, a pesar de atender los requerimientos que puso la rectoría de la UACH: solicitar la entrevista por escrito, en papel membretado, sellado y firmado por la dirección de este medio, documento que tuvo que ser escaneado y enviado por correo institucional.