Por Itandehui Rodríguez Martínez
@Itandehui_RoMa
Para algunos resulta molesto y una exageración la gran cantidad de denuncias que se dan a conocer diariamente por violencia política de género y por discriminación. Pero a esos muchos, no les preocupa que haya tanta violencia y discriminación que motive la existencia de tantas denuncas. ¡Ya estuvo bueno!
El día de ayer no enteramos de la denuncia que interpuso la diputada María Justo en contra del conservador vestido de guinda, Alejandro Armenta. En su teoría, en su discurso, combate a los “conservadores”, porque el término ha sido mal ultilizado por parte de los seguidores y benefiaciarios de López Obrador. Catalogan como conservador a todo aquél que haya antecedido al obradorato.
Un conservador es un partidario de mantener los valores políticos, sociales y morales tradicionales y que se opone a reformas o cambios radicales en la sociedad. Al catalogar a las infancias trans como “moda”, justamente hizo constar que se opone a los cambios en la sociedad.
Y no está mal ser conservador, esa ideología, esa manera de pensar le viene bien a mucha gente, el problema es que el término se ha usado de manera incorrecta. Además que basados en esos valores tradicionales, muchos justifican la transgresión y violación de los derechos de terceros.
Lo hizo también al dejar en claro, no muy claramente, que está a favor del derecho de las mujeres a elegir y a favor de la vida.
El problema es que hoy, atrapado en el mal uso de los conceptos, Alejandro Armenta, terminó con una queja por parte de su compañera de partido, la polémica legisladora María Justo. Bien habría hecho la diputada en darle trámite no solo de manera interna, en su partido, sino también ante las autoridades, por ejemplo la CNDH. De otro modo y si convencen a la legisladora de no continuar con el tema, podría quedar en “un jalón de orejas”.
Este tema, el de la defensa de los derechos de las infancias trans es un tema que tampoco le interesa a Acción Nacional, porque conservadores. El PRI ni se mete. Al PRD le da igual, aunque su agenda sí es progresista y MC, se hace como el tío Lolo, aunque también podría abordarlo.
Lo que es un hecho es que las declaraciones de quiénes se manifiestan a favor y en contra, en su mayoría están cargadas de ignoracia. Hablar de infancias trans, no es hablar de madres, padres y niños a los que un día se les ocurrió vestirse diferente y sentirse diferentes. Es hablar de niñas y niños anteriormente mal llamados “hermafroditas”.
Esta ley debería proteger a esas infancias y no, no es moda nacer con una discrepancia entre genitales internos y externos. Además a las personas que nacen con esa condición se les denomina intersexuales, ese es el término correcto.
Por algo Librerías Gandhi invita a usar menos ‘Face’ y más ‘book’. O sea a ‘ler’, como dijo Aurelio Nuño hace algunos años. Si quieren aprender más sobre infancias trans, les recomiendo seguir a Pilar Trejo y a David Arreortua, los dos saben mucho del tema. ¡Ah, y por cierto, son colaboradores de ApartadoMex!
La queja de María Clemente sabe a “zape”, pero, bueno… por lo menos lo hizo.
Más tarde nos enteramos de la inscripción de Layda Sansores al padrón de violentadores por haber difundido capturas de pantalla de fotos íntimas de legisladoras priistas. ¡Lo celebro! Porque sí, las mujeres también violentamos y sí, las mujeres también debemos poner límites a nuestro actuar.
Las mujeres también ejercemos violencia en contra de otras mujeres y también de hombres. Las mujeres también callamos ante la violencia que ejercen hombres en contra de mujeres y callamos. Y eso, debe tener consecuencias.
Es lo correcto.
El problema es que, mientras sigamos normalizando la violencia, las quejas y las denuncias seguirán pareciendo exageración, cuando lo exagerado, es la manera en la que normalizamos la violencia.
¡Ya estuvo!