En promedio, se han registrado 1.3 masacres a diario en el país, según datos de por Causa en Común con base en reportes de prensa; Guanajuato y Zacatecas concentran el mayor número.
ALEJANDRO ARTURO VILLA / LA-LISTA
En México los grupos criminales ligados a alguna de las facciones del Cártel de Sinaloa y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se pelean el territorio nacional causando masacres, con el fin de controlar una región o ruta de trasiego de drogas y otros productos, aseguraron expertos consultados por La-Lista.
Uno de los casos más recientes fue la masacre que dejó 10 muertos y 10 heridos, al finalizar la carrera de autos tipo razer “Cachanillazo”, en el turístico municipio de Ensenada, gobernado por el morenista Armando Ayala, en Baja California.
El sábado 20 de mayo de este año, mientras turistas provenientes de California, familias mexicanas, niñas y niños, se encontraban como espectadores y participantes del evento automovilístico, llegó un comando al lugar y sin más, rafagueó con armas largas a un grupo de 20 personas, dejando 10 muertos y 10 heridos, entre estos últimos, una mujer y un niño de 13 años.
De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General de Baja California, los hechos se deben a “una pugna entre grupos criminales por el control de la zona”.
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Según detalló el fiscal general de Baja California, Ricardo Ian Carpio Sánchez, los sicarios de una célula criminal conocida como “Los Arzate”, socios comerciales de la facción de Ismael “el Mayo” Zambada, del Cártel de Sinaloa, tenían en la mira a José Alonso Arámbula Piña, “el Trébol”, un presunto criminal relacionado con el Cártel de Tijuana o Arellano Felix.
Este suceso se suma a las al menos 190 masacres cometidas hasta el 26 de mayo de 2023 en todo el país, tomando en cuenta el seguimiento que hace la organización Causa Común a los hechos violentos de alto impacto con base en los reportes de prensa y hechos contabilizados por La Lista en la última semana. El informe considera como masacre un hecho violento en el que tres o más personas son asesinadas en un mismo día y lugar. No todas llegan a ser tan mediáticas como la que ocurrió en Ensenada.
Del 2020 al 26 de mayo, en México han ocurrido al menos mil 891 masacres. En 2020 se contabilizaron 672; en 2021, un total de 529; y durante 2022, 500. De 2020 a lo que va de 2023 Guanajuato se ha colocado como el estado con mayor número de masacres registradas por medios de comunicación, con un total de 360 casos.
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Tan solo en mayo de 2023 en el estado gobernado por el panista Diego Sinhue Rodríguez Vallejo han sucedido al menos cinco masacres donde el número de víctimas no bajó de tres personas. La más reciente ocurrió el 18 de mayo en Apaseo el Grande, donde hombres armados dispararon contra un puesto de comida, donde asesinaron a tres personas.
De acuerdo con el reporte policiaco del hecho, a las 8:00 horas de la mañana del jueves, un grupo armado llegó a un puesto de tacos de carne asada, el cual atendían tres hermanos. Los sicarios, sin decir nada, simplemente dispararon contra los taqueros en al menos 10 ocasiones, lo cual se sabe por el número de casquillos encontrados en el suelo. Los hombres subieron a un automóvil en el que viajaban y huyeron del lugar con rumbo desconocido.
El 15 de abril, un grupo armado causó terror en el balneario “La Palma”, en el municipio de Cortázar, en donde siete personas fueron asesinadas, entre ellas un niño de 7 años. Entre las víctimas había una familia completa de cinco integrantes.
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¿En México no hay masacres?
Estos hechos violentos ocurren mientras el presidente Andrés Manuel Lopez Obrador ha negado en repetidas ocasiones que existan masacres en México. La última vez lo dijo en su conferencia de prensa matutina desde el salón de Tesorería de Palacio Nacional, el 23 de mayo de este año.
En lo que va de su administración, López Obrador ha mencionado el tema de las masacres y ha negado que existen en el país un total de 181 veces en 147 conferencias o discursos, según el sitio amlopedia.org, una página que archiva todos los discursos del presidente. Prácticamente, en todas las veces que menciona la palabra masacre dice la misma idea:
“Y en este gobierno no hay masacres como había anteriormente y se respetan los derechos humanos” o “Es más, la consigna era ‘mátalos en caliente’ y había masacres y torturas y fusilamientos. En este gobierno no ha habido masacres, no se tortura a nadie, no se violan derechos”.
Aunque recientemente ha comentado que se refiere a masacres producidas por las fuerzas del orden, o sea, por policías o militares o elementos de la Guardia Nacional, esas también han sucedido. Por ejemplo, un convoy del Ejército masacró a tiros a cinco jóvenes en la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, el 26 de febrero de este año.
Los jóvenes regresaban a sus casas luego de salir por la noche del sábado a un centro nocturno del municipio, cuando un convoy del Ejército los interceptó y los chocó para que salieran del camino y ahí les dispararon. Testigos relataron que dos de ellos aún contaban con vida luego de que los militares los atacaron, les rogaron que los llevaran a un hospital, pero lejos de hacerlo, a uno lo dejaron morir y a otros dos los ejecutaron con un tiro en la cabeza. Los jóvenes no llevaban armas.
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A este contexto de violencia se suma al estado de las policías locales, las cuales se encuentran debilitados e incapaces de enfrentar a los grupos criminales debido a sus precarias condiciones laborales y la falta de recursos para armamento o equipo nuevo y de buena calidad, como lo refiere el informe “Las policías en México: radiografía de un retraso crónico 2018 – 2022” de la organización Causa Común.
El papel de los cárteles
En ese contexto, los grandes cárteles de la droga en México financian células criminales en todo el país como una estrategia de control de territorio, según explicó el experto en seguridad pública David Saucedo a La-Lista.
Salcedo agregó que existen tres tipos de masacres que suceden en México: las masacres por control de territorio, las masacres de familias de criminales rivales para mandar un mensaje y las masacres narcoterroristas, donde grupos criminales se enfrentan directamente con las dependencias de seguridad para evitar detenciones o extradiciones a Estados Unidos, principalmente.
“Yo he identificado que, en primer término, tenemos las masacres que son para ‘calentar la plaza’, como se dice en el argot criminal. Este tipo de evento de alto impacto tiene por objeto atraer la atención de las autoridades estatales o federales en alguna región en específico o contra algún grupo del crimen organizado en particular para que, de esta manera, los demás grupos delictivos queden a salvo y puedan dirigir sus actividades sin tener encima la presión de las autoridades”, comentó.
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Otras son las que tienen como objeto dispersar las redes de narcomenudeo de la competencia. Salcedo explicó que, en ocasiones, ocurren asesinatos de familias completas, ataques en contra de redes de “halcones” de narcomenudeo o de sicarios, algunos grupos criminales ya no solo asesinan a las personas, normalmente varones que están involucradas con un grupo rival, sino que también asesinan a sus familias con el objeto de mandar un mensaje y que en las redes rivales tomen en consideración que van a correr esa misma suerte.
Y por último, expone, están los actos de lo que llama narcoterrorismo, que se realizan con el objetivo de impedir la extradición de líderes del narcotráfico a Estados Unidos. Estas masacres son realizadas con el objeto de bloquear a la autoridad porque “los actos de narcoterrorismo se difunden en redes sociales, en medios de comunicación y provocan pánico entre la población. No buscan un objetivo político, religioso con un acto de narcotráfico; sino más bien, un objetivo económico criminal”, explicó.
El experto aseguró que en México hay una guerra civil no declarada en el mundo criminal, donde los antagonistas principales son el Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa, quienes apoyan a mafias locales para el control de municipios y entidades enteras.
“Cualquier conflicto en cualquier estado del país: Zacatecas, Nayarit. De Colima a Guanajuato y Jalisco, el que tú me digas, siempre encontramos a los dos grupos, Cancún, incluso en la Ciudad de México, siempre encontramos a los dos grupos apoyando mafias locales”, concluyó el especialista.
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Luis Carlos Sánchez, investigador de la organización Causa Común, reconoce que la tendencia de las masacres en el país se ha estabilizado en el último año, pero los delitos se han intensificado en estados como Zacatecas, Colima y Chihuahua.
“Hemos visto zonas de la república con un nivel constante en el número de estos actos, principalmente en Guanajuato y Michoacán, que se mantienen en este top de entidades en donde ocurren este tipo de eventos. También hemos visto algunos cambios en donde, por ejemplo, en Zacatecas, a través de la transición política ocurrida hace un par de años, hubo un incremento. En donde sí se ve un recrudecimiento de la violencia es en entidades como Zacatecas o Colima o últimamente, en este año, en Chihuahua”, comentó.
En Quintana Roo, en lo que va del año se han cometido al menos cinco masacres. Uno de los hechos violentos más recientes ocurrió el 22 de abril, en el municipio de Benito Juárez, donde localizaron a cuatro personas asesinadas al interior de una cisterna. De acuerdo con medios locales, aún no se ha informado la identidad de las víctimas ni sobre los avances en las investigaciones que lleven al esclarecimiento del crimen.
La impunidad en este tipo de delitos, el tráfico de armas y la falta de elementos de la Guardia Nacional son parte del problema con la cantidad de masacres en el país, según refirió Fernando Jiménez, académico e investigador en materia de políticas de seguridad pública del Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología).
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Comentó que este tipo de actos es un indicador del alto grado de violencia que se está viviendo en algunas partes del país y da indicios sobre la forma en que se movilizan los criminales, gracias a personas que les dan protección o que trabajan con ellos en el negocio criminal. También refleja el “gran número de armas dando vueltas en el país”, gracias a un amplio mercado negro que los gobiernos no han podido frenar.
De 2020 a 2022 las autoridades aseguraron al menos 62 mil armas de fuego, la mayoría en los municipios fronterizos como Tijuana, Ciudad Juárez, Reynosa y Nuevo Laredo, según datos oficiales difundidos en la reunión bilateral con Estados Unidos en abril pasado..
“También tenemos los actos de violencia, los homicidios en los que una organización criminal actúa en contra de otro criminal. Puede ser un civil para ejercer algún tipo de influencia en la zona o para ‘dar una lección’, para demostrar poder o castigar algún tipo de comportamiento. Esos escenarios nos dan información sobre cómo actúan algunas de las organizaciones criminales para el control del territorio del nuevo criminal”, detalló el investigador.
Jiménez explicó que para poder contener o evitar que se susciten estos delitos y queden impunes se debería llenar las calles de agentes de la Guardia Nacional, lo que aún está pendiente como parte de sus metas estipuladas en el momento de su creación en 2019.
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“Si hubiera un despliegue territorial de la Guardia Nacional, que todavía está pendiente, pero digamos un escenario ideal, en donde estuvieran en todas las calles del país todo el tiempo, que eso es imposible, podrían reaccionar con mayor efectividad”, señala.
El investigador advierte que a esto se suma la corrupción y la cooptación de policías locales, municipales y estatales, además de carecer de las capacidades y equipo necesario para hacerle frente a la violencia y lograr inhibirla.
“El despliegue de más elementos de la Guardia Nacional nos ayuda a que tengan, mayor capacidad de despliegue o de control territorial para evitar que se repitan estos actos”, advirtió, aunque reconoció que la disminución de la criminalidad y estos actos de violencia es mucho más complejo que un despliegue de guardias.
“Evidentemente se necesita la actuación coordinada de las autoridades de los tres niveles de gobierno, se necesita la actuación de la sociedad civil y el sector privado”, destacó el académico.