Expertos señalan que este aumento en la actividad volcánica del Popocatépetl es normal, ya que desde que reinició su actividad, en diciembre de 1994, se ha presentado en diversas ocasiones, y que está contemplado en el estatus de alerta amarilla, en el que se encuentra actualmente al ser un volcán activo. Lo que sí ha repercutido en la salud de la población es la caída de ceniza, pero se espera que en días posteriores se reduzcan estas emisiones.
NORA NANCY GASPAR RESÉNDIZ / SIN EMBARGO
Ciudad de México, 17 de mayo (SinEmbargo).- Ante el incremento de su actividad eruptiva, durante los últimos días las miradas se han vuelto a posar sobre el volcán Popocatépetl, debido a su constante exhalación de vapor, gases volcánicos, material incandescente y ceniza que ha presentando. Esta última, además, ya empieza a causar estragos en la salud de los habitantes de comunidades y ciudades cercanas al coloso.
Aunque el aumento de actividad volcánica en “Don Goyo”, como también se le conoce al volcán, se presentó desde desde hace aproximadamente dos meses, ha sido durante la última semana que se ha registrado con más intensidad, las exhalaciones de material incandescente y ceniza ha llamado la atención de autoridades, medios de comunicación y población en general.
No obstante, expertos señalan que este aumento en la actividad volcánica del Popocatépetl es normal, ya que desde que reinició su actividad, el 21 de diciembre de 1994, se ha presentado en diversas ocasiones, y que está contemplado en el estatus de alerta amarilla, en el que se encuentra al ser un volcán activo.
En entrevista con SinEmbargo, el Doctor Carlos Valdés, Investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que esta actividad eruptiva no es nueva y que por el momento no hay indicadores que demuestren que pudiera haber una erupción de mayores dimensiones.
“Lo que vemos ahora, esta actividad explosiva de explosiones frecuentes con mucha cantidad de ceniza que se ha estado yendo a Puebla, explosiones que emiten una onda de choque muy poderosa, que despierta a los habitantes del lado cercano de Puebla y que hacen vibrar las ventanas y las puertas, ya han ocurrido en el pasado y no han, necesariamente, acabado en una actividad importante”, aseguró.
“Hay que recordar que este volcán reinició su actividad el 21 de diciembre de 1994, ya tenemos cerca de los 28 años, y esto nos ha permisivo vivir una cantidad de episodios, de actividades que han sido importantes, donde ha tenido explosiones, grandes domos, algunos flujos piroclásticos y demás cosas, tenemos ya, al menos una idea, de cuales son los precursores y de alguna manera de los síntomas que presenta el volcán antes de estas actividades importantes” añadió.
El Doctor Hugo Delgado, Investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, coincidió con el Doctor Carlos Valdés, al considerar que son muy bajas las probabilidades, en este momento, de un evento de magnitudes mayores en el Popocatépetl, pese al incremento en su actividad volcánica.https://imasdk.googleapis.com/js/core/bridge3.574.0_es.html#goog_1885482493Royals con trabajos normales
“Esa probabilidad siempre existe, en este momento la probabilidad es baja, pero existe”, sostuvo el experto en entrevista con SinEmbargo, y comentó que la semana pasada se reunió con otros investigadores, quienes se encuentran a cargo de monitorear el volcán, y en conjunto, dijo, “sí observamos un aumento en las diferentes líneas”.
“Una de las interpretaciones de ese incremento de actividad es que estaba llegando un cuerpo de magma desde zonas más profundas al edificio volcánico, y es el que estaba provocando todo este cambio en la actividad. Sin embargo, en los últimos dos, tres días, los parámetros han disminuido, los diferentes parámetros de observación han disminuido, de hecho la cantidad de ceniza que emite el volcán ha disminuido”, explicó.
De acuerdo con el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED) encargado de monitorear la actividad del volcán, que está clasificado como activo, el día que el el volcán presentó mayor número de exhalaciones fue el pasado 14 de mayo, con 281, ese mismo día hubo cinco explosiones y 491 minutos de tremor.
Hasta este 17 de mayo, el semáforo de actividad volcánica se encuentra en alerta amarilla fase 2, lo que significa que hay exhalaciones de vapor de agua y gas, ligera caída de ceniza en áreas cercanas, caída de fragmentos incandescente, posibilidad de flujos piroclásticos por explosiones y flujos de lodo o escombros de corto alcance, de acuerdo lo establecido por el CENAPRED.
“Lo que estamos viviendo ahorita es un incremento en esta actividad tipo explosivo y lo que hemos considerado es que mientras la gente respete el radio de seguridad de 12 kilómetros, no acercarse al volcán a menos de ese radio de 12 kilómetros, no debe de haber un riesgo directo”, comentó el Doctor Valdés al respecto.
“No vemos nosotros precursores que nos indiquen que pueda haber una erupción mayor, al menos hasta el día de hoy, eso nos queda muy claro, más bien la sismicidad y estas explosiones viene bajando ya en número a lo que vivimos hace unos cuantos días (…) estos fenómenos ya los habíamos observado anteriormente en el volcán y simplemente no tienen mayor repercusión”, añadió.
“Este fenómeno que estamos viendo de explosiones frecuentes, aunque es extraordinario con las imágenes, sobre todo las que vemos en la noche, es realmente espectacular, pero están contemplados muy bien dentro del nivel de semáforo en amarillo fase 2, porque los demás parámetros y porque también la sismicidad no está cambiando de una forma crítica como para que sea necesario mover el semáforo”, destacó.
El Popocatépetl se ubica en los límites de las entidades de Puebla, Morelos y el Estado de México, a 90 kilómetros de la Ciudad de México, por lo que las ciudades de Puebla, Atlixco, Tlaxcala, Cuautla, Cuernavaca, e incluso la capital mexicana se encuentran dentro del rango de zonas que se pueden ver afectadas por la caída de ceniza.
Al respecto, este martes 16 de mayo, la Secretaría de Salud de Puebla indicó que las enfermedades más recurrentes a consecuencia de la ceniza volcánica son: conjuntivitis, rinitis alérgica y la faríngeo amigdalitis, por lo que solicitaron a la población que ante el primer síntoma acudan a un hospital o clínica.
En este sentido el Doctor Valdés sugirió a la población “protegerse, el tratar de evitar el respirar sin protección cuando hay ceniza en el ambiente, ponerse un cubrebocas, de ser posible las KN95, que pueden impedir el paso de partículas más pequeñas, recogerla, evitar que se acumule en techos frágiles, evitar que se acumule también en las calles en donde haya coladeras y en las coladeras de las casas”.
“Para la gente a veces es muy fácil echarle agua y que se vaya por el drenaje, el problema es que con el agua la ceniza se vuelve un cementante y vamos a dañar el drenaje. El no manejar porque disminuye la visibilidad y también se vuelve riesgoso el pavimento. A los grupos vulnerables como niños, niñas y adultos mayores, que se mantengan en casa el mayor tiempo posible”, agregó.
Por su parte, en CENAPRED también emitió varias recomendaciones ante la caída de ceniza, como: cubrir nariz y boca con un pañuelo húmedo, utilizar lentes de armazón y evitar los lentes de contacto con el propósito de reducir la irritación ocular, no realizar actividades al aire libre, utilizar sólo agua para limpiar ojos y garganta.
Además, mantener a las mascotas, como a su alimento, en un lugar techado, cubrir ventanas y puertas con paños húmedos, cubrir tinacos, cisternas y depósitos de agua para evitar que se contaminen, retirar la ceniza de patios, azoteas y calles, permanecer lo más posible en casa y atender las recomendaciones de las autoridades.
“Una de las cosas que está difícil tratar contener es la cantidad de ceniza que cae y que se mueve”, enfatizó el Doctor Valdés, quien alertó que “es un polvo muy fino, fragmentos de roca muy finos que si los inhalamos y si son partículas muy pequeñas, como está ocurriendo, estas se pueden ir inclusive a los pulmones, y causar más afectaciones o irritación, en la nariz, inclusive en los ojos”.
El doctor Valdés reiteró que la actividad volcánica del Popocatépetl no ha estado fuera de los parámetros normales, y que por el contrario ha ido disminuyendo en las últimas horas. “Llevamos un día y medio en donde esta actividad ha venido bajando y esperemos que así sea”, subrayó.
“El que ocurran este tipo de eventos, libera energía en el volcán, evita que se acumule mucha más energía y que tenga de alguna manera, digámoslo así, limpiar fracturamientos o conductos, le llamamos fracturamientos, fisuras, por donde asciende este material que sale expulsado. Entonces está liberando de una manera, digamos, regulada esta energía”, explicó.
En tanto, el Doctor Hugo Delgado comentó que “la energía liberada por el volcán durante la actividad eruptiva, lo que nos permite es observar si esta va en aumento pero afortunadamente en los últimos tres días, si bien no ha disminuido se ha mantenido estable”.
Asimismo, a pregunta expresa sobre la posible relación entre el aumento de actividad volcánica en el Popocatépetl y los microsismos que se han presentado en las últimas semanas en la Ciudad de México, dijo que en este momento no pueden afirmar nada pero están trabajando en una línea de investigación al respecto.
“Es una pregunta difícil de contestar y de hecho estamos trabajando una línea de investigación para poder saber si existe una relación, digamos en términos generales sí la hay pero es una respuesta muy general, no es precisa”, comentó el Doctor Delgado.
También recordó que “la placa tectónica en la que nos encontramos, tanto la Ciudad de México como el volcán Popocatépetl es la placa norteamericana”, sin embargo, hasta el momento, sostuvo, “no podemos relacionar de manera directa un evento con otro”. “En ese sentido se requiere la investigación para saber si hay una relación intrínseca o no la hay, o si solamente es una relación general”, finalizó.
Por último, el Doctor Valdés recordó el por qué del nombre de este volcán: “vale la pena recordar que el mismo nombre del volcán nos lo dice: Popocatépetl, en náhuatl quiere decir montaña que humea, si ese nombre se lo pusieron nuestros antepasados es un indicador de que ese es su comportamiento habitual y común”, comentó.
– Con información de Periódico Central