La madre de su primer hijo y protagonista de las obras del artista dejó su carrera a un lado para ser esposa
LAURA G. VARA / VANITATIS
Olga Jojlova nació en una familia aristócrata el 17 de junio de 1891 en la que hoy sería la ciudad ucraniana de Nizhyn. Soñaba con ser bailarina pese a la negativa de sus progenitores y se formó en ballet, sin mucho éxito, ya que sus profesores no la consideraban de gran talento. Sin embargo, logró su objetivo y en 1916 se encontró entre las 60 afortunadas que fueron a París a bailar con los famosos Ballets Rusos.
La bailarina se hizo conocida posteriormente por ser la primera mujer del artista Pablo Picasso. No fue su primer amor, ni mucho menos, tampoco el último, pero su historia continúa albergando las salas de exposiciones del país. Gracias a ella se han podido contextualizar muchas de las obras del pintor.
Pablo y Olga se conocieron cuando la bailarina tenía 25 años, siendo una década menor que él. El artista trabajaba como decorador en su espectáculo. Se casaron el 12 de julio de 1918, cuando Picasso ya era un artista conocido y bastante cotizado. Según cuenta el historiador Joaquim Pissarro, la pareja se casó por un consejo del director de cine Jean Cocteau, quien comento al novio que la única manera de tener a las mujeres rusas era el matrimonio.
Formalizaron su unión en París, en una ceremonia ortodoxa. Esto rompía con el carácter bohemio del artista, que defendía el amor libre y la soledad. Tres años después tuvieron a su primer hijo, y único en común. El matrimonio se separó en 1935, ya que Olga se enteró de las infidelidades de su esposo. Este tenía una amante con la que iba a ser padre de nuevo.
La pareja nunca se divorció realmente, pues en ese caso tendrían que haber dividido la mitad sus bienes, algo que Picasso nunca aceptó. Olga se marchó de casa de todas formas con su hijo y ambos se mudaron a Francia. Pablo le contó a todo el mundo que su exmujer era una loca histérica, oportunista y avariciosa que le exigía demasiado, lo que obsesionó a la joven.
Picasso llegó a solicitar la separación formal, asegurando que Jojlova tenía un carácter violento. Pese a estos problemas, continuaron casados legalmente hasta la muerte de Olga, el 11 de febrero de 1955. Ella pasó sus últimos años atormentada y en soledad. Sufrió un infarto que la incapacitó para caminar. Falleció a los 63 años y fue enterrada en Cannes. El pintor no se presentó en el funeral.