No salgo de la sorpresa, María Luisa Albores se bajó de la contienda por la candidatura de Morena a la gubernatura y no puedo contener mis emociones.
Por Itandehui Rodríguez Martínez
@Itandehui_RoMa
“¡Que dice mi mamá que siempre ya no!”… esa nos aplicó anoche el equipo de María Luisa Albores y yo, no puedo con todas las emociones que eso me generó.
Primero, una risa incotrolabre y miren que me hacía buena falta risar como lo hice.
Luego sentí pena, por todos esos valientes que se aventaron como “el Borras” a firmar un desplegado para apoyarla, que decidieron quemar sus naves y subirse a un barco que nunca zarpó.
Después me volví a reír, porque estamos frente a la campaña más corta de la historia.
Y si llegaron a este punto, seguramente se estarán preguntando… ¿Cómo demonios se ve María Luisa Albores?
Pues se las presento, porque en Puebla nadie la conoce, pero es la señora de la foto que ilustra esta columna.
La misma que el 19 de abril creyó que podía buscar al candidatura a la gubernatura de Puebla, sí Lopezcraist, nuestro señor… presidente, la señalaba con su dedo divino. Pero que cuándo se enteró que debía dejar el encargo y venir a hacer campaña porque en Puebla, repito, nadie la conoce, pues mejor decidió quedarse donde está.
Sí, fue apenas el 19 de abril de este año cuando nos enteramos que aspiraba a ser gobernadora.
Pero su aspiración duró, “lo que duran dos peces de hielo en un güisqui on the rocks”… Duró escasos 21 días. Hay tantas cosas que duran más que eso. Bueno, hasta la inversión en CETES dura 28 días.
¡Ay, mi madre! En verdad no puedo con la risa.
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Pero volvamos a la historia de la “campaña, no campaña” más corta de la historia.
La titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, se encontraba en una gira allá por Chignautla y seguramente pensó: “¡Ora es cuando, ahí les voy! Mis hijos son de aquí, mi INE es de aquí, tengo casa en Cuetzalan, pues sí ¡voy a gobernar Puebla!”.
Porque, no tiene estructura, pero, como dirían los sabios de Elefante:
“¿Qué importa?
¿Cómo dice? ¿Cómo dice?
¡Qué importa!”
Porque, nadie la conoce, pero…
“¿Qué importa?
¿Cómo dice? ¿Cómo dice?
¡Qué importa!”
Basta de cantar.
Luego, el 24 de abril, salió el desplegado que firmaron esos valientes del barco que nunca zarpó del que les hablé hace ratito: el ex secretario de Trabajo del Estado, Abelardo Cuéllar Delgado; el ex secretario general de gobierno, David Méndez Márquez; el también ex titular de Cultura, Julio Glockner; el diputado federal, Alejandro Carvajal y el ex secretario del Ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo, mejor conocido como el esposo de Liz Vilchis y, con ellos, medio equipo de Claudia Rivera.
Así empezaron a aparecer esas bardas con la leyenda “Puebla de mis Albores”. Pero ahí vino otro problema y es que, contrataron a un bardero priista que tenía unas cubetas de pintura guardada y le pintaron las bardas tricolores. ¿O en realidad todo este larguísimo tiempo aspiró a ser candidata del PRI? Interesante…
El punto es que esta gran historia ayer llegó a su fin… ¡Que dice mi mamá que siempre ya no!
Bueno, no la mía, sino la de Albores.
Primero, se canceló un conversatorio entre ella y René Sánchez Galindo.
Y más tarde, apareció un desplegado, donde informaron que la precandidata se bajaba de la contienda.
Así fue como empezó a escucharse de fondo “Todo se derrumbó, dentro de mí” de Emmanuel, porque claro, ayer vinieron Emmanuel y Mijares al Palenque.
Y así fue como una estrella que comenzaba a brillar en el firmamento, se apagó. ¡Obvio nunca brilló, por favor, nadie conoce a la funcionaria! ¡Nadie!
Es más, nadie la extrañó en el desfile.