Por Román Sánchez Zamora
El momento de decidir. Por fin el cargo fue dado y no hay eco de escritores en estas mismas, aunque en el discurso sobren.
Toda la retórica fue una verborrea para llegar, para convencer; al final eran los sueños y las ambiciones, los influjos de venganza y el anhelo del poder.
Eso era el motivo para continuar bajo un yugo de poder que humilla, que duele, que sobaja y cala en los huesos, pero se debe seguir por el sueño, ese anhelo de llegar.
El momento entonces aparece, se desvanece la sonrisa obligada ante la solemnidad y la daga brilla.
@romansanchezz