El europarlamento pide que la Política Exterior de la Unión Europea incorpore la lucha feminista de manera destacada
ÁLVARO ZAMARREÑO / CADENA SER
Suecia fue el primer país del mundo en introducir explícitamente los principios del feminismo en su política exterior. Al hacerlo, en la década pasada, reconocía no sólo todo lo que queda por recorrer, sino que no se pueden aplicar principios básicos en los que se cree en una dimensión de la política, pero no en otra. Poco a poco otros países -incluyendo España- han ido fortaleciendo esa dimensión feminista en su relación con el resto del mundo.Play/Pause
Llevar los principios del feminismo por el mundo
Así que el Parlamento Europeo consideraba que la Unión no debía ser menos. El pasado año se aprobó una resolución, que usaba como base el texto de dos eurodiputados, la alemana Hannah Neumann y el español Ernest Urtasun (Los Verdes). En puertas de la celebración del 8 de marzo, entrevistamos a este eurodiputado sobre la necesidad de incorporar el feminismo a las relaciones exteriores de la Unión Europea
Aunque es un principio incorporado incluso a la Acción Exterior española desde hace varios años, todavía a mucha gente le suena extraño ese concepto de política exterior feminista.
Una política exterior feminista es una política exterior que de alguna forma pone por delante de su acción la protección de los derechos de las mujeres. Que apuesta por la negociación, el diálogo y el multilateralismo porque es un cambio de paradigma que da protagonismo a las mujeres y a una determinada forma de entender el mundo.
Aunque no es directamente Política Exterior, los problemas que vemos cada vez que se nombra un nuevo colegio de comisarios para poder tener un equilibrio de sexos no dice mucho en favor del estado de las cosas dentro de las propias instituciones comunitarias
Tenemos serios problemas de avance de las mujeres, sobretodo en el Servicio de Acción Exterior. Ahora tenemos un colegio de comisarios paritario, por primera vez en la historia, pero en los puestos de mando de la diplomacia europea priman los hombres. Y en estos momentos lamentablemente en la estructura de mando del sea tenemos prácticamente solo hombres, y esa es una de las cosas a abordar urgentemente. Somos partidarios de establecer cuotas, que es la mejor manera de corregir la cuota implícita de hombres que hay en este tipo de nombramientos. Así que a pesar de que hemos evolucionado mucho, la presencia de mujeres en la arena de relaciones internacionales sigue siendo muy limitada.
El texto que usó como base su propuesta fue aprobado por amplia mayoría ¿es pronto todavía para evaluar el resultado, señalar algunos avances o aplicaciones concretas de la resolución?
Nuestro texto tenía como voluntad influir en un texto legal de la UE, el Plan de Acción de Género III, que es el que marca las acciones que la Unión haga en su política exterior en materia de género. Hemos encontrado en ese documento muchos elementos de nuestro informe, por ejemplo un porcentaje muy elevado de la cooperación al desarrollo va a destinarse a fomentar la igualdad de género. Se va a reforzar el papel de las delegaciones europeas en el mundo juegan en defensa de los derechos de las mujeres. Y recoge que tiene que haber formación del personal que ejerce la política de desarrollo y la política exterior desde Bruselas en cuestiones de igualdad de género. Son tres ejemplos de cosas que hemos logrado a través de nuestro informe para influir este plan de acción de la Unión.
Una de las cosas que se reclama es que se examinen las políticas de la Unión para que haya coherencia entre los objetivos feministas de políticas interiores y las desarrolladas en el Exterior ¿recuerda ejemplos concretos en que haya una discrepancia entre aquello defendido para la ciudadanía de la Unión y lo que se hace fuera?
Discrepancias existen, desde luego, sobretodo en cosas que defendemos fuera sobre las cuales tenemos problemas dentro. Por ejemplo de una manera muy clara pedimos a las delegaciones que defiendan los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres en países como El Salvador, donde un embarazo involuntario le cuesta a las mujeres larguísimas penas de cárcel. Les hemos exigido defender esos derechos, y sin tener dentro de la Unión algo parecido a lo de El Salvador, tenemos ataques sistemáticos a esos derechos de las mujeres. El ejemplo más cercano es el de Polonia, que a trtravés de una enmienda constitucional ha intentado prohibir el aborto. Para ser creíbles en política exterior, hay que tener una agenda muy fuerte de igualdad dentro de la Unión y en estos momentos hay problemas muy notables en muchos países del continente.
Al final el Servicio de Acción Exterior viene a ser el equivalente a un ministerio de Exteriores de la UE ¿Cree que su estructura, su personal, su forma de trabajo, reflejan todo lo bien que deberían los objetivos feministas que usted plasma en su documento?
Uno de los objetivos del informe era ayudar al Servicio Europeo de Acción Exterior a avanzar hacia una política exterior más feminista. Se ha hecho un buen trabajo a través de la enviada especial María Marinaki, encargada de este tema. Pero tenemos que ir mucho más allá, porque tenemos una cúpula masculinizada y eso hay que corregirlo, tenemos que avanzar el nombramiento de mujeres en los órganos de dirección y en las delegaciones en el exterior. Tenemos el compromiso del alto representante Borrell de que haya hasta un 40% de nombramiento de mujeres en delegaciones de la Unión de aquí al final de su mandato. Y ese es un compromiso que desde luego permitirá avanzar mucho. Nos queda mucho camino por recorrer, pero creo que este informe ha ayudado a poner más presión para que las medidas se hagan de forma más rápida.
Fuente: https://cadenaser.com/ser/2021/02/26/internacional/1614352834_559791.html