ARMANDO REYES VIGUERAS / EL INDEPENDIENTE
¿Quién mató a Luis Donaldo Colosio en 1994? Esta pregunta sigue vigente luego de casi 30 años de ocurrido el asesinato. Las dudas acerca del asesino se mantienen a pesar del paso del tiempo.
Para el escritor Guillermo Samperio, en su libro ¿Por qué Colosio? Una historia un relato, desde el momento mismo en que se detonó un arma, o dos, en Lomas Taurinas, un barrio de Tijuana en donde se realizaba aquel 23 de marzo el último evento de campaña del candidato del PRI a la presidencia, ocurrió algo extraño, “Ni el Mario de parche ni el Mario de Zeta se dieron cuenta de que alguno de ellos había caído en aquella gran grieta, la potente fracturahistóricoespaciotemporal que cambiaría el rumbo del país. Ninguno de los dos pudo distinguir que, en ese momento denso de nuestra Historia y de cuatro mil almas confusas y desbordadas, se fusionaban dos Méxicos que existen en dimensiones espaciotemporales distintas fusionadas a través de esa inmensa grieta que se abre en el momento exacto en que los dos Marios levantaban el brazo, cada uno con distinta arma, para dispararle a quemarropa a los dos Colosios”.
En su texto, Samperio parte de ciertas contradicciones que se dieron en torno al caso Colosio.
La primera tiene que ver con la identidad del supuesto asesino, Mario Aburto, quien aparece retratado por el semanario Zeta de Tijuana con un parche, pero luego aparece otro en prisión que no parece el mismo que fue detenido en Lomas Taurinas. Las dudas de la madre y de un defensor de derechos humanos de Tijuana hacen que la interrogante acerca de la identidad del asesino se mantenga, además de que se explora la versión de que pudieran haber sido dos personas distintas.
“En efecto, como explica el Mario de Zeta, es probable que fue por casualidad al acto político y que, sin darse cuenta bien, llevaba una pistola calibre 38, o 45 (ha mencionado ambos calibres), que nadie le quiso comprar en días anteriores, para poder hacerle un regalo a una madre que tuvo que mirarle una herida para reconocerlo como hijo. En verdad, tal vez, llegó a Lomas Taurinas cuando el mitin estaba finalizando y que, más que ir él hacia su víctima, ésta fue hacia su victimario, como suele pasar en diversos homicidios y ataques de otro tipo, analizados por la criminología. Que, por ocurrencia súbita, saca la pistola con el fin de disparar a los pies del candidato y que el golpe y el dolor y los empujones lo llevan a levantar el brazo accidentalmente y a disparar por el mismo motivo; luego, el azar, conjugado con el forcejeo con un hombre que no recuerda, provoca el segundo disparo. En esta eventualidad, es factible también que el Mario Aburto de los videos no sea este Mario Aburto, como lo explica en su declaración exasperante, en tanto que las videocámaras empezaron a rodar mucho antes de que él llegara”.
En el relato aparece una supuesta novia de Mario Aburto que describe a una persona distinta a la que fue detenida aquel 23 de marzo, que se quejaba de que el PRI siempre ganaba las elecciones, pero el Mario Aburto detenido lucía como lobotomizado, de acuerdo a la opinión que Samperio pidió a una psiquiatra, dudas que permanecen con la aparición de los primeros contactos que periodistas tuvieron con el atacante.
“Aburto Martínez no recordaba el interrogatorio en Tijuana: “Como si se me hubiera borrado el cassette en esa parte… Jamás me acuerdo de dicha declaración. Incluso, dio a conocer que fue golpeado y presionado psicológicamente por la PGR para que denunciara a sus supuestos cómplices Explicó que cuando estaba en la sede de la PGR en Tijuana se le acercó un agente de la policía judicial, el cual le indicó que el presidente Carlos Salinas de Gortari quería hablar con él por teléfono. Como Aburto no acudió a contestar la llamada, el agente le repitió que el presidente quería negociar con él” (misma formada citada y misma página). Además, desmintió ser el hombre de los videos y, aún más, el de la foto de Zeta, lo cual lo contradice, pues ante el periodista de dicho semanario, Jesús Blancornelas, aceptó ser ese Aburto. Pero definitivamente no es el de los videos, pues llegó cuando el mitin estaba concluyendo, expresó”.
También los testimonios de quienes estuvieron presentes en el acto de campaña abonan para las dudas. Un aspecto peculiar de esto tiene que ver con el número de disparos que fueron escuchados por los presentes.
“Aunque dos disparos producidos en un solo instante tienden a provocar la ilusión sonora de una sola explosión, un oído agudo, o imperfecto, logra percibir la dualidad del sonido, según opinión de la psiquiatra amiga. Y por tal razón, agregó, otras personas oyeron tres disparos, tres de cuatro, pues hay personas con oídos menos finos y no tan imperfectos. La imperfección a que se refiere la especialista se explica en el sentido de la capacidad de escuchar más (ciertos tonos) de lo que un oído medio es capaz, en especial cuando las ondas sonoras son agudas”.
Para Guillermo Samperio, se trata de un relato que merece el calificativo de borgiano, por rayar más en la ficción que en la realidad, pero lamentablemente se trata de un evento que cambió la historia del país y cuyas consecuencias, por haber dado inicio a una lucha política por el poder de forma más descarnada, las seguimos padeciendo, además de que sigue la duda de quién mato en verdad a Colosio.@AReyesVigueras
Fuente: https://elindependiente.mx/nacional/2023/03/23/la-misma-duda-que-planteo-samperio-en-su-libro/