Por Jesús Manuel Hernández
Una vez considerada la aspiración única en “Va por Puebla” de Eduardo Rivera Pérez, por la capital de Puebla, la primera reacción ha sido situar su presunta candidatura como el “plan B” del gobernador, asunto que el panista intentó desmentir en entrevista con el periodista Rodolfo Ruiz hace unos días.
El tema se presta a la reflexión entre otras cosas porque el propio Rivera Pérez dice tener confianza en el gobernador y negó haber hecho un pacto con quien en realidad representa al enemigo más poderoso de su contrincante, en el caso de que Claudia Rivera resulta con la candidatura de MORENA.
Decía un proverbio, algunos lo ubican en China, que “el enemigo de tu enemigo, es tu amigo”.
El antiguo tratado indio sobre el arte de
gobernar y estrategia militar, llamado «Artha-shastra» fue escrito por Kautilia al rededor de 300 a.c. en el Imperio Mauria y describe la premisa así:
“El rey que se encuentra en cualquier lugar colindante a la circunferencia del territorio del conquistador se considera enemigo. El que está también situado cerca del enemigo, pero separado del conquistador sólo por el enemigo, debe ser considerado amigo del conquistador.
A todas luces la sentencia se aplica en Puebla, el gobernador es el enemigo más poderoso y fuerte de la reelección de Claudia Rivera; Eduardo Rivera es el político local que más posibilidades tiene de competir y vencer en su caso a la candidata de MORENA.
El escenario local no es totalmente favorable al grupo impulsado por el gobernador, donde Gabriel Biestro es la ficha movida en el tablero de la suceción por la capital.
Luego entonces en la lógica de este escenario es razonablemente aceptable que si Rivera Pérez va contra Claudia Rivera, como ya sucedió hace tres años, entonces el gobernador mueva sus fichas a favor de quien puede vencer a la actual presidenta.
Quizá de esta premisa es que se desprende que los comentarios emanados del primer círculo de Barbosa no se ubiquen, hasta ahora, en la descalificación del panista y esta tendencia suba o baje según las posiblidades de Biestro por ser candidato o de Claudia Rivera por volver a competir.
Quizá valga la pena ir a la ciencia política y releer a Maurice Jolly cuando describe el conocimiento de los hombres.
Dice el texto del Libro I: “Elementos generales del arte de medrar”:
“El conocimiento de los hombres no consiste ni mucho menos en las nociones generales a las que acabamos de pasar revista (previamente analiza la “fuerza moral”), por mucho que profundizáramos en ellas. ¿En qué consiste pues? Consiste en descubir a todos los hombres individualmente a través de sus acciones y su lenguaje, en afirmar lo que son, en adivinar, en prever lo que harán en tal o cual circunstancia determinada. El lector puede por lo tanto imaginar la dificultad de un análisis y la perspicacia que requiere; es una aptitud casi prodigiosa; porque saber lo que los hombres son capaces de hacer en tal o cual circunstancia determinada es sin duda alguna saber mas de ellos que ellos mismos.
“No se les puede juzgar por lo que parecen, ya que no parecen lo que son. No se les puede juzgar por lo que dicen, ya que no dicen lo que piensan; y aunque fueran sinceros, no se puede creer lo que afirman ya que ellos mismos no se conocen lo bastante como para responder de sus acciones.
“Sólo poniéndoles a prueba se descubre el valor real de los carcateres…”
Muchas comparecencias del gobernador ante los medios de comunicación han servido para denostar el trabajo de la Presidenta Municipal, quizá ahí es donde Eduardo Rivera, sin saberlo, está siendo situado en el personaje del llamado “plan B”.
O por lo menos, así me lo parece.