El mayor peligro del virus es que empiece a adaptarse a cada vez más especies. Los investigadores advierten que si el agente infeccioso consigue adaptarse a humanos la crisis sanitaria sería mayor que la provocada por la covid-19.
ANDREA J. ARRATIBEL / SINC / PÚBLICO
Después de sufrir la pérdida de más 5,5 millones de aves, México parece haber conseguido frenar el brote de la Influenza Aviar de Alta Patogenicidad AH5N1, responsable de haber provocado una epidemia histórica en Europa.
De acuerdo con las autoridades, el país inició el nuevo año sin focos activos de esta cepa tan infecciosa con presencia en Europa, América, África y Asia, y que llegó por primera vez al territorio en octubre, expandiéndose muy rápido a lo largo de diversos estados del sur y norte.
Con México ya son 10 los países del continente americano a donde ha llegado este patógeno que ya ha provocado una grave epidemia en otros puntos del mundo. «Los primeros casos en la región se dieron en Estados Unidos en el 2014, pero en los últimos meses se ha expandido a muchos países latinoamericanos por la migración de aves», explica José Campillo, virólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Elisa Pérez Ramírez: «Lo preocupante es que se están produciendo muchos casos de saltos del virus a una gran variedad de especies»
El IAAP H5N1 afecta muy severamente a las aves domésticas como pollo y pavos. «Las rapaces y carroñeras también se han visto muy afectadas por el virus en esta última temporada. Lo preocupante es que se están produciendo muchos casos de saltos del virus a una gran variedad de especies», señala Elisa Pérez Ramírez, veterinaria del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA) en España.
«En Europa se ha detectado sobre todo en zorros y focas, pero también en cánidos, félidos y mustélidos», puntualiza la experta y destacaba un estudio publicado en China en el 2021 que demostraba cómo los visones son altamente susceptibles tanto a la infección por virus de la gripe aviar como a la gripe humana.
Hace unos días, investigadores españoles advertían sobre un brote de la influenza aviar altamente patógena detectado el pasado otoño en estos animales de cría intensiva en Europa, después de que en una granja gallega empezaran a morir visones con síntomas de neumonía hemorrágica. «Y vamos viendo cada vez más casos de saltos del virus desde aves a humanos, aunque el riesgo sigue siendo bajo», agrega Pérez.
Como explica el veterinario zootecnista de la UNAM, Rafael Ojeda, especialista en ecología de enfermedades: «Para que una persona llegue a contagiarse debe haber un contacto estrecho con el ejemplar enfermo o muerto». Así se dieron todos los casos que se han dado hasta ahora en humanos. El último, una niña de nueve años en Ecuador.
Granjas aviares intensivas: caldo de cultivo para el virus
En México, el agente infeccioso de momento solo ha afectado a aves, detectándose por primera vez en un halcón en el municipio de Metepec, en el centro del país, «en una zona en la que convergen diversas rutas migratorias de patos y gansos provenientes de Estados Unidos y Canadá«, señala Ojeda. Según explica el experto, «los anseriformes son un orden de aves que actúan de reservorios naturales para la mayoría de las variantes del virus de la influenza. Y, además, son los agentes de propagación».
Rafael Ojeda: «Para que una persona llegue a contagiarse debe haber un contacto estrecho con el ejemplar enfermo o muerto»
Patos que llegaron del norte del continente habrían sido los responsables de expandir el virus hasta las tantas granjas comerciales mexicanas que tuvieron que sacrificar millones de aves, «provocando enormes pérdidas económicas, encareciendo el producto y repercutiendo en el bolsillo de la población. México es el quinto país productor de huevo y gallina a escala mundial. Al tratarse de un país de bajos ingresos, son sus principales fuentes de proteína, un factor detrás de sus intensos sistemas productivos», advierte el veterinario.
«La avicultura intensiva es un factor de riesgo para la emergencia y persistencia de virus como el H5N1. Granjas con enormes densidades de aves son un caldo de cultivo perfecto para la transformación de un virus de baja patogenicidad —de los cientos que circulan en aves silvestres— en uno de alta», concuerda la viróloga española.
Una vez que un virus altamente patógeno consigue colarse en una granja comienza a producir tasas altísimas de mortalidad. «Lo que obliga a tomar medidas de control y prevención radicales que suelen conllevar el sacrificio de todos los animales de la explotación», agrega Pérez.
Por eso, en cuanto se notificó el primer caso, las autoridades mexicanas del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) pusieron en marcha los protocolos para frenar los brotes. Las medidas de cuarentena incluyeron la prohibición de la movilización de productos que no contasen con el permiso de la autoridad sanitaria federal y la inmunización masiva de los animales. La región de Los Altos de Jalisco, la zona avícola más importante del país, fue la primera en iniciar la vacunación de aves de traspatio para prevenir la influenza aviar AH5N1.
Elisa Pérez Ramírez: «La avicultura intensiva es un factor de riesgo para la emergencia y persistencia de virus»
México, que cuenta con distintas vacunas nacionales que comercializa en el extranjero, «dejó de exportar los biológicos fuera para asegurarse la distribución a escala nacional. Pero, el problema es que al elaborarse con los virus que circulaban en temporadas pasadas, las vacunas dejan de ser eficientes muy pronto», explica Ojeda.
«La vacunación es algo muy complejo en el caso de la gripe aviar, hay aún muchas limitaciones para su uso. Como ocurre con la gripe humana, una vacuna puede ser efectiva frente a un subtipo concreto pero totalmente ineficaz frente a otro que circule al año siguiente. Además, existen ciertas reticencias porque las vacunas pueden facilitar que el virus circule en una explotación de manera silenciosa y se acabe favoreciendo la propagación», destaca Pérez.
«Para los coronavirus es más fácil reformular la inmunización porque su evolución es lenta. En cambio, la tasa de mutación de la influenza es altísima. Por eso hay que vacunarse cada año«, matiza Campillo.
La alta capacidad de mutación de los virus de la influenza
Precisamente esta capacidad de los virus de la influenza para modificarse y generar distintos linajes es una de las mayores preocupaciones de los científicos. «Estos patógenos son increíbles, mutan muy rápido, y cuantos más ejemplares infectan, más probabilidad tienen de adaptarse mejor a distintas regiones del mundo, que es lo que está actualmente pasando», expone Ojeda.
Rafael Ojeda: «Estos patógenos son increíbles, mutan muy rápido, y cuantos más ejemplares infectan, más probabilidad tienen de adaptarse»
Hasta la aparición de la cepa altamente patógena H5N1 en Guandong, en China, a finales de los noventa, los expertos creían que la gripe aviar apenas afectaba a las aves domésticas. «Entonces se empezó a observar que el virus era capaz de enfermar y causar la muerte de diversas especies silvestres, sobre todo las relacionadas con ambientes acuáticos, que es donde más persiste», explica Pérez.
«Después se vio que se podían recombinar con aquellos que afectan a especies distintas, como ocurrió en México en el 2009 con la cepa H1N1, que resultó de una recombinación triple mutante de origen aviar, porcino y humano», matiza el veterinario, exponiendo el mayor miedo de los epidemiólogos: que la cepa actual de AH5N1 se reformule con algún tipo de influenza humana. «Si esto pasa, el nuevo virus podría infectar directamente a los humanos. Y, teniendo en cuenta su carácter virulento, podría provocar una catástrofe», advierte Campillo.
Como recuerda el virólogo de la UNAM, de las 868 personas contagiadas por el virus más de 450 de los afectados perdieron la vida desde el 2003 al 2022. «Esto supone una tasa de mortalidad del 52%. Teniendo en cuenta que la de la covid-19 fue del 2 al 3% a escala mundial, un tipo de zoonosis así provocaría una pandemia mucho peor».
De momento, la cepa actual de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad AH5N1 no tiene capacidad para infectar directamente y transmitirse entre seres humanos. «Así que el riesgo es muy bajo para la población general y medio para aquellos que tienen contacto continuado con aves. Calculando la cantidad de aves a las que ha afectado en los últimos meses, son muy pocos casos en personas. No obstante, este virus nos obliga a no bajar la guardia y a realizar una vigilancia muy intensa tanto en aves domésticas como silvestres», señala Pérez.
Un virus que ya es endémico en Europa
«La migración de patos y gansos es una de las vías más importantes de expansión de los virus de la gripe aviar. Y, hasta esta última temporada, se producían epidemias cíclicas o periódicas asociadas con la llegada de las aves migratorias. En España, por ejemplo, era muy improbable detectarse casos entre marzo y septiembre, ya que los brotes se producían con la llegada de las aves invernantes en otoño e invierno. Sin embargo, este patrón cambió radicalmente desde el 2021, cuando el virus se convirtió en endémico en las aves silvestres en Europa«, cuenta la especialista del CISA.
José Campillo: «Como sociedad tenemos una responsabilidad cada vez mayor en cuestiones de bioseguridad y control de los agentes infecciosos»
Algo que puede pasar también en América Latina, donde el agente se está expandiendo. «En México hemos detectado y estudiado muchos virus de baja patogenicidad introducidos desde Estados Unidos. Se volvieron endémicos y la mayoría circula entre las aves domésticas y silvestres», apunta Ojeda, responsable de reportar a las autoridades locales este tipo de casos y quien muestra su preocupación «por el riesgo que plantean los sistemas de traspatio de productores con escasas o nulas de bioseguridad«.
«No podemos olvidarnos de otras vías de dispersión en las que estamos implicadas las personas, como el movimiento de aves enfermas y sus productos, o de vehículos contaminados entre granjas. Una vez el virus es capaz de mantenerse en el ambiente durante todo el año y hacerse endémico, como ha ocurrido en esta última temporada, las aves migratorias dejan de tener un papel clave que hasta ahora tenían», advierte Pérez.
«Como hemos visto con otras zoonosis, como sociedad tenemos una responsabilidad cada vez mayor en cuestiones de bioseguridad y control de los agentes infecciosos», concluye Campillo.