El narcotraficante colombiano era el enlace entre productores de cocaína en Colombia y capos en México para llevar la droga a EU.
NADIA SANDERS / LA-LISTA
Harold Mauricio Poveda Ortega, “El Conejo”, el principal enlace entre productores de cocaína en Colombia y narcotraficantes del Cártel de Sinaloa en México participó el miércoles en el juicio en contra de Genaro García Luna, donde señaló que fue capturado por la Policía Federal (PF), retenido y sometido a tortura un día antes de ser presentado a las autoridades judiciales y a medios de comunicación en 2010.
Con el acento característico de alguna región de Colombia, “El Conejo” relató que estaba comiendo fresas con crema con una novia en un restaurante camino al Ajusco en la Ciudad de México la tarde del 4 de noviembre de 2010 cuando fue capturado por elementos de la Policía Federal.
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Fue retenido, llevado a un lugar desconocido donde le pusieron una toalla femenina en los ojos para que no pudiera ver, lo golpearon, le dieron toques eléctricos, le lanzaron agua mineral a la nariz, le pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, lo hicieron tocar objetos con las manos: balas, armas largas y polvo que parecía ser cocaína,
Luego le descubrieron los ojos para hacerlo filmar un video con una mampara detrás con el logotipo de la Policía Federal:
—¿A qué te dedicas?—, le preguntaron.
—Soy comerciante—, respondió a la cámara. Pero en ese momento detuvieron la grabación, lo golpearon y lo obligaron a decir que era narcotraficante. Entonces volvían a grabar.
–¿A qué te dedicas?–, volvieron a cuestionarlo.
–Soy narcotraficante–, respondió.
“El Conejo” aprovechó la tribuna del juicio en contra de Genaro García Luna en Nueva York para decir a modo de denuncia que fue retenido ilegalmente, torturado y presentado ante medios hasta el día siguiente frente a las balas, cartuchos, armas y cocaína que lo habían hecho tocar el día anterior. Aseguró que él no es un hombre de armas y nunca portaba una. Su relato sonó parecido a lo que ocurrió con la ciudadana francesa Florence Cassez, acusada de secuestro y puesta en libertad años después por haber sido retenida ilegalmente por varias horas por elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y no dar aviso inmediato a la representación diplomática de su gobierno en México.
Un zoológico en la mansión de ‘El Conejo’ en el Desierto de los Leones
El narcotraficante colombiano, principal socio de Arturo Beltrán Leyva para traer toneladas de cocaína procedente de Colombia, rompió en llanto ante el jurado en el juicio de quien fue secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Felipe Calderón al ver imágenes de su casa en el Desierto de los Leones, en la Ciudad de México.
“Esa es mi casa… era mi casa”, alcanzó a decir con la voz ahogada. “‘El Rey’ fue el que me hizo ese daño”.
La sala 8D de la Corte Federal del Distrito Este en Brooklyn, Nueva York, se convirtió en una sala de cine, cuando bajaron la intensidad de las luces y proyectaron un video en los monitores del jurado y en las pantallas planas para el juez y el público.
El video era de un medio de comunicación que filmó el interior de la casa después de que fue asegurada por elementos de la Policía Federal. El fiscal Philip Pilmar pedía el minuto y segundo preciso para proyectar y “El Conejo” describía lo que estábamos viendo en la sala.
“Esa es la reja que no pudo tirar la Policía Federal… esa es una alberca construida pieza por pieza… miren las ventanas, los marcos son de madera tallada, desde la habitación principal se puede ver toda la Ciudad de México, ese es el jacuzzi, ahí está una discoteca de agua a la que llamamos la Gruta”, relató “El Conejo”, como si estuviera poniendo la mansión a la venta.
Dijo que era una casa muy bonita y que la puerta principal tallada en madera la había pedido traer directamente desde India. Lo contó dos veces en tono de orgullo.
Cuando el video mostraba grandes felinos en jaulas inmensas con herrería artesanal, comentó que la noche del operativo él logró escapar con dos de sus hombres por donde estaban sus tigres blancos, le llamó a Arturo Beltrán Leyva y él lo ayudó mandándole apoyo con policías judiciales que lo rescataron y lo llevaron a una casa de seguridad.
Todos en la casa fueron retenidos porque estaban en medio de una fiesta. Pero los mandos de la Policía Federal Víctor Garay y Ballardo le dijeron a dos de sus hombres que podían liberarlos a cambio de 500 mil dólares.
El relato del colombiano mantuvo atento al jurado, que en otros días, después de las 3:00 de la tarde ya luce somnoliento.
Los mandos de la Policía Federal les indicaron que dejaran el dinero en la cajuela de un auto en la colonia Bosques de las Lomas, pero después de cobrarlo no liberaron a nadie.
Con tono de nostalgia, “El Conejo” habló de sus mascotas: un gato blanco como la cocaína al que le puso como nombre “Perico” y un bulldog inglés llamado “Bufón”.
—¿Qué quiere decir “Perico”?—, le preguntó el fiscal.
–Usted sabe, perico, como se le dice a la coca. Así hacen los pericos–, dijo y entonces hizo el gesto de cuando alguien se inclina para inhalar cocaína de una mesa y jaló aire por su nariz.
Algunos miembros del jurado estaban en la orilla de sus asientos escuchando a “El Conejo”.
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‘El Barbas’ quería cortarle la cabeza a García Luna
Sobre Genaro García Luna dijo que nunca lo había visto, pero después del operativo de la Policía Federal en el que aseguraron su casa y saquearon sus demás propiedades, comentó que Arturo Beltrán Leyva estaba muy enojado.
El líder de los hermanos Beltrán Leyva le dijo que acababan de secuestrar al hijo de Genaro García Luna, que lo iba a matar y mandarían su cabeza como una señal para que vieran que con él no se jugaba.
Hasta entonces, “El Conejo” supuestamente no sabía quién era.
“Es el jefe de la Policía Federal, es el que nos anda haciendo todas las chingaderas con ‘El Rey’, ‘Chapo’ y ‘El Mayo’”, le explicó “El Barbas”.
Según “El Conejo”, él hizo reconsiderar a Beltrán Leyva, le dijo que se iban a meter en problemas y que mejor hablaran y pusieran las cosas sobre la mesa. “Si lo hubiéramos matado, no estaríamos en todo esto”, expresó.No te pierdas:Un periodista ayudó a los Beltrán Leyva, revela testigo en juicio vs García Luna