El expresidente de México y Tania Ruiz han dado por terminada una relación que comenzó en 2019
DANIEL ALONSO VIÑA / EL PAÍS
Enrique Peña Nieto, expresidente de México de 56 años, y la modelo Tania Ruiz, de 35, han terminado la relación de noviazgo que mantenían desde principios de 2019. “Enrique y yo ya no estamos juntos, pero seguimos queriéndonos mucho”, ha dicho Ruiz a la revista Hola!. Sin embargo, los dos han echado raíces en Madrid y seguirán viviendo allí. Ruiz está estudiando una maestría y su hija está en un colegio de la capital española. Peña Nieto renovó su visa de oro en noviembre y no tiene ninguna intención de dejar el país. “Me va gustando mi vida aquí. Me planteo residir en España de forma permanente”, aseguró a EL PAÍS entonces.
Desde la muerte en 2007 de su primera esposa, Mónica Pretelini, con la que tuvo a sus tres hijos, esta era su segunda relación seria y pública. La primera fue con la actriz Angélica Rivera, con la que estuvo casado desde 2010 hasta 2019, durante los años de su presidencia. Después de su divorcio empezó a salir con Tania Ruiz.
Pese a la ruptura, la modelo asegura que la relación entre los dos es buena, pero que “los proyectos de vida cambian” y por eso ya no pueden estar juntos. Sus familias siguen estando muy conectadas. Ruiz se lleva muy bien con los hijos del expresidente, hasta el punto de que todos los años les felicita el cumpleaños públicamente. Sus historias en Instagram muestran una relación especial entre Carlotta, la hija de Ruiz, y Paulina, Alejandro y Nicole, los hijos, ya mayores, de Peña Nieto. “¡Te quiero tanto, tanto!¡Gracias siempre, mi Ale!”, escribía en un post en el que Carlotta aparecía abrazándose a Alejandro.
Tania Ruiz tiene su propia empresa de trajes de baño y bikinis diseñados por ella misma, que promociona a través de sus redes sociales, donde tiene cientos de miles de seguidores. Durante muchos años ejerció como modelo profesional y se ha ganado la vida apareciendo en revistas de moda y maquillaje. Nacida en San Luis Potosí, Ruiz tiene cuatro hermanos y estuvo casada con el empresario Bobby Domínguez durante cinco años.
Los negocios del expresidente no están tan claros. En octubre de 2020 obtuvo la visa dorada, un permiso reservado a grandes inversores. El mexicano se ha comprado una casa a las afueras de Madrid en la que vive de forma permanente desde entonces. “Estoy muy agradecido a este país por el trato que me ha dispensado. Me planteo residir en España de forma permanente y visitar ocasionalmente México”, expresó a EL PAÍS. De momento, lleva tres años sin pisar suelo mexicano.
Su larga estancia fuera del país puede deberse al embrollo judicial que le espera en México. En agosto del año pasado, la Fiscalía General de la República (FGR) anunció que mantenía abiertas tres investigaciones contra él, por lavado de dinero y enriquecimiento ilícito. “Es absurdo. No he querido dar una respuesta mediática, pero estoy invariablemente atento a responder sobre el origen legal de mi patrimonio”, aseguró a este periódico.
El expresidente lleva tres años sin pisar tierras mexicanas y el pasado septiembre se perdió la boda de su hija Paulina Peña Pretelini. La joven celebró una boda discreta en el Estado de México. Se casó con Fernando Tena Alonso, su novio desde hace seis años y el hijo del antiguo entrenador de la selección mexicana Luis Fernando Tena. A la ceremonia acudieron apenas 30 personas.
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