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Calderón, cobijado por el ultraconservadurismo internacional | Proceso

Mientras su nombre sobrevuela en el juicio contra Genaro García Luna en Nueva York, Felipe Calderón obtuvo el pasado octubre una autorización de residencia y trabajo en España, fichado por el Instituto Atlántico de Gobierno.

Felipe Calderón y José María Aznar. Foto: Gustavo Valiente / Europa Press

ALEJANDRO GUTIÉRREZ / PROCESO

Al amparo de José María Aznar, Felipe Calderón obtuvo el pasado octubre una autorización de residencia y trabajo en España, fichado por el Instituto Atlántico de Gobierno. El panista se suma así a un equipo –en el que destaca la presencia de Vargas Llosa– liderado por el exmandatario español y dedicado a promover las “libertades individuales”, el gobierno limitado, el libre comercio y la influencia de las grandes empresas y los fondos de inversión en las políticas públicas.

MADRID (Proceso).- Mientras el nombre de Felipe Calderón sobrevuela en el juicio en Nueva York contra Genaro García Luna –su hombre clave en la “guerra contra el narco”, que fue política central de su sexenio (2006-2012)–, el expresidente de México prefirió cobijarse bajo el manto protector del exmandatario español José María Aznar, quien se ha convertido en figura importante de think tanks y empresas internacionales que tratan de implantar políticas liberales y el pensamiento ultraconservador.

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Tras el respaldo español al gobierno estadunidense de George W. Bush en la guerra en Irak, Aznar ha sido ampliamente recompensado, ocupando posiciones que le han acarreado un gran poder y vínculos de mucha relevancia en ese entramado de grupos de interés que despliegan la llamada “guerra cultural” por “la libertad” y contra el “populismo” y el “comunismo”.

Por ejemplo, es miembro del selecto consejo asesor internacional del Atlas Network, el influyente think tank asociado a la OTAN, y para el cual el expresidente español fue designado, en septiembre de 2012, presidente europeo del Transatlantic Task Force on Latin America, cuyo objetivo es “mejorar la relación entre Estados Unidos, Europa y América Latina”.

“Queremos para Latinoamérica lo que queremos para Europa y Estados Unidos”, dijo entonces, “con las mismas prácticas y cultura democráticas y las mismas oportunidades de prosperidad”, para lo que propuso, en un estudio difundido en 2013, la “construcción de instituciones democráticas en la región” y encontrar fórmulas efectivas para “combatir el crimen organizado y el narcoterrorismo”; además hizo hincapié en una mejor “gestión de los recursos naturales” de América Latina y “lanzar un amplio diálogo energético trilateral”, viendo el potencial que muchos países latinoamericanos tienen en la materia.

Bajo el cobijo del exmandatario español, Calderón obtuvo en octubre pasado una autorización de residencia y trabajo como profesional altamente cualificado, gracias a que fue fichado por el Instituto Atlántico de Gobierno (IADG), que preside Aznar, como lo informó el diario El País.

Lo ha invitado para colaborar en proyectos académicos para examinar la “situación política y económica de Iberoamérica”, añadía la información.

Aznar creó el IADG en 2014, al margen de su labor como presidente de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el “laboratorio de ideas” del Partido Popular, que ocupa desde que abandonó el gobierno.

El IADG tiene una maestría en liderazgo y otra en acción política, fortalecimiento institucional y participación ciudadana en el estado de derecho, en alianza con la Universidad Francisco de Vitoria, que tienen en España los Legionarios de Cristo, polémica rama de la Iglesia Católica.

En el sitio de internet del Instituto, Calderón ya aparece en el “Aula de Liderazgo”, junto con una veintena de ponentes.

El consejo asesor del IADG, presidido por Aznar, lo componen el expresidente de México Ernesto Zedillo; el Nobel Mario Vargas Llosa; Dionisio Gutiérrez, de la Fundación Libertad y Desarrollo; Carmen Iglesias, presidenta de la Real Academia de Historia y miembro de la Real Academia Española; el exvicepresidente de Perú Raúl Díez Canseco; el editor de Letras Libres Enrique Krauze; el expresidente de Telefónica César Alierta; el presidente de Endesa, Borja Prado; el exgobernador de Nuevo Mexico Bill Richardson; tres de sus exministros de Exteriores, Ana Palacio, Abel Matutes y Josep Piqué (además exconsejero de OHL); el magnate venezolano Gustavo Cisneros; Luis Enrique García, de CAF; Antonio Brufau, presidente de Repsol; Guillermo Lasso, expresidente de Ecuador y Ana Paula Pessoa, socia de Brunswick Group, entre otros.

“Tanto el IADG como FAES son organizaciones afiliadas al Atlas Network, que es la ‘abeja reina’ de las redes de think tanks de la derecha mundial, del pensamiento ultraconservador a favor del libre mercado a ultranza y en defensa de la libertad personal, que mueve sus hilos para tratar de influir en gobiernos, grandes empresas y fondos de inversión alrededor del orbe”, sostiene en entrevista Julián Macías Tovar, presentador del programa “Pandemia Digital”, que produce en la plataforma TwichtTV, quien como estudioso de las redes sociales ha ido creando el mapa de vínculos entre estos grupos de interés.

Fragmento del reportaje publicado en la edición 2413 de la revista Proceso, cuya edición digital puede adquirir en este enlace.

Fuente: https://www.proceso.com.mx/reportajes/2023/1/28/calderon-cobijado-por-el-ultraconservadurismo-internacional-301148.html

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