Durante la pandemia los echamos mucho de menos. Sin embargo, para algunas personas, abrazarse puede ser un gesto de lo más violento
PATRICIA CANTALEJO / ACyV
“El abrazo” que pintó Juan Genovés para representar la Transición en España, el apretón con que Reagan y Gorbachov “desescalaban” en la Guerra Fría… pueden consolar, acompañar, ser un simple saludo o una de las más sentidas despedidas. Hay abrazos fríos y también abrazos de oso, abrazos de baile o figuras del Kamasutra.
El denominado Día Mundial del Abrazo se celebra cada 21 de enero desde 1980. Fue en realidad una prescripción médica de Kevin Zaborney, un psicólogo de la Universidad de Michigan, quien comprobó que, con este gesto, se reducía el estrés y se mejoraba la salud mental, emocional y física de las personas. Sin embargo, de lo que no habló el doctor fue que los abrazos también pueden incomodar y que, en algunos países, te puede llevar derechito a la cárcel.
Beneficios de dar (y recibir) abrazos que la ciencia avalaEl Confidencial
Hay una división “háptica” (ciencia que estudia el contacto humano y sus efectos) del mundo. Asia, Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Australia y Nueva Zelanda son culturas “de bajo contacto”: un abrazo de sopetón romperá todos sus esquemas. Por el contrario, estos gestos están normalizados en América Latina y en los países mediterráneos, zonas consideradas de “alto contacto”. Eso sí, todo depende de quién se abrace: la cercanía relacional, el género y la edad de las personas variarán sobremanera la ecuación.
En algunas zonas de Asia, como en China y Vietnam, ni siquiera está bien visto los abrazos padre-hijo. En los países árabes, cualquier contacto entre hombre-mujer si no están casados es inaceptable. Ojo si vas a abrazar a alguien en Tailandia: ¡ni se te ocurra tocarle la cabeza! Según su religión, esa es la zona más sagrada del ser humano, donde se aloja el alma. Además de todas estas salvedades culturales, deberías saber que hay personas introvertidas a los que un abrazo simplemente representa una invasión de su espacio personal.
Los beneficios más curiosos de los abrazos
Con el Covid, nos volvimos más selectivos con los abrazos. Sin embargo, este gesto realizado de manera reiterada puede mantener a raya las infecciones. No solo mejorará nuestro estado emocional, sino que, como han comprobado en la Universidad Carnegie Mellon en Pittsburgh (Pensilvania, EEUU), desempeñan un efecto protector, ya que nos hacen más resistentes a los patógenos.
Incluso hay un problema de desarrollo denominado “enanismo psicosocial”. En la Universidad de Duke analizaron cómo los bebés que no tienen contacto físico sufren la muerte de millones de neuronas y, además, no se activa de forma correcta su hormona del crecimiento.
«Cada vez que abrazamos de verdad a alguien,, ganamos un día de vida». Paulo Coelho.
Un abrazo puede reducir la tensión arterial. Se ha comprobado que las personas más acostumbradas al contacto físico tienen, en general, una presión arterial más baja. También se sabe que ayuda a reducir los niveles de estrés.
Por cierto que el mundo onírico tiene una interpretación un poco peculiar de los abrazos: si tienes contacto con alguien que llora, te puedes fiar de él. Por el contrario, si la persona abrazada está riendo, probablemente te será infiel.
4 formas de abrazar con manual de uso
El abrazo íntimo. El abrazo clásico se realiza rodeando con los brazos al otro y situando las cabezas una al lado de otra. Se trata de un gesto que solo debemos hacer con conocidos. Si ya nos miramos a los ojos, implicará conexión sexual.
El abrazo fraternal o entre compañeros. Es un ligero acercamiento, nunca se llegan a juntar las cabezas y suele ir acompañado de palmaditas en la espalda. Según los psicólogos, sirve para ir estrechando lazos cuando todavía no hay confianza.
Los abrazos nos hacen adictos a nuestra pareja (y evitan los cuernos)El Confidencial
El abrazo lateral o poner nuestro brazo sobre los hombros del otro. Se utiliza para reflejar que acompañas a la otra persona. Este tipo de abrazo también lo realizan los primates para consolarse unos a otros.
El abrazo del oso o el abrazo violento. En realidad, aquí no hay afecto. Buscas demostrar a tu oponente tu superioridad física.