Por Román Sánchez Zamora
-Yo le di su primer empleo.
-Siempre hay que saber cuándo parar.
-Nadie lo merece todo y tu te creíste, ese rey del mundo.
Dijo estas tres frases, aquel hombre con traje negro, que llegó con una escolta… se alejó y jamás lo volvimos a ver.
La intriga me angustiaba.
Sí era él.
Ese que dijo que pagaría la deuda externa, si lo dejaban ocupar el país como su bodega del narco.
Todos los cuentos que dijo Jacinto, fueron verdad, pero esa fortuna jamás la vimos, solo le llenaron la capilla con rosas rojas, dos millares; ese fue su pago.
Twitter: @romansanchezz