Por Itandeui Rodríguez
@itandehui_roma
El viernes, en Puebla, se convirtió en un día con muchos mensajes políticos, aunque ninguno fue nuevo.
Solo se confirmaron muchas cosas que ya sabíamos, no hubo primicia, no hubo novedades, no hubo destapes, no hubo adelantos… Nada.
Fue como ver una pelea del Canelo, sabiendo que, pase lo que pase, siempre va a ganar el Canelo.
El secretario de Gobernación vino a Puebla a reunirse, primero, con el gobernador Sergio Salomón Céspedes, al que le refrendó el respaldo del Gobierno Federal.
Posteriormente, Julián Ventosa reunió en una comida en “Tres Marías” a empresarios que se congregaron a escuchar a la “corcholata presidencial”. No quiero romperles el corazón, pero… ¿Sí saben que se ubica en un lejano tercer lugar en las preferencias, verdad?
Escuchar no hace daño, pero yo sería más cauta con mis manifestaciones de apoyo… en fin.
Luego de la comida, el tabasqueño asistió a un foro con diversos actores políticos, de ese evento, lo menos interesante fue el tema.
Durante este, estuvo flanqueado por los primos Mier, por Nacho Mier y Alejandro Armenta.
Antes de entrar a la sede, se disfrazó de “Poncio Pilatos” y prefirió levantarle las manos a los dos. A ninguno favoreció, a ninguno benefició, a ninguno respaldó abiertamente, él simplemente, se lavó las manos.
Tibieza le llaman a algunos y los tibios se queman.
Lamentablemente, ni chismes buenos salieron de este evento.
Desde hace mucho era del conocimiento público que Paco Ramos está operando para Nacho Mier, por supuesto, con la venia de Fernando Manzanilla. La presencia de este último fue la simple confirmación de lo que ya se sabía desde hace muchos, muchos meses.
¿Y la fiesta?
Mientras tanto, en otro punto de la ciudad, en cierto salón de fiestas ubicado en el Boulevard San Felipe, hubo “huateque” por el cumpleaños número 53 de Julio Huerta.
Al festejo del titular de Gobernación de Puebla, acudieron más de 160 presidentes municipales de los 217, varias y varios diputados locales y tres secretarios de estado.
La capacidad de convocatoria de Huerta y su grupo, es innegable.
De lo que sucedió el viernes en este bonito estado, comparto mis conclusiones:
- Si bien es cierto que es importante tener a los empresarios de tu lado, de lo último que adolesce hoy una corcholata presidencial es de dinero. Aunado a eso, la clase empresarial, es en su mayoría es fiel a la derecha y a Acción Nacional, muchos llegarón “nomás a ver”.
- Los poseedores de la fuerza de la estructura territorial gubernamental, son los alcaldes poblanos, muchos de los cuáles, buscarán la reelección en el 2024. Esto implica que ya están generando compromisos de tipo político.
- Quién tiene nociones de operación política y electoral, entiende perfectamente lo que pasó el viernes y qué representa. Quién no… pues no.
Lamento decirles que en esta ocasión, la diosa de las señales pasó de largo fue un “Viernes con Adán Augusto… y todo sereno”.