- La muestra, lanzada por una iniciativa privada, sirve de aperitivo para quienes quieran profundizar en un periodo histórico de esta ciudad
- El museo presenta hasta una reproducción de ‘Fat Man’, la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Nagasaki en 1945
SALVADOR MARTÍNEZ MAS / NIUS
Cabe preguntarse si una ciudad como Berlín, que vivió dividida gran parte de la Guerra Fría y que aún preserva ostensibles restos de aquella separación debida a la división entre, por un lado, el mundo democrático y capitalista y, por otro, el universo soviético sometido al comunismo, necesitaba un museo como el Cold War Museum Berlin o “Museo de la Guerra Fría de Berlín”.
La capital alemana aún tiene en pie decenas de metros del muro de Berlín, oficialmente llamado “Muro de Protección Antifascista” en la comunista República Democrática de Alemania (RDA). A ese extinto régimen la ciudad tiene dedicado un museo, el Museo de la RDA, que atiende aquí al nombre de ‘DDR Museum‘. También es famoso en la capital el Checkpoint Charlie, o “Punto de control Charlie”, céntrico punto de control entre las otrora zonas controladas por soviéticos y aliados.
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Basta pasearse por la céntrica Alexanderplatz o la Karl-Marx-Allee, avenida que llevara el nombre de Stalin entre 1949 y 1961, para contar no pocos ejemplos de la arquitectura comunista típica del Berlín Oriental. Ésta contrasta hoy con otras modernas zonas del Berlín Occidental, como Postdamer Platz. En suma, a Berlín aún se la puede considerar, en muchos sentidos, un museo al aire libre dedicado a la Guerra Fría que aguanta el paso del tiempo.
Este particular estatus histórico de la capital alemana no ha refrenado, sin embargo, el deseo de los responsables del “Museo de la Guerra Fría de Berlín” de lanzar su particular oferta cultural. Es más, su responsable, Carsten Kollmeier, sostiene que un centro de exposiciones como el suyo, es algo “que faltaba en Alemania”.
A la izquierda el responsable del nuevo museo berlinés, Carsten Kollmeier, con la alcaldesa en funciones de Berlín, Franziska Giffey.© CAN OVALIOGLU \ COLD WAR MUSEUM
Cierto es que, hasta la apertura del “Museo de la Guerra Fría de Berlín” no había un céntrico espacio dedicado a resumir el casi medio siglo de historia que duró el choque entre el mundo libre y el universo soviético. Kollmeier y compañía pueden darse, por muchos motivos, por satisfechos. Por ejemplo, su iniciativa se ha hecho con un céntrico local de 1.600 metros cuadrados en la céntrica avenida de Unter den Linden. Está muy cerca de la emblemática Puerta de Brandeburgo. La ubicación del museo de Kollmeier es la que quisiera toda atracción para los turistas que visitan la capital alemana.
Pero mucho del orgullo museístico de Kollmeier parece estar puesto en la infinidad de pantallas interactivas que cubren las paredes de las dos plantas en las que se extiende la muestra del “Museo de la Guerra Fría de Berlín”. En muchas de ellas se presentan míticas portadas digitalizadas de los grandes medios de comunicación internacionales que cubrieron las décadas del enfrentamiento entre potencias capitalistas y el mundo comunista.
Pese a la invasión de Rusia contra Ucrania, “la Guerra Fría ya terminó”
Algunas de esas portadas son de revistas como las estadounidenses Life, Time, Newsweek o el semanario alemán Der Spiegel. En muchas de esas primeras páginas se leen titulares que resultan propios de los días geopolíticos que corren actualmente, después de que Rusia lanzara su invasión contra Ucrania el pasado 24 de febrero.
“Invasión”, se lee en una portada de Time de agosto de 1968 en la que se da cuenta de la represión soviética que tuvo lugar en los países del este europeo que trataron de reivindicar libertades en el año del mayo del 68 francés. Otra portada, del Der Spiegel y con fecha del 21 de septiembre de 1981 versa sobre “las razones de la Tercera Guerra Mundial”.
Kollmeier, sin embargo, descarta que actualmente el mundo viva una reedición de un choque como aquel al que está dedicado su museo. “La Guerra Fría es un periodo histórico que ya terminó”, cuenta Kollmeier a NIUS. Habla seguro de sus palabras, reafirmadas por el trabajo histórico que han realizado para la exposición berlinesa un grupo de expertos liderado por Bernd Stöver, profesor de historia internacional de la Universidad de Potsdam.
Un museo para contar “los dos lados de la misma historia”
Rechazan Kollmeier y compañía hacer comparativas entre la Guerra Fría y la nueva fase histórica que parece haber abierto Rusia con su ofensiva contra Ucrania. Ésta es una posición habitual entre los alemanes. El propio canciller alemán Olaf Schlz se ha pronunciado en contra de que pensar el mundo de hoy como una reedición de la Guerra Fría.
De resultas, el visitante del “Museo de la Guerra Fría de Berlín” no encontrará lecciones aprendidas en el casi medio siglo que duró aquel enfrentamiento del mundo libre con el comunismo. Levantar esta infraestructura implica trabajos bien anteriores a la invasión rusa contra Ucrania. En el museo Kollmeier lo que dicen es querer presentar “las dos lados de la misma historia”, una intención apoyada en una cuidada estética dominada por imágenes trabajadas con rojos y azules, colores que aluden, respectivamente, al mundo soviético y al mundo libre.
Kollmeier alude, eso sí, a la siempre conveniente idea del “diálogo” entre Washington y Moscú al que hubo que recurrir en momentos de máxima tensión como en la crisis de los misiles de Cuba, en 1962. El responsable del museo apela a ese “diálogo” del que Putin habla en Moscú frente a una guerra en Ucrania en la que su Ejército parece frenado por las fuerzas armadas ucranianas. “El diálogo es algo que siempre conviene saludar”, según el responsable del nuevo museo berlinés.
Referencia a la entrada de España en la OTAN, en 1982, en el Museo de la Guerra Fría de Berlín.SALVADOR MARTÍNEZ MAS.
Espionaje, guerra de Vietnam, carrera espacial y bombas atómicas
Otros expertos, apuntan, sin embargo, que el diálogo que ahora quiere el inquilino del Kremlin sirve, sobre todo, “para ganar tiempo” a Moscú y “desorientar a Kiev”, según los términos de Nicolás de Pedro, investigador sénior del Institute for Statecraft, un think tank dedicado a estudios internacionales con sede en Londres.
Sin lecciones claras que aprender frente a la supuesta nueva guerra fría que plantean regímenes como el de Putin o el de Xi Jinping en China, el “Museo de la Guerra Fría de Berlín”, además de decenas de pantallas interactivas en las que recorrer cincuenta años de histórica a través de portadas y textos concisos de temática variada – espionaje, Guerra de Vietnam, la escalada armamentística o la carrera espacial, entre otros –, presenta llamativos objetos salidos del poliédrico enfrentamiento entre comunistas y los países de la OTAN.
Reproducción de Fat Man expuesta en Berlín.SALVADOR MARTÍNEZ MAS
La muestra presenta hasta una reproducción de ‘Fat Man‘, la bomba atómica lanzada sobre la ciudad japonesa de Nagasaki el 9 de agosto de 1945, fecha a partir de la cual comenzó a forjarse un periodo histórico en el que el mundo se organizó en dos bloques. España aparece de forma evidente en la muestra en el apartado de “formación” de esos bloques, con la entrada española en la OTAN de 1982.