Una ansiosa marabunta arrasa con todos los caros antivirales aprobados contra el Covid tras la explosión de positivos en el febril gigante asiático
LUCAS DE LA CAL / Shangai / EL MUNDO
Algunas autoridades locales de China han publicado varios avisos pidiendo a los ciudadanos que no fabriquen fármacos antipiréticos caseros. Eso es lo que intentaron en un laboratorio un grupo de estudiantes de Medicina de la provincia de Shandong, en la costa este. Encima, lo grabaron y el vídeo se volvió viral en las redes sociales, hasta el punto de que otros muchos usuarios comenzaron a publicar también sus intentos chapuceros de elaborar unas medicinas que han volado de las estanterías de las farmacias.
En muchas provincias hace días que lanzaron una campaña de racionamiento de medicamentos debido a la abrumadora demanda desde que estalló la mayor ola de contagios en el gigante asiático. Este viernes, Wang Jiangping, viceministro del Ministerio de Industria, ha dicho que la producción diaria de ibuprofeno y paracetamol se cuadriplicó en diciembre y que se está tratando de hacer acopio de medicamentos necesarios en la China rural, la más vulnerable por su frágil infraestructura sanitaria y concentrada población de personas mayores, muchas de ellas sin vacunar.
Pero no solo hay problemas de stock con los medicamentos básicos. Desde la explosión de positivos, una ansiosa marabunta arrasó con todos los caros antivirales aprobados contra el Covid, como Paxlovid, fabricado por el gigante farmacéutico estadounidense Pfizer. El periódico Financial Times contaba en un artículo esta semana que las élites de China estaban almacenando suministros de Paxlovid y lo estaban regalando a sus amigos y socios mientras la ola de contagios dejaba a los hospitales sin recursos y a la gente común luchando por acceder a los medicamentos. Ante esta falta de disponibilidad por la vía ordinaria, ha florecido un mercado negro de compra y venta de fármacos.
Los revendedores cobran hasta 50.000 yuanes (6.700 euros) por una caja de Paxlovid, 20 veces más que su precio original. El de Pfizer es el único medicamento aprobado por las autoridades sanitarias chinas para tratar la enfermedad. Pero en los canales clandestinos también se extienden otros genéricos más baratos y fabricados en India bajo las marcas de Primovir, Paxista, Molnunat y Molnatris, que se pueden encontrar por menos de 1.000 yuanes, que al cambio son alrededor de 130 euros.
El periódico hongkonés South China Morning Post detalla que algunas plataformas de comercio electrónico han rebuscado eufemismos para las etiquetas de estos genéricos y así eludir el control de los reguladores. Este diario también recogía el pasado viernes algunas historias de ciudadanos que, con miedo a no poder acceder a la atención médica urgente si la necesitan por el colapso de los hospitales, además de recurrir al mercado negro de medicamentos, también se están abasteciendo de equipos médicos para el hogar.
Las plataformas de comercio en línea dicen que se han disparado las ventas sobre todo dispositivos como oxímetros y generadores de oxígeno para personas mayores después de las muchas denuncias que están saliendo en redes sociales de ancianos con hipoxia silenciosa (escasez de oxígeno) que mueren sin que hayan podido ser atendidos en las saturadas emergencias de los centros.
Fuera de China también se han extendido las compras del pánico. Algunos vecinos asiáticos han notado en sus farmacias un aumento considerable de clientes que compran a granel medicamentos para aliviar la fiebre y el dolor para enviarlos a China. Ante esto, en algunos establecimientos de Tokio, Singapur, Taiwan y Australia, que temen quedarse sin existencias para el invierno, han comenzado a imponer un límite de compra de medicamentos para el resfriado.
De lo que en China no tienen todavía problemas es con las existencias de remedios herbales de medicina tradicional, especialmente con el producto estrella, Lianhua Qingwen (LHQW), cuyo precio en algunas regiones, según los medios locales, ha subido hasta un 240%. Se trata de un compuesto hecho a base de ruibarbo, hueso de albaricoque, madreselva y efedra, usado habitualmente para la influenza y que en China llevan tirando de él durante toda la pandemia en los centros de cuarentena que se habilitaron para aislar a pacientes con síntomas leves.
También han subido los precios de frutas ricas en vitamina C y antioxidantes. Los melocotones enlatados se han encarecido por la alta demanda. En algunas tiendas de Shanghai, el precio por dos limones ronda los dos euros, más del doble que hace un mes.
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2023/01/07/63aec44bfc6c835f0a8b4598.html