El alboroto sobre el reciente traje de divorcio de Mary-Kate Olsen recuerda el drama judicial de Marilyn Monroe y Zsa Zsa Gabor.
RORY SATRÁN/ THE WALL STREET JOURNAL
Off Brand es una columna trimestral que profundiza en las tendencias de moda y belleza.
LOS TRAJES DE BODA atraen toda la atención, desde trajes a medida hasta vestidos personalizados y declaraciones poco convencionales pero no menos estratégicas como monos, uniformes del ejército y trajes de la Feria Renacentista.
Pero la malvada hermanastra del estilo nupcial, la apariencia del divorcio, está ganando influencia en el zeitgeist. Cuando la estrella infantil convertida en magnate de la moda Mary-Kate Olsen y el banquero francés Olivier Sarkozy finalizaron su divorcio el mes pasado a través de Zoom, las capturas de pantalla de los procedimientos tomadas por los reporteros judiciales se volvieron virales. La Sra. Olsen, cuya marca The Row personifica la sofisticación silenciosa, llevaba un elegante jersey de cuello alto negro que se diseccionó y memed al instante. Con su cabello largo y ondulado descuidado de una manera parecida a una pandemia, se veía de manera única. ¿Y fue eso un indicio de una sonrisa?
La entusiasta respuesta en línea a la captura de pantalla evoca los días gloriosos del divorcio en Hollywood, cuando la plebe observaba asombrados cómo estrellas como Elizabeth Taylor (ocho matrimonios) y Zsa Zsa Gabor (nueve matrimonios) convertían las rupturas en serie en algo glamoroso. Cuando Marilyn Monroe se divorció de Joe DiMaggio en 1954 después de nueve meses de matrimonio, lució un pequeño vestido negro, zapatos de tacón alto y guantes blancos en el juzgado. Fue filmada radiante y saludando fuera de sus cámaras, una escena que habría encajado perfectamente en una de sus películas.
Ninguna fórmula prescribe qué ponerse en los procedimientos de divorcio, ya sea que tomen la forma de mediación, litigio o, ahora, una videollamada. Sin embargo, pocos negarían que la apariencia de uno juega un papel en el resultado, con tanto en juego: dinero, hogar, custodia. Los sitios web de prácticas de derecho de familia a menudo incluyen largos tratados que aconsejan a hombres y mujeres sobre qué ponerse en la corte, con énfasis en blusas de seda clásicas, vestidos elegantes y trajes sobrios. Algunas firmas van más allá: Claire Samuels Law, una firma de derecho de familia y mediación de divorcios en Charlotte, Carolina del Norte, ofrece los servicios de un estilista de alto nivel y publica ideas de estilo como zapatos de tacón Prada y bolsos minimalistas de Valextra en su cuenta de Instagram.
Creo que un divorcio o una separación es, de alguna manera, una reivindicación de quién eres fuera de esa relación, y creo que puedes ver eso reflejado en la ropa. Los conjuntos son muy específicos ‘.
Janice Meredith, una estilista personal de Toronto que ha realizado talleres para mujeres en proceso de divorcio, recomienda ropa cómoda que mejore la confianza. “Obviamente, nada demasiado apretado o llamativo, pero tampoco piezas que esté tirando o tenga que ajustar que puedan parecer débiles e inciertas”, dijo. Para los procedimientos de Zoom, ella prefiere un jersey de cuello alto a la Mary-Kate, por sus capacidades halagadoras.
Los consejos no terminan con la vestimenta. Un artículo en el sitio web de ESME (Empowering Solo Moms Everywhere) recuerda con condescendencia a las mujeres que «visiten el baño de mujeres para revisar su maquillaje, cepillar su cabello y evaluar su apariencia general».
A pesar de todos los consejos de memoria que circulan, muchas mujeres utilizan sus procedimientos de divorcio para comunicar de manera más expresiva que han comenzado un nuevo capítulo en sus vidas. La escritora del Área de la Bahía, Aubrey Hirsch, tuiteó recientemente un llamado a las mujeres para que compartan sus vestidos de divorcio, como una respuesta descarada a una tendencia generalizada en Twitter de compartir fotos de vestidos de novia. Las mujeres intervinieron con entusiasmo: un ajustado vestido rojo de poder; zapatos para correr; un vestido de novia de encaje blanco; un mono sin tirantes; una camiseta sin mangas reluciente; un traje y corbata; un minivestido de plumas; jeans de pana rosa; una diadema de gatito iluminada; mucho rojo muchos tacones altos.
La Sra. Hirsch me dijo: “Vi a muchas personas en colores brillantes, en algo que las hacía sentir sexys, que las hacía sentir bien. Creo que un divorcio o una separación es, de alguna manera, un reclamo de quién eres fuera de esa relación, y creo que puedes ver eso reflejado en la ropa. Los atuendos son muy específicos «.
Cuando la entrenadora de vida de Chicago, Carly Grace Herrera, de 35 años, se divorció en un tribunal hace unos años, eligió intencionalmente un vestido gris que se usaba como blusa, una chaqueta dorada y, sobre el vestido, una falda ancha de flores (“porque soy floreciendo, cariño ”, como ella dijo). Para ella, la combinación acogedora y colorida se sintió segura y esperanzada. “No importa el resultado de ese matrimonio, mi prosperidad depende de mí y mi felicidad depende de mí”, dijo.
Una caricatura de Will McPhail de 2018 en el New Yorker mostraba a una mujer sonriente y vestida de pie frente a un espejo rodeada de sus novias. Dice: “Este es el indicado, chicos. Este es el traje en el que me voy a divorciar «. La broma aún aterriza; nadie se propone divorciarse. Pero con conversaciones más progresistas sobre la pareja (¡gracias, Gwyneth!), El concepto de hacer alarde de una apariencia de divorcio se siente un poco más creíble. Como dijo la Sra. Hirsch: «Un divorcio, como una boda, es un gran acontecimiento en la vida y es un paso hacia tu nueva vida … Hablamos de una de estas cosas de una manera y de otra de otra, y por qué ¿Ambos serán una celebración de alguna manera? «
Fuente: https://www.wsj.com/articles/forget-wedding-dresses-divorce-style-has-arrived-11612616414