El manipulador lleva a la pareja a dudar de sus pensamientos, criterios, opiniones y hasta de la propia realidad
SANDRA PALACIOS / BIENESTAR
Qué bonitos son los comienzos… cuando estás conociendo a alguien y las mariposas revolotean de un lado para otro de tu estómago. En esta situación idealizas a la persona que tienes al lado, pues todavía no la conoces y te muestra su mejor cara. El problema es que hay ocasiones en las que estás viendo una careta y ese príncipe azul que pensabas que habías encontrado no es más que un manipulador que acaba por anularte.
Sí, hablamos del maltrato psicológico, que será más o menos visible dependiendo del grado o tipo de violencia que se ejerza. Algunos son más evidentes: insultos, prohibición de actividades… pero otros resultan en muchas ocasiones imperceptibles.
El psicólogo Andrés Martín Quinteros, director del Centro Psicológico Cepsim, señala que este control empieza de manera sutil, por ejemplo, llamando varias veces porque te extraña, pero luego se acrecienta con críticas a tu entorno: «En realidad, tus amigas no te quieren», «Tu madre no quiere que crezcas, solo yo te apoyo».
Estando además la manipulación emocional a la orden del día.
Esta presión se va aumentando de manera gradual, al principio con encanto, ternura, victimismo… pasando a usar descalificaciones y críticas sutiles. «También puede alternar momentos de insultos y rabia con encanto y acercamiento emocional, pero siempre culpando a la víctima de lo que sucede: ‘Si me hicieras caso no me alteraría’, ‘Yo soy el único que te quiere y te cuida, deberías hacerme caso’».
Aunque no hay solo un perfil de maltratador psicológico, todos poseen en sí un componente machista de base por el que entienden que una relación buena y segura es aquella donde él es el dominante. Además, Martín Quinteros destaca las siguientes características: baja o nula capacidad empática, egocentrismo y narcisismo, falta de control de impulsos y externalización de la culpa.
Lo que no debes aceptar
– El chantaje emocional. El agresor se victimiza y culpa a la pareja de todo: «No me encuentro bien, pero no pasa nada, tú ve y disfruta, que yo me quedaré aquí sin hacer nada».
– Que minimice tus logros y merme tus cualidades.
– Invisibilidad y sumisión. Poco a poco, tu opinión e ideas pasarán a un segundo plano, pues conseguirá darle la vuelta y hacerte ver que no sabes de un tema, que lo que dices no es adecuado, corrigiéndote tanto en privado como en reuniones familiares.
– Que te aisle de tus contactos, actividades y ‘hobbies’.
– Una culpabilización permanente.
– Que intente manejar tu cuerpo, limitando tu forma de vestir, caminar, maquillaje…
– Y por supuesto no debes permitir toda la gama de maltrato más conocida: insultos, menosprecio o castigos emocionales, como no hablarte en días, por ejemplo.
El peligro principal es que va minando y destruyendo la autoestima de la pareja y con ello su seguridad. «Anula sus capacidades; es como ir cayendo en una telaraña, y con el tiempo la víctima se queda sola y a merced del maltratador, pues a medida que pasa el tiempo, la dependencia se agrava y el dominio aumenta», explica Martín Quinteros.
Hay un tipo de maltrato psicológico que destaca este psicólogo: ‘luz de gas’. Aquí el manipulador lleva a su pareja a dudar de sus pensamientos, criterios, opiniones y hasta de la propia realidad. «La culpabiliza y responsabiliza de lo que sucede en el vínculo, acabando en el peor de los casos con una gran sensación de confusión, total vulnerabilidad e incluso de locura con respecto a lo que está pasando».
Por ello no debes tolerar que te limiten. Un no a tiempo y no pasar líneas rojas pueden salvarte de mucho dolor a posteriori. Martín Quinteros subraya que permitir este tipo de actitudes, por pequeñas que sean, hacen que vayas perdiendo tu autonomía sin darte cuenta. No olvides que una relación igualitaria se basa en el respeto de ambos.
«Para recuperarse es bueno retomar los vínculos rotos de familia y amigos y ponerse en manos de profesionales que ayuden a reconstruir la autoestima y la seguridad personal», manifiesta el psicólogo.
Son 2 pasos esenciales que se completarán con la obtención de herramientas necesarias para no volver a caer en este tipo de relaciones y aprender a defender una relación igualitaria: recuerda, no permitas que te obliguen a hacer cosas que no quieres, pon límites de manera asertiva y habla con familiares y amigos de lo que estás viviendo, porque tu silencio es otra arma del agresor.
Fuente: https://www.abc.es/bienestar/psicologia-sexo/psicologia/abci-como-reconocer-maltratador-psicologico-y-escapar-202211292336_noticia.html