Por Luis Soriano Peregrina
@LuisSorianoVC
Este domingo 27 de noviembre el presidente Andrés Manuel López Obrador ha convocado a una enorme manifestación a favor de la 4T en la Ciudad de México, en respuesta a la marcha realizada el pasado domingo 13 de noviembre convocada por los que llaman los conservadores o sus opositores que salieron a manifestarse en defensa del INE. Ambas marchas están protegidas por un derecho humano que se llama Derecho a la protesta social que junto con este vienen vinculados otros derechos más, la pregunta que todos se hacen tanto los que ya marcharon como los que van a marchar es si estas marchas son legales y legítimas, pues no todo lo que es legal es legítimo y en ocasiones lo legítimo pudiera resultar ilegal.
Pero antes de entrar a este tema sería interesante ver qué está sucediendo actualmente en Irán frente a otras manifestaciones contra el Estado. Se dice que del 16 de septiembre del presente año hasta el 22 de noviembre por lo menos 416 personas han muerto en medio de las protestas contra el régimen iraní, donde han reportado disparos con municiones reales, en esta última semana las fuerzas de seguridad iraní mataron a 72 personas cuando buscaron reprimir las protestas con el gobierno, estas protestas iniciaron por la muerte de Mahsa Amini, una joven kurda iraní de 22 años arrestada por la policía de la moral por violar el estricto código de vestimenta que obliga a las mujeres a llevar el velo en público.
Los derechos a la libertad de expresión, reunión pacífica y asociación garantizan y protegen diversas formas-individuales y colectivas- de expresar públicamente opiniones, disenso, demandar el cumplimiento de derechos sociales, culturales y ambientales y afirmar la identidad de grupos históricamente discriminados. La protesta también juega un papel central en la defensa de la democracia y los derechos humanos y por eso es tan importante que esta práctica se realice independientemente si estas a favor o en contra de lo que se protesta.
En la democracia convergen dos formas de participación directa en la vida pública: el voto y la protesta. Ambos son derechos y surgen de lo individual, cobran forma en tanto se articulan en lo colectivo para, finalmente, incidir en lo público.
La protesta es un derecho con una multiplicidad de características que lo vinculan con otros derechos en formas diversas. Por un lado, es un derecho que, en su ejercicio, busca la reivindicación de otros derechos. Su realización está profundamente vinculada a otros derechos como la libertad de asociación, de manifestación y de expresión.
Los gobiernos deben mantener un balance entre varios derechos. Muchas veces es necesario mantener este balance en situaciones de tensión y malestar social en las que convergen múltiples actores sociales. Por ello, la participación de las autoridades debe siempre sustentarse en marcos normativos justos.
En México históricamente han reaccionado muy mal frente a las protestas, los gobiernos del pasado del PRI y del PAN han provocado la muerte, desaparición y criminalización de los convocantes a las protestas, hoy que son oposición se manifestaron el pasado 13 de noviembre, pensando que el actual gobierno actuaría como actuaron ellos en el pasado, violentando sus derechos, sin embargo, a diferencia de Irán, en México hasta ahora el actual régimen federal ha venido respetando el derecho a la protesta mediante protocolos justos, la pregunta es si son legítimas las demandas de los manifestantes de ahora y que gobernaban en el pasado
Actualmente en nuestro país la oposición que en el pasado protestaba, tomaba las calles, se manifestaba, hoy está en el poder encabezada por quien lideró muchas marchas siendo oposición, por lo que es normal que cada vez que considere que algo es injusto lo pretenda dirimir a través de alguna marcha o protesta, motivando la marcha que viene este 27 de noviembre en defensa de la 4T. La pregunta es: ¿es legítima la manifestación en las calles para apoyar un gobierno?
En cuanto a la primera de las marchas realizada por quien hoy es oposición, son legales y legítimas sus marchas y protestas, incluso se agradece que lo hagan, pues mientras en México exista una oposición organizada, legítima, con exigencias reales, obligará tener un mejor gobierno, más preparado, más concentrado en hacer las cosas mejor. Para un mejor gobierno, urge tener una mejor oposición y no lo que aun hoy muestran: una oposición derrotada, empantanada entre sus escándalos de corrupción, de tranzas, de discriminación, entrampada entre pensar como gobierno, pero sin tener el poder, donde convenientemente muchos de quienes fueron integrantes de ellos, hoy han mutado a ser cínicamente integrantes de la 4T por necesidad de pertenecer en el poder.
En cuanto a quienes marcharan o marcharemos el próximo domingo 27 de noviembre, también son legales y legítimas las manifestaciones que se darán. Es parte de nuestra naturaleza en nuestro actuar público, nuestra forma de manifestarnos es en las calles, incluso es necesario que se haga, pues es una forma de recordar de dónde venimos y hacia dónde tenemos que ir, respetando hoy y mañana a quienes les toca estar en las calles y no sólo en el poder; también es necesario salir a las calles porque esos mismos cínicos oficialistas que han sido generales del PRI y del PAN y que hoy se les ha permitido ser generales de la 4T, finalmente conocerán la calle y también conocerán a la verdadera base social, estarán expuestos como lo estamos siempre quienes hemos caminado la calle y tendrán que aprender a ser humildes frente a las demandas de la sociedad y no como lo han estado hasta ahora en la comodidad de sus grandes oficinas de piso de mármol y escritorios de caoba.
Lo importante de todo esto es que la protesta y la manifestación en México hasta el momento en que escribo esta columna no han sido reprimidas con violencia física, se ha respetado la integridad física de los manifestantes por parte del Gobierno Federal que encabeza Andrés Manuel López Obrador, a diferencia de los gobiernos del pasado y de diversos gobiernos estatales y municipales actuales del mismo partido en el poder, o de los partidos del pasado y eso es una progresividad positiva en nuestro País, pues se rompió con esa maldita tradición de matar, herir o desaparecer a quien pensaba diferente como los eventos en 1968 o 1971 y los gobiernos priistas represores o la represión vivida por los gobiernos del PAN derivado de los conflictos y lucha de los trabajadores campesinos durante el gobierno de Calderón y Fox o del PRIAN de Peña Nieto como Ayotzinapa.
Bienvenidas todas las marchas y protestas sean de un millón o de una persona y recordar lo que dije en el 2019 derivado de la burla del gobernador Barbosa frente la protesta del incremento del costo al transporte público, donde a pesar de las amenazas de Gabriel Biestro, Aréchiga y funcionarios de gobierno, así como la compra de activistas que boicotearon desde el interior la protesta, llegamos quienes pudimos llegar, pues la dignidad de la protesta no se basa en el número de manifestantes, sino en el objetivo de la protesta y aquella protesta hasta el día de hoy es vigente y necesaria pues hubo incremento y el transporte público es el mismo: no se modernizó, no se cumplió ninguna exigencia y hoy los usuarios siguen sufriendo por lo que exigimos antes de que sucediera. Insisto las protestas tienen su valor por su motivación y no por la cantidad de personas que le acompañan.