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Decenas de miles protestan en Berlín: «Si estamos unidos, el régimen iraní caerá» | El Mundo

Los manifestantes reclaman el fin de la opresión y la discriminación en Irán

Protesta en Berlín contra el régimen iraní.GETTY

CARMEN VALERO / Berlín / EL MUNDO

Las protestas por la muerte en custodia policial da la joven kurda iraní Mahsa Amin a mediados de septiembre desembocaron hoy en Berlín en una manifestación multitudinaria. Llegadas en autobuses desde distintas partes de Europa, decenas de miles de personas reclamaron el fin de la opresión y la discriminación en Irán en solidaridad con las mujeres iraníes que cada día salen a las calles desafiando el régimen de los ayatolás.

La gran manifestación, convocada por la plataforma Woman Life Freedom, superó las expectativas. De las 50.000 personas inscritas se calcula que la convocatoria fue seguida, según la Policía, por unas 80.000. Pero, como ya adelantaron los organizadores, no se trataba de «mostrar cuántos somos sino la unidad que se ha creado entre nosotros».

Fue una precisión importante. Porque coreando las consignas pidiendo la salida de los mulás y por los derechos de las mujeres que marcaron los compases de la marcha había kurdas, iraníes, sirias, afganas y árabes de toda Europa. Al unísono, corearon el lema de protesta «Jin, Jiyan, Azadi» (Mujer, Vida, Libertad).

Jasmin Maleki, una joven de Hamburgo, se cortó mechones de pelo, y no fue la única: «Los enviaré a la embajada iraní con mi sangre». Y hubo unidad también en el dividido exilio iraní. Se vieron banderas con el león, el signo de los partidarios del sha, con el sol kurdo o símbolos comunistas. «Si estamos unidos, el régimen caerá», afirmó una mujer kurda venida de Dresde. Lo mismo opinó Mehrdad Hadjihashemi, de Bitburg, que sostenía una bandera con el símbolo ateo con dos de sus compañeros de campaña: «Me da igual que los demás sean comunistas o cualquier otra cosa. Ahora debemos estar unidos y ser tolerantes con los demás».

«Nuestros hermanos y hermanas de Irán están sedientos de sus derechos básicos, de los derechos humanos. No sólo estamos junto a ellos en solidaridad, sino que luchamos con ellos hombro con hombro, mano con mano», afirmó la activista iraní Anahita, del colectivo Woman Life Freedom. Junto a ella, a la cabeza de la marcha, apareció la exiliada iraní Parisa Khayamdar, que lleva dos semanas en un campamento de protesta frente a la sede del partido de Los Verdes.

Entre los rostros más conocidos de la manifestación estaban el activista Hamed Esmaeilion y la artista kurda exiliada Zehra Dogan, detenida frente a la embajada iraní en Berlín hace dos semanas por embadurnar sus paredes con una mezcla de «pelo, henna y sangre menstrual».

Tras la muerte de su esposa e hija en el derribo de un avión de pasajeros ucraniano cerca de Teherán en enero de 2020, Esmaeilion se ha convertido en un referente de la oposición iraní en el exilio. Su participación en la manifestación de Berlín era obligada y la aprovechó para pedir a «la comunidad internacional su apoyo a los iraníes que luchan para liberarse de la tiranía del régimen».

Hasta ahora, el apoyo, en lo que a Alemania se refiere, ha sido en forma de declaraciones de la ministra de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock. Pero, a pesar de su política exterior feminista, la ministra no apareció en la manifestación para mostrar solidaridad con sus iguales en Irán y tampoco se entrevistó con los convocantes. El único partido alemán que sí lo ha hecho ha sido Die Linke (La Izquierda).

La manifestación de Berlín es la última del goteo de protestas que se han producido en Alemania desde la muerte de Mahsa Amini, de 22 años. La joven fue detenida por la llamada policía moral por no cumplir, supuestamente, la normativa obligatoria de llevar un pañuelo en la cabeza. El pasado jueves, un centenar de personas se congregaron frente al Ministerio de Asuntos Exteriores para exigir una nueva política en Irán.

En concreto, los manifestantes exigen poner fin a todas las negociaciones oficiales con la República Islámica, sanciones duras contra la élite represiva, una congelación de visados de gran alcance para los representantes del Estado, el cese de todas las relaciones comerciales y, siguiendo el ejemplo de Canadá, sancionar a todos los miembros del aparato.

«Alemania ha apoyado al régimen iraní durante 43 años», sostuvo Mina Ahadi, del Consejo Central de Ex-Musulmanes, en su discurso. «Con Baerbock y su política exterior feminista ha habido pequeños cambios, pero no son suficientes». El Gobierno federal debe «explicar sin ambages que el régimen islámico es un régimen fascista y asesino con el que no debe haber cooperación. La revolución de las mujeres sólo tiene una oportunidad si Alemania y Europa la apoyan consecuentemente», agregó Ahadi.

La gran marcha de apoyo a la lucha emprendida por las mujeres iraníes transcurrió sin incidentes y eso incluye la ausencia de cantos que pudieran ser considerados en Alemania como anticonstitucionales o de instigación a la violencia. Las únicas alteraciones fueron de tráfico. No muy lejos de esa manifestación se celebró otra bajo el lema «Solidaridad a través de la crisis». En ese caso la protesta, seguida por unos 20.000 manifestantes, tenía como telón de fondo la crisis energética. Reclaman más medidas de alivio y una limitación de los precios de la electricidad y el gas.

Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2022/10/22/6354359621efa081058b4597.html

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